En los primeros meses de la temporada de verano 2025, la Región costera ha registrado una alarmante cantidad de muertes en accidentes viales, destacándose el alto número de víctimas menores. Los siniestros reflejan una crisis de seguridad en las rutas hacia los centros turísticos.
El comienzo del verano 2025 ha sido trágico para la región que conduce a la Costa Atlántica bonaerense. En solo dos meses, se han registrado 11 víctimas fatales en las rutas de la zona, entre ellas 7 niños y adolescentes que iban de camino a disfrutar de sus vacaciones. La cifra resulta alarmante, especialmente cuando se considera que estos accidentes ocurren en un contexto de intenso tránsito, propio de la temporada alta, y reflejan una problemática de seguridad vial que no parece dar tregua.
Los datos aún no han sido oficialmente presentados, pero a partir de los informes periodísticos se conoce que los accidentes tuvieron lugar principalmente en la Ruta 11, donde la mayoría de los siniestros fueron provocados por despistes, debido a las características de la autovía. Además, algunos accidentes involucraron otras rutas de la región, como la Ruta 56 y la Ruta 63. Sin embargo, lo que más conmueve son las víctimas menores de edad, quienes no llegaron a cumplir sus sueños de verano por una tragedia en el camino.
Entre los incidentes más trágicos se encuentran dos accidentes que ocurrieron en el mismo tramo de la Ruta 11, entre los kilómetros 263 y 275, un trayecto de gran circulación vehicular, que conecta a La Costa con otros destinos turísticos. Los accidentes en esta zona dejan claro que, a pesar del esfuerzo por mejorar la infraestructura vial, el factor humano sigue siendo una variable peligrosa. La fatiga, la distracción y la velocidad son algunas de las causas recurrentes de los despistes.
El impacto emocional de estos accidentes es profundo. No solo por la irreparable pérdida de vidas, sino por el recordatorio de que la seguridad vial sigue siendo una de las asignaturas pendientes de las autoridades. El verano es un tiempo de disfrute y reencuentro, pero estos números nos invitan a reflexionar sobre lo vulnerable que somos al transitar en rutas saturadas, donde la presencia de vehículos es constante y la probabilidad de un incidente aumenta.
La cifra de 12 muertes por día, según las estadísticas oficiales, pone en evidencia la necesidad urgente de mejorar la infraestructura, reforzar los controles y fomentar una cultura de mayor responsabilidad en el volante. Los trágicos casos de estos dos primeros meses de la temporada deben servir como un llamado de atención para todos, porque, al final, cada accidente fatal tiene un impacto irreversible en las familias y comunidades afectadas.
Es fundamental que los próximos meses de la temporada estival no sumen más víctimas a esta triste cronología. Solo con un compromiso conjunto de autoridades, conductores y sociedad en general podremos garantizar que las rutas no sigan siendo escenario de tantas tragedias.
Con informacion de Entrelineas
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