En el estadio Luna Park, Duhalde relanzó su candidatura presidencial por la Unión Popular con un fervoroso discurso en el que abundaron críticas al Gobierno y algunos guiños a otros dirigentes.
Duhalde no tuvo reparos y fustigó con dureza a Cristina Kirchner y otros referentes del kirchnerismo, como el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, a quienes reclamó que dejen de "tirar a los pobres debajo de la alfombra".
Ante más de 5.000 personas el ex jefe de Estado interino, pretendió dejar algunos guiños hacia distintos sectores sociales en busca de ampliar su registro de adhesiones. El principal elogio recayó sobre la figura de Raúl Alfonsín, padre del actual candidato, y posible nombre para acompañar al “cabezón” en la futura elección, según barajan desde el lado del dirigente de Lomas de Zamora.
Pero la duda está puesta sobre la conveniencia del candidato radical de acuñar una fórmula de este tipo, teniendo en cuenta que cada vez más se posiciona el oriundo de Chascomús como la única opción viable para una segunda vuelta con el kirchnerismo.
Duhalde tampoco ahorró elogios a la Iglesia Católica, y las Fuerzas Armadas. Su objetivo fue presentarse como el contrincante antagónico de la presidenta Cristina Kirchner pidiendo mayor seguridad y también promoviendo que se deje de “mirar al pasado”: “Hay otros Derechos Humanos”.
El ex gobernador bonaerense dedicó sus palabras a los "millones de argentinos desamparados y excluidos" en una "patria rica" como la Argentina, expuso los principales objetivos de su eventual gobierno y se comprometió a "entregar el corazón" en la batalla por la Presidencia.
"Llevaré a la Unión Popular al triunfo", enfatizó Duhalde, al término de un acto de duró más de una hora en el mítico recinto de avenida Corrientes y Bouchard, acompañado por su esposa, Hilda "Chiche" González y sus colaboradores más estrechos, entre ellos, el economista Martín Redrado.
El caudillo de Lomas de Zamora dedicó gran parte de su discurso a marcar las "diferencias" que lo separan de la gestión K y a embestir contra el Gobierno, al que tildó de "perverso, intolerante y anclado en el pasado".
Ante más de 5.000 personas el ex jefe de Estado interino, pretendió dejar algunos guiños hacia distintos sectores sociales en busca de ampliar su registro de adhesiones. El principal elogio recayó sobre la figura de Raúl Alfonsín, padre del actual candidato, y posible nombre para acompañar al “cabezón” en la futura elección, según barajan desde el lado del dirigente de Lomas de Zamora.
Pero la duda está puesta sobre la conveniencia del candidato radical de acuñar una fórmula de este tipo, teniendo en cuenta que cada vez más se posiciona el oriundo de Chascomús como la única opción viable para una segunda vuelta con el kirchnerismo.
Duhalde tampoco ahorró elogios a la Iglesia Católica, y las Fuerzas Armadas. Su objetivo fue presentarse como el contrincante antagónico de la presidenta Cristina Kirchner pidiendo mayor seguridad y también promoviendo que se deje de “mirar al pasado”: “Hay otros Derechos Humanos”.
El ex gobernador bonaerense dedicó sus palabras a los "millones de argentinos desamparados y excluidos" en una "patria rica" como la Argentina, expuso los principales objetivos de su eventual gobierno y se comprometió a "entregar el corazón" en la batalla por la Presidencia.
"Llevaré a la Unión Popular al triunfo", enfatizó Duhalde, al término de un acto de duró más de una hora en el mítico recinto de avenida Corrientes y Bouchard, acompañado por su esposa, Hilda "Chiche" González y sus colaboradores más estrechos, entre ellos, el economista Martín Redrado.
El caudillo de Lomas de Zamora dedicó gran parte de su discurso a marcar las "diferencias" que lo separan de la gestión K y a embestir contra el Gobierno, al que tildó de "perverso, intolerante y anclado en el pasado".
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