CARTA ABIERTA AL PARTIDO DE LA COSTA Y SU GENTE

(Inforcosta) Partido de La Costa - Hace 7 años decidí venir a vivir al Partido de La Costa en buscando, por un lado, escapar a la explosión de la inseguridad que se vivie en Buenos Aires y por otro buscando algo de paz y tranquilidad para poder desarrollar ideas, proyectos y cumplir algunas metas fijadas.

A partir de mi arribo comencé a notar como la gente pionera miraba de reojo a los recién llegados, como castigándonos por haberle venido a conquistar "su" lugar, a terminar con su paz y su tranquilidad. Luego de un tiempo, ya establecida de lleno en la capital del Partido de La Costa, me comencé a interiorizar de algunas cuestiones sociales y políticas; porque no decirlo ; pero siempre desde mi lugar de "recién llegada" y noté que existe un escalón muy alto entra la intendencia municipal y los funcionarios que secundan y asesoran al primer mandatario. Esto, siempre me llamó poderosamente la atención, en cuanto a que la lucha por el poder se da en un espacio permisivo y poco contemplativo de los intereses genuinos de la sociedad. Voy a que parece que lo intereses económicos se colocan a la vanguardia en los funcionarios de menor rango que en el aparente espacio genuino de poder que es la intendencia municipal. Con esto quiero afirmar que mientras los encargados de generar poder, lo hacen cada vez con mas entre las sombras, para seguir generando los abismos descomunales que existen con la segunda línea, los encargados de utilizar ese poder en pos de fomentar el bien común, solo esperan la oportunidad para generar negociados millonarios a espaldas de la sociedad. Casos tales como: La venta de mercancía en la playa durante el verano, un negocio que mueve entre $800 mil y 1 millon por día y que salvando los gastos establecidos , queda en manos de funcionarios municipales, oportunistas y punteros políticos;  todos de segunda línea, como Ricardo Daubagna, Julio César Laborde, Juan  Manuel Molina, Norberto "pájaro" Carini, Walter Ortega, Galipo, Javier "Chicho"  Cicero y Roberto Ferreyra; entre otros.    Otra cuestión notable son las obras públicas que emergen incentivadas por la nación o la provincia y que en su gran mayoría son licitadas por empresas de dudosa procedencia y ganadas estas licitaciones casi siempre por las mismas personas, a saber: Walter ortega, Adriano Yaboski, Roberto Jeremias Calderón con Hernán Méndez (heredero al  trono de mundo Marino), Armando Moguetti, Oscar Zuetta, Damian Renzi (Socio del Pub La Barra y propietario de la locacion que funciona el galpón municipal de santa teresita), Fabián Ortega (hermano de Walter ortega), Carlos Ortega (hermano  de Walter y Fabián), Pablo De Soto (Socio de la mujer de Diego Pedrós, funcionario municipal), Marcelo Bonavita (Asesor legal del municipio y de las corporaciones cooperativistas), Javier, "Chicho" Cícero (jefe del sindicato de trabajadores  municipales), la empresa LIHUE (vinculada a todos los mandatos de Juan De Jesus),  la cooperativa de trabajo liderada por Salvador "indio" Acuña, y la Cooperativa  Roca liderada por funcionarios varios . Por supuesto, entre otros. Me gustaría algún día saber hasta dónde quieren llegar con sus cometidos, podran salvarse de la justicia q a manos del hombre está, pero nunca de la justicia divina, ya que esta lo ve y lo sabe todo. Lo único que esta humilde ciudadana de La Costa les quiere pedir es, que en vez de dedicarle tantas horas de su tiempo a la comisión de asociaciones; a la vejación de ideas y a la humillación de una sociedad golpeada y lastimada por la crisis económica de la argentina; se acerquen un poco más al Intendente Municipal y le tiendan una mano en su gestión ya que es de notable interés para toda la gente que se unan en pos de las causas cuya "nobleza obliga", que no son más que las causas del pueblo. Todo abismo es malo, pero tratándose del abismo de la clase dirigencial con el generador de recursos y poder político es aun peor y muy peligrosa. Señores funcionarios, oportunistas de turno y dirigentes políticos, acérquense al Intendente y no lo dejen sólo en el abismo porque de eso dependemos todos. Jimena Mia García