El metalúrgico Carlos Gdansky, cercano al titular dela UOM, Antonio Caló, y Facundo Moyano integran la lista kirchnerista por un lugar en la Cámara de Diputados. En otras provincias, el escenario es similar. Malestar en la cúpula de la central obrera, que casi no participa del acto
Crédito foto: NA
Pese a la presión que ejercieron varios sindicalistas en los últimos meses, finalmente la CGT sólo obtuvo dos lugares en la lista de candidatos a diputados por el oficialismo en la provincia de Buenos Aires.
La reunión que hasta minutos antes del acto en el que Cristina Kirchner anunció a Amado Boudou como su compañero de fórmula mantuvieron los máximos dirigentes dela CGT en el 5º piso de la sede de Azopardo, y las reiteradas llamadas, no lograron torcer el rumbo. Sólo dos lugares, y un tanto relegados, fue lo que otorgó el kirchnerismo.
Incluso, Facundo Moyano estuvo a punto de ser el único representante de la central obrera, y a último momento de sumó el metalúrgico Carlos Gdansky, que no forma parte del riñón moyanista.
Gdansky, hombre cercano a Antonio Caló, titular de la Unión Obrera Metalúrgica, ocupará el 4º lugar en la lista de candidatos por la provincia de Buenos Aires, mientras que el hijo menor de Hugo Moyano estará en el puesto 11. Casi con seguridad, ambos conseguirán un lugar en el Congreso, y se sumarán a la tropa moyanista que integran Omar Plaini y Héctor Recalde, y los salientes Argüello y Antonio Alizegui.
En el medio de las negociaciones, dos dirigentes cegetistas de primer orden desistieron ayer de las candidaturas al quedar relegados por el kirchnerismo de los lugares de privilegio. Se trata de Juan Carlos Schmid (Santa Fe) y de Julio Piumato (ciudad de Buenos Aires).
Sumó malestar, también, que hubieran dejado de lado a último momento a Daniela Taboada (Chubut) y a Carlos González (Chaco), cuya candidatura fue puesta en tinta por el gobernador chaqueño, Jorge Capitanich, pero borrada, luego, porla Casa Rosada.
El malestar con el Gobierno fue evidente en la sede de Azopardo, e incluso no fueron pocos los que amagaron con no presentarse en el acto de anuncio de la fórmula oficial. Sin embargo, Moyano y su troupe se hicieron presentes en Olivos, para evitar lo que hubiera sido un claro mensaje de fractura, justo en el inicio mismo de la campaña electoral.
Desde hace tiempo la CGT había iniciado una campaña mediática para presionar por más lugares en las listas de candidatos.
"Tenemos que dejar de ser instrumentos de presión para ser instrumentos de poder. No sólo acompañamos con el voto; tenemos el derecho y la obligación de participar en política", había declarado hace apenas una semana Moyano durante un acto en el Chaco.
La reunión que hasta minutos antes del acto en el que Cristina Kirchner anunció a Amado Boudou como su compañero de fórmula mantuvieron los máximos dirigentes dela CGT en el 5º piso de la sede de Azopardo, y las reiteradas llamadas, no lograron torcer el rumbo. Sólo dos lugares, y un tanto relegados, fue lo que otorgó el kirchnerismo.
Incluso, Facundo Moyano estuvo a punto de ser el único representante de la central obrera, y a último momento de sumó el metalúrgico Carlos Gdansky, que no forma parte del riñón moyanista.
Gdansky, hombre cercano a Antonio Caló, titular de la Unión Obrera Metalúrgica, ocupará el 4º lugar en la lista de candidatos por la provincia de Buenos Aires, mientras que el hijo menor de Hugo Moyano estará en el puesto 11. Casi con seguridad, ambos conseguirán un lugar en el Congreso, y se sumarán a la tropa moyanista que integran Omar Plaini y Héctor Recalde, y los salientes Argüello y Antonio Alizegui.
En el medio de las negociaciones, dos dirigentes cegetistas de primer orden desistieron ayer de las candidaturas al quedar relegados por el kirchnerismo de los lugares de privilegio. Se trata de Juan Carlos Schmid (Santa Fe) y de Julio Piumato (ciudad de Buenos Aires).
Sumó malestar, también, que hubieran dejado de lado a último momento a Daniela Taboada (Chubut) y a Carlos González (Chaco), cuya candidatura fue puesta en tinta por el gobernador chaqueño, Jorge Capitanich, pero borrada, luego, porla Casa Rosada.
El malestar con el Gobierno fue evidente en la sede de Azopardo, e incluso no fueron pocos los que amagaron con no presentarse en el acto de anuncio de la fórmula oficial. Sin embargo, Moyano y su troupe se hicieron presentes en Olivos, para evitar lo que hubiera sido un claro mensaje de fractura, justo en el inicio mismo de la campaña electoral.
Desde hace tiempo la CGT había iniciado una campaña mediática para presionar por más lugares en las listas de candidatos.
"Tenemos que dejar de ser instrumentos de presión para ser instrumentos de poder. No sólo acompañamos con el voto; tenemos el derecho y la obligación de participar en política", había declarado hace apenas una semana Moyano durante un acto en el Chaco.
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