El escenario político marca la imposibilidad constitucional que tendría CFK, en caso de ganar el próximo mes, de ser re-reelecta. El analista político Carlos Fara estudia la situación del kirchnerismo mirando en el horizonte las elecciones presidenciales de 2015
Por Carlos Fara
Si la decisión dependiese de la Presidenta, sin duda, elegiría a Amado Boudou. CFK se definió por su ministro de Economía como compañero de fórmula por: primero, la edad ya que no llega a los 50.
En segundo término, no viene de la política territorial, ni del PJ tradicional. En tercer escalón, su estilo fresco, descontracturado. Cuarto punto es su lealtad personal. Quinto elemento es su compromiso ideológico con el proyecto y, en sexto lugar, su habilidad política.
Ella ve en Boudou el perfil de quien debería heredar su proyecto. Sin embargo, hasta ahora no enfrentó ninguna elección por sí mismo y, por lo tanto, se desconoce su potencial electoral real, más allá de su imagen positiva en los sondeos.
Dicha condición de competencia electoral sí se da en los casos de Scioli, Urtubey y Capitanich. Probablemente el gobernador bonaerense figure último en esta lista de preferencias presidenciales, porque su perfil y su historia generan resquemores en el cristinismo.
Quizá algo semejante ocurra con Urtubey. Algunos kirchneristas ubican en un mismo eje del “peronismo blanco” al ex motonauta, al gobernador de Salta y a Sergio Massa, como personajes que tienen su proyecto propio, y que en el fondo difiere del que quiere instalar la Presidenta de forma definitiva.
En ese marco, probablemente Capitanich sea la segunda opción de Cristina, de hecho estuvo cerca de ser el próximo vicepresidente. No ha intentado diferenciarse, y tampoco es un territorial típico, sino uno de la nueva camada de dirigentes”.
Si la decisión dependiese de la Presidenta, sin duda, elegiría a Amado Boudou. CFK se definió por su ministro de Economía como compañero de fórmula por: primero, la edad ya que no llega a los 50.
En segundo término, no viene de la política territorial, ni del PJ tradicional. En tercer escalón, su estilo fresco, descontracturado. Cuarto punto es su lealtad personal. Quinto elemento es su compromiso ideológico con el proyecto y, en sexto lugar, su habilidad política.
Ella ve en Boudou el perfil de quien debería heredar su proyecto. Sin embargo, hasta ahora no enfrentó ninguna elección por sí mismo y, por lo tanto, se desconoce su potencial electoral real, más allá de su imagen positiva en los sondeos.
Dicha condición de competencia electoral sí se da en los casos de Scioli, Urtubey y Capitanich. Probablemente el gobernador bonaerense figure último en esta lista de preferencias presidenciales, porque su perfil y su historia generan resquemores en el cristinismo.
Quizá algo semejante ocurra con Urtubey. Algunos kirchneristas ubican en un mismo eje del “peronismo blanco” al ex motonauta, al gobernador de Salta y a Sergio Massa, como personajes que tienen su proyecto propio, y que en el fondo difiere del que quiere instalar la Presidenta de forma definitiva.
En ese marco, probablemente Capitanich sea la segunda opción de Cristina, de hecho estuvo cerca de ser el próximo vicepresidente. No ha intentado diferenciarse, y tampoco es un territorial típico, sino uno de la nueva camada de dirigentes”.
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