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lunes, 20 de agosto de 2012

Denuncias cruzadas y testimonios reveladores



Los testimonios recogidos por la Comisión que investiga el asesinato de Candela Sol Rodríguez, que conforman legisladores oficialistas y opositores, le dan más incertidumbre a la causa y complica a varios funcionarios y policías. Qué dijeron las personas que declararon ante los senadores
A casi un año de la desaparición de Candela Sol Rodríguez, la causa se desarrolla pero con incertidumbres y contradicciones. Según sostienen, el expediente fue contaminado por las internas políticas. Se conocieron hoy los testimonios secretos de los protagonistas del caso ante la Comisión del Senado bonaerense que investiga el hecho y que está conformada por legisladores oficialistas y opositores.

En el expediente de la Comisión, al que accedió el diario Clarín, Carola Labrador sostuvo: “Armaban circos para distraerme, porque en realidad estaban armando”; “Yo no digo que esta gente (la Policía) mató a Candela, pero creo que ellos sabían quién la tenía y quién la mató ”; “La Policía armó todo”; “El Ministerio y la Policía de Hurlingham me alquilaron una casa(....)Hace tres meses me fui a lo de mi mamá. Tenía miedo de que me pase algo (...), tenía miedo de aparecer muerta o que digan un día que se suicidó la mamá de Candela”.

“Tómenlo como una licencia poética mía, un exceso o algo, porque a mí no me cabe ninguna duda de que esto es una venganza, tradicional o no tradicional”; “A mí la Policía no me ocultó nada. Pero alguien me ocultó algo”; “Yo creo que el fin último no era matar a la nena. Creo que explotó de tal manera en los medios que el que caía pegado al lado de la nena armaba un despelote de la gran siete”, declaró Marcelo Tavolaro, ex fiscal del caso.

En los documentos a los que accedió el matutino, queda en evidencia que el fiscal sospechaba del entorno de la víctima. Y lo contó la propia Carola: “Me dijo que yo tenía la culpa de la muerte de mi hija porque había muchos testigos de identidad reservada que decían que yo vendía droga. Dijo que mi hija era una atorranta (....) Yo le dije que era un incapaz, que la causa le había quedado grande”.

En tanto, comisario Walter Carballo, Superintendente de Investigaciones Complejas, indicó en su declaración: “En una casa donde hay 25 personas que entran, salen, opinan, gritan, es imposible trabajar. Mal se puede ayudar si uno no quiere ser ayudado”

También hubo aprietes : “El defensor oficial me quería hacer decir dónde tenía los juguetes sexuales que usaba con menores con las que tenía reuniones en mi casa, todas esas cosas”; “Uno (policía) que estaba sentado al lado mío me pegó fuerte en la nuca y me dijo ‘decí lo que sabés’. Me pasó un escalofrío por todo el cuerpo y me volvió a pegar” (Nestor Altamirano, detenido en el caso).

“Sé que hicimos humanamente lo imposible para enc ontrar a Candela con vida y que hicimos lo imposible para encontrar a los responsables una vez acontecido el homicidio. Y voy a estar conforme el día que este delito se esclarezca, y solamente ahí se me va a pasar la angustia que tengo adentro todavía, porque también soy papá. Créanme”. (Comisario Juan Carlos Paggi).

El 7 de agosto declaró ante los senadores Guillermo López, uno de los ocho detenidos que tuvo el caso. Dijo que poco después de caer preso, al ser llevado a la alcaidía de los Tribunales de Morón, un hombre que se presentó como defensor oficial le pidió que le “contara todo” y cuando López le dijo que no sabía nada le advirtió: “Entonces, te vas a pudrir en la cárcel”. El detalle es que López, según la comisión manejada por Mariotto, aseguró que poco tiempo después vio a ese hombre en la televisión, y dijo que para él era el ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, Ricardo Casal. “¿Por qué no denunció esto antes?”, le preguntaron los legisladores. “Porque en la cárcel mi vida no valía un atado de puchos ”, contestó López.

Ante la Comisión declararon importantes jefes policiales, pero también oficiales de menor rango a los que se interrogó principalmente sobre una prueba clave del expediente. Desde el comisario general Pablo Vázquez (Superintendente de la Policía Científica) hasta los peritos de rastros y genetistas se enfrentaron a esta pregunta: “¿Se pudo ‘plantar’ el ADN de la niña en esos dos elementos? ¿Se puede hacer técnicamente?” (sic).

La inmensa mayoría contestó que lo consideraba prácticamente imposible. Sin embargo, no pudieron explicar cómo en una casa donde todos reconocieron que estaba muy sucia sólo se habían encontrado rastros de la nena en dos objetos.

La misma Carola Labrador lo planteó cuando le tocó hablar: “A mi hija se le caía mucho el pelo, tenía el pelo hasta la cintura, y ni un pelo encontraron. Si estuvo siete días en esa casa, entonces ¿por qué no encontraron ni un pelo?”.

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