El cuestionado vicepresidente Amado Boudou realizó ayer duras declaraciones en contra del documento vertido en las últimas horas por la Iglesia, en el que se pedía por la reconciliación de todos los argentinos.
“¿Qué documento? A nadie le importa”, sostuvo el funcionario kirchnerista sobre el texto, en otra muestra de irresponsabilidad política que se suma a las complicaciones que viene sumando en el polémico caso Ciccone y a las sospechas en relación a una sociedad comercial de su entorno, utilizada para facturaciones falsas.
Enterada de los poco felices comentarios, la oposición apuntó de lleno a Boudou, cuyas aseveraciones estuvieron en línea con las de otros referentes del kirchnerismo, como Aníbal Fernández, quien calificó al documento eclesiástico como “un montón de verdades de Perogrullo”.
“No le importa a él, porque ya quedó demostrado que no le importa nada”, sostuvo la diputada del PRO Paula Bertol.
Por su parte, la diputada de Unión por Todos Patricia Bullrich dejó en claro que las expresiones del vicepresidente implican que “hay un Gobierno que no quiere escuchar”.
La legisladora porteña advirtió que “el problema es recurrente porque si sale la gente a la calle y hay una oposición, no la quieren escuchar, si la Iglesia opina que hay problemas de libertad de expresión, no la quiere escuchar”.
A su vez, explicó que el Gobierno “repite un aislamiento de sectores importantes de la sociedad”, mientras que “un gobierno lógico escucha las expresiones de los distintas partes de la sociedad”.
En tanto, desde el radicalismo, el jefe del bloque de senadores Luis Naidenoff opinó que la posición de Boudou “es un flaco aporte al sentido común que se necesita para recuperar al país”, y alertó que “cuando generás grietas en la sociedad, todos los que no acompañan, prácticamente son enemigos de la causa”.
El que también alzó la voz desde la UCR fue Ernesto Sanz, quien remarcó que el documento difundido por la Iglesia “puso el dedo en la llaga en una de las peores herencias del kirchnerismo”, que es la “división de la sociedad” y acusó al vicepresidente Amado Boudou de “ignorar la realidad”.
Sanz lamentó el “comentario despectivo” que realizó el vicepresidente sobre el texto de la Iglesia, porque “ignora la adversidad” y destacó que el Gobierno “le pega un cachetazo a la realidad, con rencores, resentimientos y odios”.
Senadora criticó al vicepresidente
La senadora justicialista federal de San Luis Liliana Negre de Alonso cuestionó ayer al vicepresidente Amado Boudou por expresar que el último documento de la Iglesia “no le importa a nadie” y destacó la preeminencia que tiene para los católicos la opinión de los obispos.
“Los católicos somos mayoría en la Argentina y la Conferencia Episcopal es la máxima autoridad de le Iglesia en la República Argentina” en el país, dijo la legisladora, y añadió que aún en el caso de que “los católicos no fuéramos mayoría, la opinión de los obispos también debería importar”
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