Investigación de Miradas al Sur. Existen partes de la Dirección de Inteligencia de la Policía provincial que revelan los vínculos de los grupos de tareas de esa organización con la represión ilegal antes y después del golpe cívico militar del 24 de marzo de 1976.
Una serie de informes elaborados entre 1971 y 1985 por la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (Dippba) sobre el accionar de la Concentración Nacional Universitaria (CNU) en las ciudades de Mar del Plata y La Plata –a los que tuvo acceso la investigación de Miradas al Sur – no sólo identifican a gran parte de los integrantes de esa organización de ultraderecha peronista integrada al terrorismo de Estado y permiten reconstruir su historia operativa, sino que ponen en evidencia la estrecha conexión de la CNU con la Policía Bonaerense y, con posterioridad a octubre de 1975, con el Batallón 601 de Inteligencia del Ejército. Se trata de informes producidos por las Mesas (centros de reunión de información) denominadas “A” de Mar del Plata y La Plata de la Dippba, dedicadas a hacer inteligencia en las universidades de esas ciudades.
De la lectura de los informes se desprende también cómo, fundamentalmente en Mar del Plata –y no así en La Plata, donde la CNU siguió operando activamente como tal–, la declinación del accionar de la organización fue coincidente con el incremento de la actuación de la Alianza Anticomunista Argentina (AAA o Triple A), a la cual se incorporaron como operativos varios de sus integrantes. Asimismo queda claro cómo después del 24 de marzo de 1976 algunos miembros de la CNU pasaron a formar parte de los grupos de tareas del terrorismo de Estado de la dictadura cívico militar y otros cumplieron funciones públicas.
De la lectura de los informes se desprende también cómo, fundamentalmente en Mar del Plata –y no así en La Plata, donde la CNU siguió operando activamente como tal–, la declinación del accionar de la organización fue coincidente con el incremento de la actuación de la Alianza Anticomunista Argentina (AAA o Triple A), a la cual se incorporaron como operativos varios de sus integrantes. Asimismo queda claro cómo después del 24 de marzo de 1976 algunos miembros de la CNU pasaron a formar parte de los grupos de tareas del terrorismo de Estado de la dictadura cívico militar y otros cumplieron funciones públicas.
ORÍGENES Y VÍNCULOS REPRESIVOS. Como ya saben quienes siguen la investigación de Miradas al Sur , la Concentración Nacional Universitaria nació durante 1967 en el Instituto Cardenal Cisneros de La Plata, conducido por el helenista y latinista Carlos Disandro, y se nutrió en un principio con ex integrantes del Movimiento Nacionalista Tacuara (MNT) y de la Unión Nacionalista de Estudiantes Secundarios (UNES). Para la Dippba, la primera aparición pública de la CNU ocurrió el 28 de agosto de 1968 mediante un panfleto de adhesión al “acto patriótico realizado por un grupo de jóvenes en las Malvinas”. En ese mismo informe, se la define como una organización que “agrupa a profesionales y universitarios, desplegando amplia actividad en las ciudades de La Plata y Mar del Plata. En ambos lugares ligados a la prédica del Dr. Carlos Disandro, de ideología nacionalista peronista, Dr. de Filosofía y Docente de las Universidades de La Plata y Buenos Aires”.
De acuerdo con un parte de inteligencia integrado al Legajo N° 68 –elaborado por la Mesa A, Factor Estudiantil–, el lanzamiento oficial de la organización en Mar del Plata ocurrió en agosto de 1971, durante un acto público realizado en el Teatro Alberdi con la presencia del propio Disandro y el sindicalista José Ignacio Rucci. En ese mismo parte, la Dippba identifica a los principales dirigentes de la CNU en la ciudad: “Dr. Ernesto Piantoni (h), Fernando Delgado, Raúl Viglizzo, Juan Carlos Gómez (h), Alberto Dalmasso, Jorge de Urquiza, Dr. Raúl Cuence, Arquitecto Arturo Adriani, Humberto Crivelli y Carlos González, todos conocidos como de orientación nacionalista y estrechamente vinculados al movimiento peronista de cuya juventud es dirigente el nombrado Vigliano (sic), quien se desenvuelve en el ámbito estudiantil universitario”.
Poco después, a principios de diciembre de 1971, la CNU saltó sangrientamente a la primera plana de los diarios cuando varios de sus integrantes interrumpieron a los tiros una asamblea que se estaba realizando en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Mar del Plata y asesinaron a la estudiante Silvia Filler, de 19 años. Entre los atacantes fueron identificados dos policías bonaerenses: el oficial subayudante Héctor Oscar Corres, que cumplía tareas en la Unidad Regional, y el agente Juan Carlos Gómez, ambos integrantes de la CNU. Pero no es sólo la presencia de dos policías bonaerenses en el grupo de tareas lo que pone al descubierto la vinculación de la CNU con esa fuerza de seguridad, sino la utilización que la Dippba le da a la información que Corres brinda durante su declaración ante la policía el 8 de diciembre de 1971. En lugar de dar detalles sobre el crimen –un aspecto que no parece interesar al interrogador–, Corres hace una minuciosa radiografía de las organizaciones de la izquierda marxista y peronista que actúan en la Facultad e identifica a sus principales referentes. Esa descripción será incorporada casi como un parte de inteligencia elaborado por el propio Corres a los informes de inteligencia de la Mesa A, Factor Estudiantil, de la Dippba marplatense.
En el informe de inteligencia del 13 de diciembre de 1971, firmado por el comisario Jorge Hermondari e incorporado al Legajo N° 44, el autor expresa claramente qué se hizo con la información elaborada por Corres: “Asimismo cabe agregar que el suscrito requirió al Delegado del SIPBA los antecedentes que pudieran registrar las personas, grupos y entidades mencionadas por CORRES, como así también una evaluación de lo expresado por el mismo, informando al Jefe lo siguiente: Los nombres de alumnos y profesores mencionados por el imputado CORRES, dentro de la línea izquierdista, que actúan en las distintas Facultades locales, en su mayoría coinciden con los antecedentes obrantes en la Delegación y, particularmente, en el caso de los primeros, la nómina de activistas es mucho más amplia. Sobre las organizaciones mencionadas y sus integrantes, siempre de orientación izquierdista, la información resulta útil porque permite ubicar con mayor precisión a cada uno de los elementos en los grupos que actúan”. En otras palabras, el objetivo de la Bonaerense no es el esclarecimiento del asesinato de Silvia Filler sino la identificación de militantes de izquierda.
De acuerdo con un parte de inteligencia integrado al Legajo N° 68 –elaborado por la Mesa A, Factor Estudiantil–, el lanzamiento oficial de la organización en Mar del Plata ocurrió en agosto de 1971, durante un acto público realizado en el Teatro Alberdi con la presencia del propio Disandro y el sindicalista José Ignacio Rucci. En ese mismo parte, la Dippba identifica a los principales dirigentes de la CNU en la ciudad: “Dr. Ernesto Piantoni (h), Fernando Delgado, Raúl Viglizzo, Juan Carlos Gómez (h), Alberto Dalmasso, Jorge de Urquiza, Dr. Raúl Cuence, Arquitecto Arturo Adriani, Humberto Crivelli y Carlos González, todos conocidos como de orientación nacionalista y estrechamente vinculados al movimiento peronista de cuya juventud es dirigente el nombrado Vigliano (sic), quien se desenvuelve en el ámbito estudiantil universitario”.
Poco después, a principios de diciembre de 1971, la CNU saltó sangrientamente a la primera plana de los diarios cuando varios de sus integrantes interrumpieron a los tiros una asamblea que se estaba realizando en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Mar del Plata y asesinaron a la estudiante Silvia Filler, de 19 años. Entre los atacantes fueron identificados dos policías bonaerenses: el oficial subayudante Héctor Oscar Corres, que cumplía tareas en la Unidad Regional, y el agente Juan Carlos Gómez, ambos integrantes de la CNU. Pero no es sólo la presencia de dos policías bonaerenses en el grupo de tareas lo que pone al descubierto la vinculación de la CNU con esa fuerza de seguridad, sino la utilización que la Dippba le da a la información que Corres brinda durante su declaración ante la policía el 8 de diciembre de 1971. En lugar de dar detalles sobre el crimen –un aspecto que no parece interesar al interrogador–, Corres hace una minuciosa radiografía de las organizaciones de la izquierda marxista y peronista que actúan en la Facultad e identifica a sus principales referentes. Esa descripción será incorporada casi como un parte de inteligencia elaborado por el propio Corres a los informes de inteligencia de la Mesa A, Factor Estudiantil, de la Dippba marplatense.
En el informe de inteligencia del 13 de diciembre de 1971, firmado por el comisario Jorge Hermondari e incorporado al Legajo N° 44, el autor expresa claramente qué se hizo con la información elaborada por Corres: “Asimismo cabe agregar que el suscrito requirió al Delegado del SIPBA los antecedentes que pudieran registrar las personas, grupos y entidades mencionadas por CORRES, como así también una evaluación de lo expresado por el mismo, informando al Jefe lo siguiente: Los nombres de alumnos y profesores mencionados por el imputado CORRES, dentro de la línea izquierdista, que actúan en las distintas Facultades locales, en su mayoría coinciden con los antecedentes obrantes en la Delegación y, particularmente, en el caso de los primeros, la nómina de activistas es mucho más amplia. Sobre las organizaciones mencionadas y sus integrantes, siempre de orientación izquierdista, la información resulta útil porque permite ubicar con mayor precisión a cada uno de los elementos en los grupos que actúan”. En otras palabras, el objetivo de la Bonaerense no es el esclarecimiento del asesinato de Silvia Filler sino la identificación de militantes de izquierda.
ANTES DEL GOLPE. La participación de los grupos de tareas de la Concentración Nacional Universitaria con el terrorismo de Estado desatado en la provincia de Buenos Aireas a partir de enero de 1974, cuando el gobernador Oscar Bidegain debió renunciar y fue reemplazado por el sindicalista de ultraderecha Victorio Calabró, ya ha sido extensamente desarrollada por los autores de esta investigación. También como, a partir de la intervención de las universidades de La Plata, Mar del Plata y Bahía Blanca, ocurridas luego de la llegada de Oscar Ivanissevich al Ministerio de Educación de la Nación, en la segunda mitad de 1974, la CNU multiplicó su accionar terrorista contra docentes y estudiantes con el aval y la complicidad de las nuevas autoridades universitarias. Un parte de inteligencia del 25 de septiembre de 1975, incorporado al Legajo N° 154 de la Mesa A de la Dippba, reafirma las vinculaciones de la CNU con los interventores universitarios, aun por la negativa. El informe señala que la CNU “ha entrado en franca decadencia” y explica las razones: “Otro de los factores determinantes del repliegue producido a partir de estos últimos tiempos, se le puede considerar el cambio efectuado en las diversas facultades por parte del Poder Ejecutivo, para consignar un caso, el cambio de Rector de la Universidad Nacional de Buenos Aires, Dr. OTTALAGANO, quien evidentemente se hallaba en cierta forma identificado con los postulados de la C.N.U. [...] En la Provincia no escapa a la atención de los observadores, la actividad del Rector REMUS TETU, que al cumplir con su gestión, es cuestionado por el estudiantado de esa Casa de Altos Estudios, por su política, al parecer anti-izquierdista que lleva a cabo en ese ámbito, solidarizándose con éste la C.N.U. y otros grupos denominados de derecha. Por su parte la C.N.U en su momento se identificó totalmente con la política llevada a cabo a nivel nacional por el entonces Ministro de Cultura y Educación de la Nación, Sr. Oscar IVANISSEVICH, para esto cabe recordar que en la gestión de este funcionario se suprimió el ingreso irrestricto a las Facultades, se procedió al despido de numerosos trabajadores y docentes de distintas facultades del país, especialmente quienes integraban gremios de los denominados ‘combativos’, política que con algunos cambios sustenta para la vida universitaria la CONCENTRACIÓN UNIVERSITARIA NACIONALISTA (sic)”.
Algunos datos ayudan a complementar esta información. El 14 de abril de 1975, el CNU Eduardo Cincotta fue nombrado secretario general de la Universidad de Mar del Plata por la intervención ultraderechista. Por otra parte, un informe de inteligencia elaborado por la Mesa A, Estudiantil, Bahía Blanca, de la Dippba sirve para constatar cuál fue la carrera de Héctor Oscar Corres, uno de los asesinos de Silvia Filler, durante la intervención ultraderechista en la Universidad de Nacional del Sur, con sede en Bahía Blanca. “El 30 de octubre de 1975, por resolución emitida por el Interventor normalizador de la Universidad Nacional del Sur, Dr. Julio REYNOSO, fue designado como Director del Departamento de Enseñanza Media, el Dr. Héctor Oscar CORRES”. Otro informe de inteligencia señala que Héctor Oscar Corres fue nombrado, el 7 de enero de 1976, director del Departamento de Ciencias Sociales de la misma casa de estudios. Apenas dos botones para una muestra mucho más extensa.
Algunos datos ayudan a complementar esta información. El 14 de abril de 1975, el CNU Eduardo Cincotta fue nombrado secretario general de la Universidad de Mar del Plata por la intervención ultraderechista. Por otra parte, un informe de inteligencia elaborado por la Mesa A, Estudiantil, Bahía Blanca, de la Dippba sirve para constatar cuál fue la carrera de Héctor Oscar Corres, uno de los asesinos de Silvia Filler, durante la intervención ultraderechista en la Universidad de Nacional del Sur, con sede en Bahía Blanca. “El 30 de octubre de 1975, por resolución emitida por el Interventor normalizador de la Universidad Nacional del Sur, Dr. Julio REYNOSO, fue designado como Director del Departamento de Enseñanza Media, el Dr. Héctor Oscar CORRES”. Otro informe de inteligencia señala que Héctor Oscar Corres fue nombrado, el 7 de enero de 1976, director del Departamento de Ciencias Sociales de la misma casa de estudios. Apenas dos botones para una muestra mucho más extensa.
DESPUÉS DEL GOLPE. La incorporación de muchos de los integrantes de la CNU a los grupos de tareas de las Fuerzas Armadas no fue producto de una decisión tomada por los estrategas del terrorismo de Estado después del golpe cívico militar del 24 de marzo de 1976. Las declaraciones del ex agente del Batallón 601 de Inteligencia del Ejército Orestes Vaello y varios documentos a los que han tenido acceso los autores de esta investigación permiten precisar que la Concentración Nacional Universitaria pasó a operar bajo las órdenes del Ejército a partir de octubre de 1975 (ver nota del 13 de noviembre del 2011). La patota de la CNU platense comandada por Carlos Ernesto Castillo (a) El Indio operó desde esa fecha y hasta después del golpe bajo las órdenes del jefe del Área de Operaciones 113, coronel Carlos Roque Presti.
Los partes de inteligencia de la Dippba permiten ahora determinar cómo la CNU marplatense –o, por lo menos, varios de sus miembros– se integró también a la represión ilegal de la dictadura. Un informe producido por la Mesa “DS” el 22 de mayo de 1977 e incorporado a la “Carpeta Varios N° 9074” revela la mecánica de incorporación. Allí, un memorando firmado por el jefe de la Dippba marplatense, comisario inspector Juan Carlos Ortiz Costa, se refiere a un atentado sufrido por Nicolás Miguel Cafarello, a quien identifica como “perteneciente al Servicio de Informaciones del Ejército”. En uno de los párrafos dice: “El causante (N. de la R.: es decir, Cafarello) fue simpatizante del C.N.U. local de línea extrema derecha. Luego de la asunción del actual gobierno, los integrantes de esta agrupación considerados ‘recuperables’ fueron integrados al Servicio de Informaciones del Ejército y en tales condiciones se encontraba en oportunidad descripta. En el mes de diciembre de 1976 conjuntamente con otro integrante de ese Servicio de Informaciones, detuvieron en la ciudad de Buenos Aires a Raúl MONTES [ROAL MONTES], a) “Pájaro”, integrante de MONTONEROS donde revistaba con carácter de oficial y perteneciente a la columna La Plata”.
Otro parte de inteligencia de la Dippba, producido después de la recuperación de la democracia por la Mesa “DS”, Factor Varios, con el número 23147, identifica a varios ex integrantes de la CNU que participaron en la represión ilegal durante la dictadura. “Después del golpe de marzo del 76, algunos colaboraron con el Ejercito en la lucha anti-subversiva, como (Eduardo) Cincotta, (Jorge) De la Canale, (Eduardo) Ullua, y (Mario) Dourquet. Posteriormente y en razón de que se sospechaba eran autores de diversos delitos, comienzan a ser investigados y algunos se van del país, tal el caso de Dourquet”, dice el informe.
Los partes de inteligencia de la Dippba permiten ahora determinar cómo la CNU marplatense –o, por lo menos, varios de sus miembros– se integró también a la represión ilegal de la dictadura. Un informe producido por la Mesa “DS” el 22 de mayo de 1977 e incorporado a la “Carpeta Varios N° 9074” revela la mecánica de incorporación. Allí, un memorando firmado por el jefe de la Dippba marplatense, comisario inspector Juan Carlos Ortiz Costa, se refiere a un atentado sufrido por Nicolás Miguel Cafarello, a quien identifica como “perteneciente al Servicio de Informaciones del Ejército”. En uno de los párrafos dice: “El causante (N. de la R.: es decir, Cafarello) fue simpatizante del C.N.U. local de línea extrema derecha. Luego de la asunción del actual gobierno, los integrantes de esta agrupación considerados ‘recuperables’ fueron integrados al Servicio de Informaciones del Ejército y en tales condiciones se encontraba en oportunidad descripta. En el mes de diciembre de 1976 conjuntamente con otro integrante de ese Servicio de Informaciones, detuvieron en la ciudad de Buenos Aires a Raúl MONTES [ROAL MONTES], a) “Pájaro”, integrante de MONTONEROS donde revistaba con carácter de oficial y perteneciente a la columna La Plata”.
Otro parte de inteligencia de la Dippba, producido después de la recuperación de la democracia por la Mesa “DS”, Factor Varios, con el número 23147, identifica a varios ex integrantes de la CNU que participaron en la represión ilegal durante la dictadura. “Después del golpe de marzo del 76, algunos colaboraron con el Ejercito en la lucha anti-subversiva, como (Eduardo) Cincotta, (Jorge) De la Canale, (Eduardo) Ullua, y (Mario) Dourquet. Posteriormente y en razón de que se sospechaba eran autores de diversos delitos, comienzan a ser investigados y algunos se van del país, tal el caso de Dourquet”, dice el informe.
ACÁ ESTÁN, ÉSTOS SON. No es el único aporte que hace el informe 23147 de la Mesa “DS” de la Dippba. Fechado el 3 de mayo de 1985, con la carátula “Información relativa a la Concentración Universitaria Nacional (C.N.U.) obrante en esta Dirección General”, este parte de inteligencia brinda uno de los listados más exhaustivos que existen de los integrantes de la CNU marplatense. La lista es la siguiente: “Raúl Viglizzo, Ernesto PIANTONI (h), Alberto Dalmasso, Juan Carlos Gómez (h), Jorge de Urquia, Raúl Cuence, Arturo Abriani, Roberto Crivelli, Carlos González, Jorge de la Canale, Eduardo Salvador Ullua, Eduardo Cincotta, Oscar Corres, Mario Dourquet, Gustavo Demarchi, Marcelo Arenaza, Beatriz María Arenaza, Horacio Luis Raya, Roberto Antonio Faran, Jorge Aguilera, Beltrán Laguyas, Roberto Coronel, Alberto Meriondo, Horacio Garaguzo, Juan Carlos Fantoni, Eduardo Benoris, Jorge Garrica, Eduardo Botte, José Luis Granel, Fernando Catuogno, Juan Carlos Rentería, José María Lorenzo, José Luis Piatti, Horacio Rolón, Roberto Justel, Miguel Landi, Miguel Famularo, Ricardo Gulminelli, Ordoner Renato Redi y Osvaldo Maidal”.
Al escribirse estas líneas, algunos de ellos han muerto, otros están detenidos, otros esperan en el exterior que se resuelvan los pedidos de extradición de la Justicia argentina, otros siguen prófugos y más de uno sigue viviendo tranquilamente en Mar del Plata sin que se le haya pedido todavía una rendición de cuentas por los crímenes cometidos como parte de la maquinaria del terrorismo de Estado, antes y después del golpe.
Al escribirse estas líneas, algunos de ellos han muerto, otros están detenidos, otros esperan en el exterior que se resuelvan los pedidos de extradición de la Justicia argentina, otros siguen prófugos y más de uno sigue viviendo tranquilamente en Mar del Plata sin que se le haya pedido todavía una rendición de cuentas por los crímenes cometidos como parte de la maquinaria del terrorismo de Estado, antes y después del golpe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario