Un equipo de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata entregó a la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Nación un pormenorizado informe técnico y diagnóstico sobre la trágica tormenta del 2 de abril pasado y sus consecuencias en la capital bonaerense.
Pablo Romanazzi, titular del Laboratorio de Hidrología de esa facultad y uno de los autores del estudio, dijo al respecto que si se hubieran llevado adelante las obras recomendadas por su cátedra en 2007, “en la reciente inundación el agua habría empezado a retirarse unas cinco o seis horas antes”.
“Ese lapso de tiempo, ante una situación tan grave como la que vivimos, resulta fundamental”, dijo Romanazzi, que recordó que “hubo mucha gente bajo estado de hipotermia que pasó toda la noche esperando una ayuda que no llegó y, lamentablemente, falleció o contrajo serios problemas de salud”.
El ingeniero aclaró que no se puede afirmar que la cifra de muertos podría haber sido menor, pero que “en muchas calles el agua se mantuvo a niveles muy elevados hasta las 8 de la mañana del día siguiente”, por lo que “quizá, de haberse hecho las obras, el agua se habría retirado a las 2, lo que hubiera contribuido a las tareas de rescate y ayuda”.
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