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lunes, 28 de octubre de 2013

El triunfo de Capitanich mete una cuña entre Scioli y Urribarri


El gobernador de Chaco ganó con el 60% de los votos y quedó posicionado en la carrera para la sucesión de Cristina Kirchner. Fue la figura más destacada en el búnker del FPV y hoy ya habló de la pelea por el 2015. El entrerriano también salió fortalecido pero deberá lidiar con un actor inesperado, que es mejor visto dentro del PJ. Scioli, el más golpeado de la jornada.

Las elecciones legislativas del domingo alteraron el escenario del kirchnerismo no sólo por la dura derrota en la mayoría de los distritos, sino también por las opciones que aparecen como posibles sucesores de Cristina Kirchner. El dato más relevante es que a la previsible disputa entre Daniel Scioli y Sergio Urribarri, se sumó un actor inesperado: Jorge Capitanich.

La cara de Scioli en el búnker que el Frente para la Victoria montó en el hotel NH Tango era la muestra más certera de que fue el gran derrotado de la jornada. El gobernador bonaerense mantuvo el gesto adusto y ni siquiera fue uno de los primeros en hablar. Trató de mantener su discurso positivo, pero no pudo soltar ni una sonrisa.

En cambio, el kirchnerismo resaltó con creces los triunfos de Capitanich y Urribarri. Después de la arenga de Amado Boudou, el gobernador del Chaco tomó la palabra mediante videoconferencia y copó el centro de la escena. “Coqui”, como lo presentó Juan Manuel Abal Medina, le aportó un rotundo triunfo al FPV y la boleta en la que se anotó como testimonial sacó el 60% de los votos.

Hasta días antes de las elecciones, el triunfo del kirchnerismo en Chaco no era seguro. En las primarias había ganado por un estrecho margen y una agresión contra Ángel Rozas no hizo más que agrandar la imagen del ex gobernador radical. Pero ayer Capitanich dio el batacazo, llegó al 60% y se quedó con las dos bancas en el Senado y tres en Diputados.

El dato más sorpresivo es que el FPV incrementó su caudal en casi 65 mil votos y se impuso con comodidad en tradicionales bastiones radicales como Resistencia y Roque Sáenz Peña. Para explicar ese crecimiento, en Chaco se habla de un acuerdo subterráneo entre el gobernador y la intendenta radical de la capital, Aída Ayala, que ayer no estuvo en la conferencia de prensa junto a los candidatos de su partido.

El mayor problema para Capitanich parece tenerlo fronteras adentro. Más allá de la imagen que intenta trasmitir, el gobernador chaqueño tiene serios problemas para mantener alineados a todos los sectores del peronismo, incluido el vicegobernador con quien mantiene una dura disputa. De hecho, después de las primarias tuvo que salir a presionar a los intendentes para garantizarse el compromiso en las elecciones de ayer.

Triunfo y posicionamiento

Algunos testigos de los festejos de anoche en Resistencia comentaron que el “Coqui” estaba exultante y reconoció ante los suyos que el triunfo le abre la puerta para aspirar a la presidencia.

Este lunes, el chaqueño buscó bajarle el tono a las especulaciones sobre sus aspiraciones presidenciales. "El escenario de 2015 recién se puede empezar a configurar a partir de 2015", declaró.

Pero enseguida dio a entender que no habrá "bendecidos" y pidió dirimir candidaturas en internas. Además, estimó que en el kirchnerismo habrá "una frondosa y profunda discusión". Para completar la jugada, Capitanich empezó a disputarle a Scioli el lugar de líder de los gobernadores peronistas, al anunciar que mañana irá a San Juan junto a un grupo de mandatarios provinciales.

La irrupción de Capitanich es un problema más para Urribarri que para Scioli. Pese al traspié de ayer, el ex motonauta tiene peso propio como para ponerse al hombro una campaña presidencial y no necesita ser el "bendecido" de Cristina, algo que el entrerriano necesita sí o sí.

Como explicó LPO, la idea de posicionar a Urribarri es parte de una estrategia armada por Carlos Zannini y la cúpula de Unidos y Organizados, es decir el kirchnerismo duro. Ese sector necesita con urgencia la aparición de un competir a Scioli y cree que el “Pato” es la figura que reúne todos los ítems de un kirchnerista de paladar negro.

Zannini buscó levantarle su perfil nacional con el resurgimiento del conflicto con Uruguay por la ex Botnia e hizo trascender que podría ser jefe de Gabinete después de las elecciones, algo que cayó muy mal cerca de Abal Medina. Ayer, el actual jefe de ministros elogió y mucho a Capitanich, en lo que fue leído como una factura que le pasó al “Chino”.

Con Juan Manuel Urtubey y José Manuel de la Sota aparentemente fuera de carrera, dentro del peronismo Scioli sigue siendo el preferido, aunque el peso de la derrota podría perjudicarlo.

La novedad entonces es Capitanich, que es visto dentro del PJ como mejor preparado que Urribarri. Lo favorece su perfil de tecnócrata y lo ven con mejores condiciones para enfrentar las turbulencias económicas que se avecinan. Su antecedente como jefe de Gabinete en plena crisis del año 2002 le suma puntos extras.

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