El Gobernador tiene la herramienta de gestión, y el massismo algunas concesiones presupuestarias, además de lugares que le sirven para contener. Las sospechas de la oposición sobre una maniobra típica del peronismo, las sillas y la foto que no fue
El acuerdo llegó tras una conversación entre Daniel Scioli y Sergio Massa, para la cual el primero contó con la venia de la Casa Rosada. Ambos referentes mantuvieron bajo siete llaves los términos de esa charla. Los hechos posteriores permitieron descubrir algunos, y otros se conocerán a partir de decisiones en los próximos días.
“Hay que estar atentos al boletín oficial, porque ahí irán apareciendo los massistas que ocuparán cargos en los directorios de las empresas del Estado bonaerense”, advirtió un legislador de la oposición. Desde los espacios vinculados con el radicalismo conjeturan una maniobra que “va más allá de la votación del presupuesto y de los cargos”.
Estas sospechas son negadas tanto por los voceros del sciolismo como por los interlocutores del Frente Renovador. Sin embargo, el resultado de la negociación permitió levantar las copas en los dos búnkers.
¿Un pacto de no agresión entre competidores por la Presidencia en 2015? De eso se habla en los corrillos legislativos. La irrupción de Jorge Capitanich fue una mala noticia para ambos, y llevar la pelea desde ahora hasta dentro de dos años significaría un desgaste tedioso, con el riesgo de allanarle el camino a un tercero. “Acá también se negoció un impuestazo en marzo, y connivencia para no hostigar las posibilidades electorales de ambos”, intuyen en el Frente Progresista.
Pero más allá de las conjeturas, y del armisticio de impredecible durabilidad, el hecho concreto es que la negociación para sacar el presupuesto y la ley Impositiva 2014 permite a Daniel Scioli disponer de las herramientas financieras necesarias, y a Sergio Massa contener con espacios públicos a parte de su tropa.
Puertas adentro, el intendente de Tigre siempre arengó con la necesidad de hacer una buena elección en los últimos comicios que le permitiera llegar a un número de legisladores suficiente como para manejar la mitad de los recursos del Senado y un tercio del presupuesto de Diputados. Quizá no llegue exactamente a esa cifra, pero el massismo tendrá una importante porción de los recursos de la Legislatura, traducidos en módulos, contratos y subsidios.
La contención de dirigentes y el crecimiento del espacio en cuanto a estructura fueron desde el primer momento una preocupación para Massa de cara a 2015. Así como calculó los lugares y recursos legislativos para contener a dirigentes enrolados en su proyecto que no obtuvieron cargos electivos, también bosquejó una lista de adherentes al Frente Renovador a los cuales no podía dejar afuera de todo durante dos años.
Esa nómina le habría pasado al propio Scioli en la negociación por el presupuesto. Como respuesta al compromiso del tigrense de abandonar la hasta entonces obcecada oposición al pedido de endeudamiento, el Gobernador habilitó algunas sillas de las tantas que dispone para “pagos políticos”.
Además del difundido premio para el bahiense Dámaso Larraburu en el directorio del Banco Provincia, Scioli también ofertó un lugar dentro del vasto grupo Bapro (donde iría el marplatense Juan Garivoto), y una docena de cargos en los directorios de las empresas y entes descentralizados, como las compañías de servicios y las prestadoras, como el IOMA.
Los nombres para ir en esos lugares todavía están en tratativas; incluso varios dirigentes dudan de tomar el puesto, ya que quedan a tiro de decreto del mandatario bonaerense. Es una disyuntiva, por ejemplo, para el senador Osvaldo Goicoechea (uno de los nombres de esa lista massista), quien soñaba con el sillón finalmente cedido a Larraburu. Así como él hay otros dirigentes y legisladores con caducidad de mandato que jugaron en el massismo y se quedaron sin nada, a los cuales el alcalde de Tigre pretende dar contención.
Felipe Solá viajó con Massa a España, y en las charlas entre ambos pidió contención para sus escuderos Roberto Mouillerón y Raúl Rivara, y también para su esposa, María Helena Chaves. Se dice que Mouillerón será uno de los massistas con conchabo en un ente provincial. Consultado al respecto por La Tecla, el ex ministro de Trabajo aseguró no saber nada, aunque aclaró que Solá ya le habló de “integrar un trabajo en conjunto dentro del Frente Renovador”.
La foto que no fue
En el sciolismo analizan como escaso o nulo el costo político de ceder estos espacios a quien aparece como un posible competidor presidencial. En definitiva, pasarán a formar parte del gobierno, quizá después se sientan cómodos allí, mientras otean la evolución de las probables candidaturas.
El costo político al cual Scioli se negó fue al de la foto. En medio de la conversación, Sergio Massa le propuso sellar el pacto con un retrato que los mostrara juntos. El titular del Ejecutivo provincial se negó, y si bien no corrió riesgos el acuerdo, tampoco el Gobernador esperaba la propuesta. “Siempre va por más”, reflexionaron después cerca suyo.
Dirigentes de la Coalición Cívica (única fuerza que no aprobó el presupuesto) cargaron contra los acuerdos entre el gobierno bonaerense y los demás espacios opositores. “El Frente Renovador, un cargo en el directorio del Bapro; UCR, un Fiscal de Estado, un director del Bapro, un Tesorero General y un subcontador general; Unión Celeste y Blanco, un asesor general; FAP, cargo en el organismo de control de agua (Ocaba) y otro en el de electricidad (Oceba)”, se quejó el diputado Oscar Negrelli. En tanto, Walter Martello habló de “un intercambio de favores” entre el sciolismo y el massismo, y
consignó “las designaciones en el Banco Provincia, como futuras designaciones en IOMA e YPF”.
El FAP y el radicalismo se despegan, y apuntan al consenso entre Massa y Scioli, el cual también llevaría a una votación pronta del proyecto de Policía Comunal (con la propuesta de Alejandro Granados mejorada con puntos de la massista) y, como se dijo, una posible readecuación impositiva.
Donde sí hubo foto, y un mayor blanqueo, fue en el acuerdo con Francisco de Narváez, sellado con la llegada de Gustavo Ferrari como asesor general. Por ahora no será el “Colorado” quien desembarque en el sciolismo, pero probablemente su espacio sí tenga otra silla reservada.
Scioli siempre destacó “la oposición responsable” de De Narváez, pero ése no es el único motivo por el que el denarvaísmo ganó llaves de ingreso al Ejecutivo provincial. Hay sectores del FpV que valoran la actitud del diputado de no haber bajado la lista de Unidos por la Libertad y el Trabajo, y con ello evitar una mayor diferencia en las elecciones a favor de Massa. Más aún, se le atribuye a Daniel Scioli el convencimiento para que De Narváez siguiera en carrera, pese a las presiones recibidas desde sectores económicos vinculados al massismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario