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lunes, 10 de febrero de 2014

Verbitsky empieza a despegar: "No tiene sentido negar el ajuste"


LPOEn su editorial en Página, el periodista le pega al “gradualismo" de Kicillof y
 recuerda los muertos de diciembre.
Luego de casi once años de oficialismo explícito, Horacio Verbitsky comenzó a
despegarse de manera notable del Gobierno de Cristina Kirchner y en su edito
rial del domingo en Página 12 no sólo fustigó el presente económico sino que
destrozó al futuro político del kirchnerismo.
En uno de los párrafos más destacados de la editorial titulada “Curva Cerrada”,
 el periodista ataca al ministro Axel Kicillof: “La opción del nuevo equipo econó
mico por un gradualismo que da resultados en el agua destilada del laboratorio
 pero no en el barroso río de las pirañas”, advierte Verbitsky.
“No tiene sentido negar que se trata de un ajuste”, asegura el periodista, aun
que aclara de manera insólito que no hay que “perder de vista su carácter he
terodoxo”.
Otro de los destinatarios de la columna es el titular del Banco Central, Juan Car
los Fábrega, a quien Verbitsky culpó por la “tardía compensación a la persisten
te falta de instrumentos de ahorro para quienes tienen excedentes” y cuestion
 por el aumento en la tasa de interés, “cuyo daño colateral sobre el nivel de acti
vidad aún no puede evaluarse”.
En obvia alusión a la propia Cristina Kirchner y a su ministra de Industria, Débo
ra Giorgi, Verbitsky señala que “la elección de la industria automotriz y de la ar
maduría electrónica de Tierra del Fuego como dinamizadores del crecimiento ha
 sido un arma de doble filo, porque ambas tienen una balanza comercial muy ne
gativa y además incentivan el consumo energético en rubros no productivos. La
 integración de partes nacionales es baja en el complejo automotriz y nula en la
electrónica, a lo que se suma la deficitaria cuenta de combustibles. La corrección
 de estos desequilibrios no es fácil y mucho menos en los plazos exiguos que plan
tean el balance de pagos y el calendario electoral”.
Eso es lo que sostiene el economista preferido de Verbitsky, Eduardo Basualdo,
 que como anticipó LPO le dio un duro diagnóstico a Kicillof en una cumbre de 
economistas que el ministro concertó en diciembre.
Verbitsky también reserva un párrafo para el ex secretario de Comercio Interior
 Guillermo Moreno, al recordar “la merma de la actividad por los obstáculos a las importaciones que planteó desde Comercio Interior un especialista en jugar con
 cosas que pueden romperse y no tienen repuesto”. Y también descarta por ina
plicable la estatización del comercio de granos.
Por otro lado, Verbitsky no dejó pasar los episodios de diciembre que causaron
muertes en varias provincias: se refirió al “insoportable mes de diciembre (con
 la peor ola de calor que se conozca, los cortes de luz, los intencionados motines
policiales y las consecuentes zonas liberadas)” y rescató que todo este contexto
 no terminó en un “conflicto social que en cualquier otra época de los últimos se
senta años hubiera producido llamas y derrumbes”, aunque lamentó "la espan
tosa cantidad de vidas humanas perdidas".
Verbitsky también hace referencia al conflicto que tienen los gremios afines al
 Gobierno con sus bases, en especial el mecánico Ricardo Pignanelli y el metalúr
gico Antonio Caló, que según el periodista “han sido los dirigentes de la CGT más comprensivos con la maniobra económica iniciada por el gobierno para salir de
 la trampa de los paralelos frenos cambiario y comercial, porque sus sindicatos
están entre los que más crecieron desde 2003”. Para el periodista, Smata y la
 UOM ahora “serían los principales afectados por la corrección de ambos tras
tornos comerciales. Caló planteó una moderación de los reclamos salariales a
cambio de un compromiso de mantenimiento de los niveles de empleo. La frag
mentación sindical tampoco facilita las cosas”, asegura Verbitsky.
Como conclusión, el periodista pinta un panorama político desolador para el kir
chnerismo. Asegura que si “el kirchnerismo consigue hacer pie en ese núcleo du
ro inconmovible, llega con un candidato propio a la disputa electoral y se consoli
da como una nueva identidad política con la que sea imprescindible contar de ahí
 en más, bajo la conducción de Cristina (ya sea que ese candidato se imponga, por
 dentro o por fuera del PJ, o que retenga un porcentaje apreciable de los votos,
 no inferior al 20 por ciento)”.
El otro futuro posible que Verbitsky vislumbra para el kirchnerismo es que se
diluya “sin pena ni gloria y estos años se recordarán con nostalgia como una en
carnación efímera del justicialismo, igual que antes el menemismo”.

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