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viernes, 4 de abril de 2014

Sean eternos los intendentes


El FR, el FAP y la UCR piden desde hace más de un año limitar la reeleción de los jefes comunales. El gobierno, en tanto, presentará un proyecto que les da más facultades. Internas, demoras y mentiras en la reforma de la Ley de las Municipalidades
El gobierno quiere presentar una ley tibia, que da mayor poder a los intendentes y no se mete en ninguna de las discusiones reales que han dominado la agenda 2013, y 2014.

Cuando Daniel Scioli inició su segundo mandato, en 2011, anotó en su agenda de gestión la presentación de una nueva Ley Municipal, para reemplazar a la tantas veces reformada Carta Orgánica de las Municipalidades, confeccionada en 1958, durante un gobierno militar.

Encomendó para la tarea a la entonces asumida ministra de Gobierno, Cristina Alvarez Rodríguez, y al subsecretario de Asuntos Municipales, Marcelo Sosa, que sería el encargado de la convocatoria a todos los jefes comunales. La reforma comenzó a desarrollarse a través de foros, que durante 2012 se fueron realizando en diferentes puntos de la Provincia. Participaron intendentes, concejales, funcionarios y especialistas. Pero con el paso del tiempo el tema se fue corriendo de la lista de prioridades del Gobernador, quien le puso una pausa a la tarea.

Tiempo después, la irrupción del Frente Renovador en la escena política reinstaló el tema desde su punto más polémico. El entonces jefe del bloque opositor en Diputados, Rubén Eslaiman, presentó un proyecto de ley, que reformaba el viejo decreto de la dictadura, para restringir a dos mandatos las posibilidades de gestión de los alcaldes y los concejales. La propuesta nunca tuvo atención en las comisiones respectivas, y al día de hoy nunca fue tratada en el recinto.

El FAP, en su nueva versión de interbloque con la UCR, se metió en el asunto, y propuso una reforma superior. En este caso buscan no sólo bloquear la posibilidad de reelección de los jefes comunales y ediles, sino también de los propios legisladores provinciales. Y para eso, claro, se precisa reformar la Constitución. Igualmente, hasta ese momento la reforma se desarrollaba a una tibia temperatura. Hasta que el vicepresidente de la cámara baja, José Ottavis, ante una gran cantidad de concejales, y algunos intendentes, se pronunció a favor de poner límites a las gestiones locales. Para muchos, lo del jefe camporista fue una jugada interna, que apuntó a muchos jefes comunales de su sección, la Primera, que por estas horas están siendo tentados por el massismo. Para otros fue una posibilidad cierta de que el oficialismo prosiga en esta cuestión. Un día después de esas declaraciones, el Ejecutivo manifestó su intención de avanzar finalmente sobre una nueva ley.

El subsecretario Sosa se reunió con la presidenta de la comisión de Asuntos Municipales de Diputados, la oficialista Viviana Nocito, quien se manifestó en contra de una reforma que afecte la reelección de los intendentes.

Respecto de la propuesta del Ejecutivo, que se encuentra en la etapa de revisión previa a su envío a la Legislatura, no aborda ninguno de los temas que hasta la fecha han generado polémica. Todo lo contrario, es una reforma que empodera a los jefes comunales, tal como indicó a este medio un funcionario sciolista. No toca la reelección, y les ofrece mayores herramientas administrativas para desenvolverse. Tampoco se mete con las facultades del Deliberante con relación a la posibilidad de remover a los alcaldes, ni reforma el sistema de financiamiento de las comunas. “Una ley inofensiva”, tal como mencionó un kirchenrista.

Sin embargo, en la actual coyuntura política, donde el oficialismo comienza nuevamente a transitar situaciones internas ríspidas, el massismo está al acecho (soportando también sus propias diferencias) y la oposición no PJ intenta encontrar su lugar en el mundo electoral. Nada parece suponer el rebote que puede generar el “inofensivo” proyecto del gobierno.

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