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sábado, 3 de mayo de 2014

El dilema kirchnerista: Abrazar o enfrentar a Scioli

Por Ignacio FidanzaCristina frente a una decisión clave: Enfrentar a Scioli 
y acaso fortalecerlo- o negociar unidad a cambio de lugares en las listas.
Daniel Scioli está ingresando en el territorio que mejor conoce: El mundo
del candidato. “Ser el más preparado o inteligente no garantiza nada. A la
 hora de ganar elecciones lo que necesitas es un candidato y Daniel ya de
mostró que es un gran candidato”, se entusiasman cerca del gobernador.
La biografía política ofrece cierto sustento al entusiasmo. Scioli viene ganan
do elecciones hace años por márgenes muy amplios, incluso superando défi
cits evidentes de gestión. Quedará para otra discusión, si estos le son com
pletamente atribuibles, o son el efecto de una provincia desfinanciada por la
Nación.
Un simple repaso por las noticias revela que en las últimas semanas Scioli o
cupó el centro de la escena y logró incomodar a casi todos. El peronismo his
tórico cada vez disimula menos su tránsito a La Plata. El sanjuanino José
Luis Gioja fue el primer gobernador en decirlo con todas las letras. Pero son
muchos más. La catarmarqueña Lucía Corpacci –amiga de Cristina del Sena
do- es otra que ya comprometió su apoyo.
Igual que el jefe de bloque del Senado, Miguel Angel Pichetto, quien organizó
el almuerzo que Scioli tuvo esta semana con el caudillo pampeano Carlos Ver
na. Esa comida es acaso uno de los indicadores más fuertes del creciente efecto
 gravitacional que está generando el gobernador bonaerense en el peronismo.
Verna es uno de los políticos mas duros y experimentados que tiene el PJ. El
 año que viene disputará la gobernación de su provincia. Fue el único caudillo
territorial que renunció a su candidatura en el 2011, cuando Cristina quiso ar
marle la lista de diputados con camporistas.
Después, se sumó al bloque del Peronismo Federal junto a viejos lobos de mar
 como Carlos Reutemann, Adolfo Rodríguez Saá y Juan Carlos Romero, todos
 cercanos a Sergio Massa. La novedad es evidente: Scioli no sólo se benefició de
 la madeja tejida por Juan Carlos Mazzón para obturar el salto de peronistas ha
cia el Frente Renovador, sino que ahora comienza a tironearle al propio Massa
 sus aliados. La misma tensión sufre la Casa Rosada.
El dilema kirchnerista
Por estas horas en el Gobierno se debate una pregunta inquietante: ¿La estrate
gia de rodear a Scioli con rivales y enfrentarlo en las primarias, no será un enor
me regalo? Es que una confrontación en la que Scioli aplaste a los candidatos del
kirchnerismo, terminaría de liquidar a ese movimiento y lo dejaría en inmejora
bles condiciones para la general.
Es por eso que La Cámpora comenzó a revisar su entusiasmo inicial con el entre
rriano Sergio Urribarri y como reveló LPO, ahora limitó su estrategia a acumular
 fuerzas para una negociación por las listas de diputados, con el candidato que sea.
Por eso barajan dos iniciativas: Aplicar el sistema de integración proporcional
D´Hont en lugar del clásico mayoría y minoría, que siempre utilizó el peronismo
 para definir sus listas. O directamente proponer que se intercale uno y uno.
Otro elemento acaso más gravitante empuja al kirchnerismo a una negociación de
 lista única: Una campaña competitiva para enfrentar a Scioli en la primaria presi
dencial tiene un costo estimado en los círculos del poder, de 1.200 millones de pe
sos. “Quien se va a gastar eso para perder”, se preguntan cerca del gobernador.
Hoy el candidato kirchnerista que mejor mide es el ministro del Interior y Trans
porte, Florencio Randazzo, muy lanzado a la pelea presidencial. “Cristina tiene
que definir si quiere jugar a ganar. Si quiere ganar no puede dividir el voto kirch
nerista”, explican cerca suyo. La lógica es simple –y por eso contundente-, ante
el peso específico de Scioli la única chance es concentrar todo el voto kirchnerista
 en una sola oferta. “Esto se define antes de fin de año”, especulan en la Casa Ro
sada.
Lo que se discute detrás de estas alquimias es evidente: El barco kirchnerista es
tá llegando a puerto y los marineros quieren seguir en la actividad. Es decir: ¿Qué
 estrategia es la más adecuada para salvar lo que se pueda salvar?
Sin embargo, nada de esto debería entenderse como el certificado de un tránsito
 asegurado para Scioli en su camino a la Casa Rosada. Como candidato oficialista
que es, su suerte sigue atada a la marcha general de la economía. El escenario de
 crisis controlada o estabilizada lo beneficia, la implosión terminaría con sus sueños presidenciales.
Falta poco y falta mucho. Después del Mundial empezará a definirse el trazo grue
so, de una pelea se librará el año que viene. No habrá nada más político que ese
puñado de meses. 

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