Los economistas Mario Blejer y Miguel Bein mostraron algunas de las cartas con las que el Gobernador jugará en el plano económico en la campaña 2015. Las diferencias con el proyecto actual
Ambos son asesores del Gobernador, y no necesitaron mostrar un programa concreto para dar inequívocas señales del rumbo económico que tendrá la propuesta sciolista en la búsqueda de la Presidencia. En base al optimismo porque “los comodities agrarios se mantienen”, la propuesta se basará en alentar inversiones para aumentar la capacidad productiva.
Es muy claro al respecto Miguel Bein: “Si nosotros seguimos invirtiendo sólo nueve por ciento entre equipamiento productivo y material de transporte, ni Scioli Presidente arregla esto”. Considera que una vez “alcanzado el pleno empleo, el motor de la economía no puede ser más el consumo, sino que pasa a ser la inversión”.
Bein, uno de los hombres a los que más escucha Scioli, considera clave de cara al futuro “construir una moneda nacional”, es decir, fortificar el peso a partir de tasas de interés más altas que el nivel inflacionario, como lo hizo Brasil. También recomienda alcanzar un acuerdo político, “porque si vos tenés cuatro centrales sindicales y no tenés un acuerdo político, no llegás ni a la esquina”.
Sobre el proyecto a futuro, la ministra de Economía provincial, Silvina Batakis, da algunas precisiones. “Para reencauzar la coyuntura actual es preciso garantizar la estabilidad macroeconómica, mostrando previsibilidad y generando condiciones para la inversión”, sostiene .
Mientras se cree que “están dadas las condiciones para que nuestro país pegue el salto de calidad hacia el desarrollo”, en el sciolismo apuestan a un contexto externo favorable, a la calidad de los recursos humanos y naturales, y hasta prometen “disminuir las disparidades regionales”.
En el plan económico que el sciolismo mostrará de a poco aparece el impulso al avance manufacturero, y “fortalecer el tejido productivo y contribuir a la formación de una red urbana más equilibrada por medio de la desconcentración de la actividad industrial”.
Se habla de inversiones en infraestructura, tecnología y capacitación laboraral para mano de obra calificada, con el objetivo de “lograr una estructura económica más equilibrada y menos expuesta a los embates externos”, con “políticas específicas que prioricen el estímulo a las empresas”.
El plan tiene los primeros lineamientos, tomados de experimentados asesores; el desafío es transfomarlo en programas, convencer al votante y, luego, llevarlo a la práctica. No es poco.
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