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jueves, 26 de junio de 2014

UCR: la interna eterna

Alfonsinistas y moroístas se preparan para la elección partidaria del 7 de septiembre. Desde ambos espacios señalan que van por la unidad, pero, como siempre, cooperan muy poco. Ni siquiera han comenzado a dialogar y cada uno ya tiene su candidato

La fecha pautada es el 7 de septiembre, aunque la importante es el 8 de agosto, cuando cierre el plazo para la presentación de la lista, o las listas. Si bien falta más de un mes, en el radicalismo es difícil tener noción del tiempo. Lo que hoy es mucho, mañana puede ser poco, y viceversa. Las históricas diferencias y divisiones, al parecer imposibles de zanjar, hacen que el proceso sea más complejo de lo normal. Como desde hace varios largos años, afonsinistas por un lado y moroístas y el resto por el otro.

Más allá de todo, lo cierto es que dirigentes y militantes del centenario partido ya comienzan a prepararse para la renovación de las autoridades del comité Provincia, los 135 comités distritales y cuatro delegados del comité Nacional. Eso sí, los de un lado dicen una cosa, y los de la vereda de enfrente, otra. Ni siquiera se ponen de acuerdo al responder si están o no conversando con el fin de lograr consenso.

De cualquier modo, en caso de darse de manera formal, las charlas, reuniones y negociaciones previas serán más que ásperas, controvertidas y subidas de tono. Sobre todo si se tiene en cuenta que el alfonsinismo ya tiene un nombre para suceder a Armendáriz, el mismísimo Ricardo Alfonsín, quizá el dirigente más resistido por la gran mayoría de los seguidores de Leopoldo Moreau y Federico Storani.

“Hasta ahora sólo hubo conversaciones informales. Además, ningún proceso de unidad se puede construir con un nombre impuesto. Ellos quebraron la unidad en el mismo momento en que impusieron un nombre, que tiene que ver con la simple necesidad de Alfonsín de reaparecer en algún ámbito como figura del partido a nivel nacional”, resaltan críticos desde el Movimiento Nacional Alfonsinista.

Así las cosas, la “unidad” transita en la previa por un camino pedregoso. Por si fuera poco, para que el chascomunenense pueda presidir el comité, primero hay que pasar por la Convención provincial, que, al igual que en la elección anterior, tendría que aprobar la suspensión transitoria de la cláusula que impide ser autoridad partidaria a los dirigentes que ocupan un cargo legislativo o ejecutivo. Por supuesto, en ese entonces, tras una larga puja judicial, se había llegado a un acuerdo.

Antes, vale recordar, el sector de Alfonsín había cerrado con el hoy massista intendente Gustavo Posse, y ambos impulsaban a Alejandro Armendáriz como candidato a presidente del comité. Por el otro lado, el espacio de Moreau y Federico Storani, junto a los intendentes Mario Meoni y Héctor “Cachi” Gutiérrez, pedía que todos los responsables de la “debacle electoral” de 2011 dieran un paso al costado, y postulaban al jefe municipal de Chascomús, Juan Gobbi.

Unas horas antes intervino la Justicia electoral, que no sólo suspendió los comicios partidarios por problemas con los padrones, sino que también instó al alfonsinismo gobernante a fijar nueva fecha. En ese interín, llamativamente, se consensuó una nómina de unidad que llevó a Armendáriz a la cabeza y al platense Sergio Panella, por entonces diputado, como vicepresidente (también favorecido por la suspensión de la antes mencionada cláusula).

Volviendo a la resolución de la anterior elección, un ex legislador allegado a Storani expresa ante La Tecla que “para que Ricardo (Alfonsín) sea presidente del partido hay que ir a la Convención de la Provincia y levantar con los dos tercios la imposibilidad de un legislador de ser autoridad partidaria. Hoy la carta orgánica está vigente, por lo cual, esa cláusula está vigente”, advirtiendo de esta manera que la unidad está más lejana de lo que parece.

Como para que no queden dudas, la fuente agrega que “en ese momento se dio un acuerdo de todo el partido. Nosotros llevamos como vice a Panella. Pero fue una cosa formal, hoy la traba es política. El radicalismo, si no entra en un proceso de renovación muy fuerte, lamentablemente, desaparece. Storani, Ricardo, Moreau, ya fueron; hay que cambiar. Hay que darles la posibilidad a otra generación y a personas que nunca pudieron ser parte de la conducción del partido”.

Sin embargo, esto nada tiene que ver con la ya anunciada postulación del ex titular del comité Provincia, Daniel Salvador, dispuesto tanto a ser el líder de la unidad como a enfrentarse en la interna con cualquier alfonsinista (ver cuadro aparte). Como eventual compañero de fórmula aparece la figura del actual segundo del partido, el ex diputado platense Sergio Panella.

A todo esto, la posición de la gran mayoría de los pocos intendentes radicales, hoy encolumnados detrás de la figura del diputado nacional Héctor Gutiérrez, es clara: no quieren interna, y tampoco a Alfonsín. En todo este tiempo se sintieron afuera del partido, y destacan, a modo de ejemplo, que la única que vez que se reunieron para hablar de temas “serios” vinculados a la política y la gestión fueron convocados por el comité Nacional.

“Estoy en contra de la elección. Hay que hacer una lista de consenso en la que estén representadas todas la secciones y que den un pasito al costado los mismos que nos llevaron hasta acá”, afirma a La Tecla un alcalde de la Quinta, dejando en claro cuál es su posición de cara a lo que viene.

Con las negociaciones trabadas antes de empezar, el radicalismo provincial se perfila, una vez más, a no disimular siquiera la eterna interna. Los oficialistas se plantan con su postura, y los opositores con la suya. Mientras tanto, desde el interior del país siguen reclamando a Buenos Aires que levante de manera urgente las últimas performances electorales. Así, parece imposible.

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