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miércoles, 1 de julio de 2015

El radicalismo negoció la salida de Cabral con el Gobierno por la causa de coimas en el Senado

LPOEl juez iba a tratar la absolución de los acusados. La visita de De la Rúa a 
tribunales y el rol de Gil Lavedra.
La UCR tenía sus motivos para contribuir al desplazamiento del juez Luis Cabral de la Cámara de Casación Penal: Allí se tratarán los pedidos de revisión del fallo que absolvió a los acusados en el juicio por las coimas en çel Senado, durante çla recordada sanción de la reforma laboral de la Alianza.
Al parecer, Cabral no era de la mayor confianza para Ricardo Gil Lavedra, o
perador radical en la justicia y en el Consejo de la Magistratura, donde suele entenderse con el camporista secretario de Justicia, Julián Álvarez, con quien resolvería cuestiones de jueces y empleados del poder judicial que el radica
lismo atesora.
El viernes, a sólo un día de la remoción de Cabral por parte del Consejo de
 la Magistratura, Fernando de la Rúa se acercó a Comodoro Py junto a sus 
abogados Valeria Corbacho y Jorge Kirszenbaum, ex presidente de la DAIA.
Fue a pedir que se mantuviera su absolución y la Sala 1 de la Cámara de Ca
sación, ante la forzada ausencia de Cabral, suspendió la audiencia prevista 
para el mediodía y recibió el escrito de De la Rúa y también el de la fiscal del 
juicio Sabrina Namer y la Oficina Anticorrupción, quienes pidieron reabrir la 
causa porque el Tribunal desechó "cientos de indicios graves, precisos y concordantes de gran trascendencia política y social”, un argumento com
partido por l fiscal de Casación De Luca.
En el radicalismo sospechaban que Cabral se inclinaba por darle la razón a
 los apelantes y podía dejar sin efecto las absoluciones.

En diciembre de 2013 el Tribunal Oral 3, integrado por Miguel Pons, Fernan
do Ramírez y Guillermo Gordo, absolvió a De la Rúa, al ex titular de la SIDE, Fernando de Santibañes; al ex ministro de Trabajo, Alberto Flamarique y a 
los ex senadores nacionales Augusto Alasino, Alberto Tell, Remo Costanzo,
 Ricardo Branda y al el secretario legislativo Mario Luis Pontaquarto, recorda
do por haber confesado que llevó el dinero para pagarle a los senadores.

"Fue una venganza", confirmó a LPO un destacado operador radical. La UCR
 facilitó la remoción de Cabral con la ausencia de sus consejeros Ángel Rozas
 y el diputado Gustavo Valdés de la sesión del jueves. Y la tibia reacción del 
partido fue llamativa.
Las excusas fueron patéticas. Rozas viajó invitado por el kirchnerismo a la 
ONU, junto aal canciller Héctor Timerman y Daniel Filmus, a una de las tantas sesiones para reclamar por Malvinas. Como si esa actividad protocolar fuera
 mas importante que ejercer un rol real de contralor en el Consejo de la Magis
tratura, justo cuando de decidía la suerte de un juez clave de un tribunal clave.

Lo de Valdéz fue todavía más patético: Adujo que se retrasó el vuelo y luego
 pidió que investigue si no había sido parte de un complot de Aerolíneas Ar
gentinas. Hombre grande, lo lógico hubiera sido que se tomara el vuelo del
 día anterior ante la importancia de la tarea que tenía por delante y no hacer
lo sobre la hora.

“Valdes quiso fama y salió a hablar antes que el resto. No quiso soportar el
 escrache”, interpretó ante LPO uno de sus compañeros de bloque en Dipu
tados.
Como sea, no hubo respuesta oficial cuando LPO contó que Rozas había via
jado a New York con Timerman y recién con el dato en la tapa de los diarios,
 Elisa Carrió los acusó de cómplices y logró la reaparición de Ernesto Sanz.
 La diputada, incluso respaldó las notas de este medio que habían alertado 
que la caída de Cabral tenía tres patas: El Gobierno, los radicales, pero tam
bién el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti.

Habitué de los estudios de televisión cuando se trata de atacar al Gobierno, Sanz recién en ese momento salió de su sugestivo silencio
 para anunciar que estará en la marcha en su defensa del 7 de julio. 
Hoy, cuando ya estaba todo decidido, se sacó una foto con el juez desplazado y prometió dar una dura pelea en su defensa, que no ejer
ció en el momento que había que hacerlo. Ante el revuelo interno, pa
ra calmar a sus pares de bloque dijo que todo se trató de “una guacha
da”, pero pocos confiaron en sus argumentos.

Por lo pronto, el juez Claudio Vázquez, cercano al kirchnerismo, cubrirá la
 vacante de Cabral y definirá si reabre la causa por las coimas del Senado,
que tanto le interesa a De la Rúa y a toda la UCR. Será el primer favor que 
deberá pagar, el segundo y más importante será declarar la legalidad plena
 del memorandum con Irán.

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