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martes, 29 de diciembre de 2015

Todos quieren un pedazo de la torta de Vidal

Para garantizarse gobernabilidad y avance de las leyes que solicita, 
María Eugenia Vidal deberá ceder lugares y hacer concesiones. Desde 
dónde se para cada fracción para exigirlo y cuáles son esas demandas,
 tanto de espacios cercanos como lejanos
Todos quieren un pedazo de la torta de Vidal
Los frescos festejos del triunfo y la asunción dejan paso a la etapa de la
 convivencia con el poder y sus problemas. Sostener la gobernabilidad 
en una provincia con serios inconvenientes financieros y múltiples vai
venes políticos es el verdadero desafío para María Eugenia Vidal.

Una meta que no sólo se puede alcanzar con la ayuda de un Gobierno na

cional afín. También se necesita de la colaboración de “los otros”; y esos
 “otros” tienen apetencias e intereses. Cada sector que compone el entra
mado político bonaerense empieza a mostrar sus uñas y a demandar.

Cada espacio pide en relación con las necesidades de un gobierno que 

necesita de los consensos para avanzar en materia legislativa y en el vín
culo con los jefes territoriales. El PRO gobierna con un puñado de inten
dentes y legisladores propios (donde también se expresan diferentes ob
jetivos a futuro), y eso lleva a que los requerimientos de los demás secto
res se acrecienten.

Cuál es el rol del massismo, y cómo juega en el inicio del mandato de Vi

dal la situación de un peronismo que empieza a transitar una etapa de re
novación signada por la tensión entre el PJ tradicional y el ultrakirchne
rismo.

Otro hecho significativo en el corto plazo es cómo se resolverán las cues

tiones gremiales, claves para comenzar una gestión evitando los sinsabo
res.


ELISA CARRIO

Los dirigentes que siguen a Elisa Carrió están más contenidos en el Go

bierno nacional que en el provincial, y no se debe a falta de invitaciones
. En rigor, es la propia Carrió quien pidió observar desde afuera. “Hay que
 esperar seis meses a ver cómo se mueve esta chica”, les avisó a los su
yos una de las principales mentoras de Cambiemos.

No lo dice públicamente, pero “Lilita” piensa que el rumbo del gobierno bo

naerense puede modificarse hacia mitad de año, incluso en la conforma
ción del gabinete. En el radicalismo, muchos coinciden con el diagnóstico
 de la diputada nacional.

Con una visión crítica, Carrió nunca dejará de marcar la cancha. Ya se lo

 hizo a Macri por cuestiones de nombramientos de jueces y personal de 
Justicia. No le temblará la voz para hacerlo con Vidal, aunque con la Gober
nadora aparece más contemplativa por el momento.


MARGARITA STOLBIZER

Margarita Stolbizer nunca abandonó su rol de oposición aunque dio mues

tras de apoyo a Cambiemos. Crítica de los DNU de Macri, sí se ubica como
 una de las garantes de la gobernabilidad. Sin demasiado poder de fuego
 en la Provincia, donde perdió mucho territorio, su bloque de cuatro diputa
dos y un senador podrán ser circunstanciales aliados del oficialismo.

Ex margaritos que se pasaron a Cambiemos antes de los comicios tienen 

sus espacios (por ejemplo, el ex diputado Abel Buil como prosecretario administrativo de la Cámara de Diputados), pero para quienes se quedaron
 al lado de Stolbizer, las chances se reducen, aunque no se descarta algún
 lugar en directorios.

Un conflicto en puerta es la negativa a dejar la banca del diputado Fernan

do Pérez, quien es secretario de Gobierno de Quilmes. Quieren que deje
 el escaño, pero se niega. Si lo hiciera, Cambiemos perdería un lugar, y lo
 ganaría el FAP, con Silvia Saravia, dirigente de Libres del Sur.


LOS DOS LADOS DEL FPV

Atado con débiles hilos en Diputados y ya dividido en el Senado, el otro

ra superpoderoso Frente para la Victoria afronta primero el desafío de 
desandar sus cuitas internas: por un lado, el kirchnerismo duro, y por el
 otro, un peronismo ortodoxo, que encara la renovación con algunas ca
ras nuevas pero también con viejos conocidos.

En medio del proceso de digestión de la derrota, las demandas para el go

bierno provincial y, por ende, los posicionamientos políticos también difie
ren entre ambos sectores.

La división del FpV en el Senado fue una buena noticia para Cambiemos. 

“Con un sector se puede dialogar, con el otro es casi imposible”, dijo a La
 Tecla uno de los nuevos legisladores del PRO. En Diputados, en cambio, absolutamente nada puede garantizar la continuidad de una bancada del
 FpV que no se fracture antes del inicio de las sesiones ordinarias del año
 que viene. Pero mientras siga unida, es una piedra en el zapato para el 
oficialismo, pues recibe dos tipos de demandas, y si no las atiende pone 
el riesgo el normal funcionamiento legislativo.

La primera expresión divisoria se dio en el Senado, donde Daniel Barrera

 y Patricio García lideraron la escisión apoyados por el presidente del PJ 
provincial, Fernando Espinoza; y detrás de él, la ma-yoría de los intenden
tes, sobre todo del interior. En Diputados, Walter Abarca encabeza el gru
po que pone en riesgo la continuidad del camporista José Ottavis como 
titular del bloque y, por ende, la forzada unidad.

En la negociación por el Presupuesto, el PJ exigió obras para los distri

tos donde gobiernan los intendentes peronistas; y buscó el compromiso
 escrito de la Gobernadora para que se cumpliera con la petición de aten
der con parte del endeudamiento las demandas de esos municipios. La 
otra cosa pendiente es asegurar los fondos coparticipables.

El compromiso es aportar a la gobernabilidad y sentarse a charlar leyes 

e iniciativas con cierta apertura y con el claro objetivo de contener a los 
alcaldes. En el camino de la renovación empezado por varios dirigentes,
 todos tienen en claro que el partido volverá a fortalecerse desde la territo
rialidad. Pelearán por las conducciones orgánicas, y ya anticipan que mo
nopolizarán las listas legislativas de las que fueron desplazados a ma
nos de La Cámpora.

El PJ también quiere lugares en el directorio del Banco Provincia, en las

 empresas del Estado y en los organismos de control. En la entidad credi
ticia, Daniel Scioli pretendió tener otro lugar, pero el peronismo territorial
 no daría cabida e impondría a su propio candidato.

En tanto, algunos intendentes, como Jorge Ferraresi, de Avellaneda, si

guen alineados al kirchnerismo ortodoxo, que en La Cámpora tiene la 
expresión más reconocida. De la agrupación, José Ottavis aparece co
mo el principal interlocutor con el gobierno provincial.

Plantado en la falta del analítico que detallara las obras por las cuales se

 pidió tanto endeudamiento, Ottavis primereó la rebeldía para demorar 
las primeras leyes pedidas por Vidal. Una excusa válida con la cual se 
sentó a la mesa de negociaciones incrementando las demandas, que in
cluyeron lugares para dirigentes camporistas. El reproche interno es que
 el presidente del bloque de Diputados no privilegió de entrada el recla
mo de obras de los jefes comunales.

Cayó mal en el resto del bloque que sólo un sector fuera convocado ha

ce algunos días a una reunión en el PJ nacional para decidir los pasos 
a seguir en la relación con el gobierno bonaerense. “Pretenden confron
tar por todo”, se quejó un peronista del otro sector, con relación a cómo
 se plantarán ante el oficialismo y sus iniciativas.

En otro orden, La Cámpora aguarda con ansiedad algunas discusiones

 por lugares estratégicos. Desde hace un año, la agrupación juvenil se 
desvela por quedarse con la silla de la Defensoría del Pueblo de la Pro
vincia.


EL RADICALISMO

Con 44 intendencias y una amplia representación parlamentaria, el princi

pal socio del PRO en el frente Cambiemos puede ser también un gran do
lor de cabeza. Atender sus reclamos es una ardua tarea para el Ejecutivo
. El acuerdo electoral incluyó que la contención la haga la conducción 
del partido, y el interlocutor casi único es el vicegobernador, Daniel Sal
vador.

Más allá de diferencias que todavía existen, y que tienen mucho que ver

 con la concepción política de cada uno, Vidal y Salvador sobrellevan la
 situación, y el vice se muestra absolutamente comprometido con el Eje
cutivo. Pero sobre él también llueven demandas siempre atadas a la eter
na interna.

El radicalismo se cree merecedor de más lugares en el reparto de cargos

, y no claudica en esa petición. Una parte sería compensada por Mauricio
 Macri, sobre quien caerán pedidos en los próximos días para que la UCR
 se quede con oficinas de organismos nacionales asentados en los distri
tos, como, por ejemplo, las sedes de Anses. Tras esa movida están varios
 alcaldes.

De todos modos, las principales demandas de los intendentes son o

bras y más recursos económicos; una cuestión que va más allá de la vo
tación del Presupuesto.

La política, en tanto, juega un rol fundamental de cara al futuro y a la rela

ción PRO-UCR. Parece demasiado temprano; sin embargo, muchos po
nen la mente en 2017, cuando Buenos Aires elija como principal atractivo 
electoral los tres senadores nacionales. Un sector del radicalismo urde 
una jugada que, sin dudas, aparejará controversias internas, y que puede
 poner en pie de guerra a la UCR con el PRO, que buscará colocar su pro
pio candidato. Esa jugada es anotar al mendocino Ernesto Sanz en la con
tienda bonaerense.

La simbiosis política entre María Eugenia Vidal y el jefe de Gobierno por

teño, Horacio Rodríguez Larreta, quedó expresada en el armado del gabi
nete provincial. Y aunque en el PRO se esfuerzan por mostrar que el espa
cio tiene un solo líder y debajo de él se terminan los internismos, las dife
rencias existen y, muchas veces, ni siquiera se pueden solapar.

Con vaivenes, siempre fue recelosa la relación de Vidal con Jorge Macri,

 el primo del presidente de la Nación que sueña con ocupar alguna vez el 
sillón de Dardo Rocha. Jorge logró incorporar gente suya en la Legislatura,
 como los diputados César Torres, Verónica Barbieri, Mauricio Viviani y 
María Laura 
Ricchini, y la senadora María Lorena Petrovich.

Sin espacios en las primeras líneas del Ejecutivo, el intendente de Vicen

te López espera por otros lugares. Consiguió para él la presidencia del
 Grupo Banco Provincia y, aunque se habla de incompatibilidades con su
 jefatura comunal, lograría re-tener el cargo provincial. De todos modos, 
pretende más lugares.

Ni con María Eugenia Vidal ni con Jorge Macri es óptima la relación del

 presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Emilio Monzó. Im

pulsor desde el PRO de la alianza con el radicalismo, y garante del acuer
do con la UCR en la provincia de Buenos Aires, Monzó no vio compen
sado ese trabajo con lugares de poder en el esquema provincial. Tam
bién aguarda que se abran las puertas todavía entornadas de segundas
 y terceras líneas.

Al monzonismo le hubiese gustado que el gabinete de Vidal dejara más 

espacio a la política, reduciendo la cantidad de técnicos. No es el único
 sector que reclama esto. Algunos dirigentes del radicalismo que fueron
 los primeros en recostarse en el PRO vía Monzó tampoco han obtenido
 los espacios de los cuales se creen merecedores por dar ese primer pa

En la Legislatura, Monzó tiene una tropa que le responde; en ella están

los senadores Marcelo Pacífico y Gabriel Monzó, y los diputados Marce
lo Daletto y Sebastián García de Luca.


FRENTE RENOVADOR

Directamente Sergio Massa negocia con María Eugenia Vidal. Por los 

temas parlamentarios, el interlocutor inmediato es el presidente de la 
Cámara Baja, Jorge Sarghini. En el Senado, la voz cantante la lleva Jor
ge D’Onofrio. En las últimas semanas se sucedieron las reuniones en 
Tigre entre Massa y Sarghini para darle forma al acuerdo para votar el 
Presupuesto y la ley Impositiva 2016, y, ade-más, para avanzar con 
otras compensaciones que el massismo espera pronto.

El Frente Renovador aguarda que el Ejecutivo cumpla con los espa

cios de trascendencia en los entes de contralor, cuya designación se
 demora, pero habrían quedado prendados en medio del acuerdo legis
lativo que le permitió al massismo quedarse con la presidencia de Dip
utados y al PRO desplazar de la comandancia de la cámara al FpV.


Así como los acuerdos entre el oficialismo y el massismo se expresan 

en la Legisla-tura, también es allí donde el Frente Renovador tiene su
 mayor poder de fuego, y desde donde marcará la cancha en la Provin
cia. La convivencia arrancó bien, pero los pronósticos son reservados.

Una de las primeras exigencias del massismo fue meter en el paquete

 de leyes, a aprobar junto al Presupuesto, el fin de la reelección indefi
nida de los intendentes. Un viejo proyecto con el que Massa piensa m
eterse en la agenda de principio de año y que, a la vez, le sirve a su es
pacio para cobrarse de alguna manera el voto de un Presupuesto con
 un elevadísimo pedido de endeudamiento.

El Frente Renovador quiere lugares en los directorios de empresas del 

Estado, pide dos sillas en el directorio del Banco Provincia y pretende
 quedarse con la titularidad de organismos de control, como el Tribunal
 de Cuentas, la Tesorería General de Gobierno, OCABA, OCEBA y la Auto
-ridad del Agua. También peleará por la Defensoría del Pueblo.

Para el Banco Provincia anota los nombres del ex intendente de Junín 

Mario Meoni y el del ex ministro de Desarrollo Social bonaerense Daniel 
Arroyo.

La intención de que la senadora Malena Baro llegue al Tribunal de Cuen

tas encierra también la jugada de que desembarque en el Senado la diri
gente juninense Mirta Cure.

LOS DOCENTES

Mantener la escala salarial, incrementos acordes al índice de inflación 

que tiene el propio PRO, y viejos reclamos sobre infraestructura esco
lar y condiciones laborales, entre otros, integran el combo que los do
centes ya comenzaron a conversar con el gobierno provincial, pese a 
que las paritarias recién se iniciarán en enero.

El Frente Gremial, donde Roberto Baradel (Suteba) y Mirta Petroccini

 (FEB) aparecen como las voces cantantes, siempre es un hueso duro
 de roer para los gobiernos provinciales.

La meta del Ejecutivo es terminar las negociaciones antes del 29 de fe

brero, fecha fijada para el comienzo de clases. Históricamente, el Fren
te Gremial juega con el tiempo y con el inmenso caudal de afiliados pa
ra conseguir sus pedidos y, también, para contrarrestar cualquier atis
bo de reforma estatutaria.

Precisamente, el PRO llega con la idea de optimizar los recursos huma

nos. Sabe que se encontrará en una dura pelea, y es por ello que por
 lo bajo deja trascender que “si hay que discutir todo, discutiremos to
do”, en una velada alusión a las concesiones que suelen hacerse a fa
vor de los sindicatos para distintos nombramientos, y que, ,lógicamen
te los gremios no quieren perder. En el oficialismo han encargado a 
Carlos Quintana (UPCN) que también interceda ante Baradel para mori
gerar los reclamos.

UDOCBA, el gremio conducido por Miguel Díaz, es minoritario en rela

ción con los otros dos, pero suele ser más duro y propenso a mayor 
cantidad de paros. Estar dentro de la CGT moyanista puede ser un ali
ciente para Vidal si Mauricio Macri y Hugo Moyano mantienen cierta 
alianza.

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