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jueves, 28 de enero de 2016

El peronómetro de Macri

El Presidente de todos los argentinos, Mauricio Macri, pretendió inmis
cuirse en la interna del Peronismo, aunque sus dichos en una conferen
cia de prensa en Davos (World Economic Forum, WEF) no eran casua
les, ni un acto de inmolación institucional; eran sólo para tratar de mos
trar una situación de gobernabilidad institucional en el país, que los in
versores extranjeros no vieron con claridad, con la presencia de Sergio 
Massa.
El peronómetro de Macri
Por Mario Raúl Baudry*

El Presidente de todos los argentinos, Mauricio Macri, pretendió inmis

cuirse en la interna del Peronismo, aunque sus dichos en una conferen
cia de prensa en Davos (World Economic Forum, WEF) no eran casua
les, ni un acto de inmolación institucional; eran sólo para tratar de mos
trar una situación de gobernabilidad institucional en el país, que los in
versores extranjeros no vieron con claridad, con la presencia de Sergio
 Massa.

El centro del capitalismo extremo, para todos los países civilizados es 

Davos, un lugar donde ningún presidente argentino serio puede faltar,
 incluso para criticar las políticas salvajes del capitalismo extremo. 
¿En qué mejor lugar que ese escenario se les puede decir en la cara a
 los empresarios y presidentes del primer mundo que están equivoca
dos?. O, por el contrario, pedir su ayuda.

Pero la jugada del macrismo en Davos fue tratar de demostrar un cam

bio de rumbo en la realidad política y económica de Argentina, basado
 en dos ejes: primero, que somos previsibles, y segundo, que tenemos
 un gobierno que puede gestionar. ¿Y qué mejor lugar para salir a bus
car inversores que Davos?

Macri tuvo dos problemas, uno en Davos y otro en Argentina, que hicie

ron tambalear su estrategia política. El primer problema que enfrentó 
fue el error de Prat Gay de lanzar un bono de 1.000 millones de dólares
 y, por no tener oferentes, declararlo desierto.
Automáticamente se prendieron las alarmas de los analistas financieros internacionales, e informaron a sus jefes en Davos que Argentina tiene

 problemas internos: los argentinos no confiaron en Macri para darle
 1.000 millones de dólares. Alertas rojas prendidas, un fuerte signo de
 debilidad interna que a Macri le costó muy caro.

El planteamiento de los analistas financieros internacionales fue claro: 

sin Peronismo no hay posibilidad de gobierno exitoso en la Argentina. En
 el segundo día de las reuniones de Davos, la pregunta siempre fue la mis
ma: ¿El Peronismo los apoya o sólo los van a dejar gobernar?. La res
puesta fue clara: “Estamos con el máximo referente de la oposición, Ser
gio Massa”. La realidad es que los asesores financieros les aconsejaban 
a sus jefes que esa afirmación no era real, sino sólo una parte de ella.

En el parte financiero de la realidad argentina que hicieron los hombres

de Wall Street para el segundo día de reuniones expresa que Sergio Ma
ssa era un referente del Peronismo que había sacado el 21 por ciento de
 los votos, y Macri el 30 por ciento; que la sumatoria de esos votos había
 permitido el triunfo de Macri en el balotaje, pero que no le aseguraba la gobernabilidad, sólo en parte. El otro 49 por ciento lo tenía el Peronismo,
 y no era Massa el conductor.

Los asesores de Macri, conocedores de esta realidad y rápidos de refle

jos, hicieron que Macri dijera en conferencia de prensa que Sergio Ma
ssa iba a ser el nuevo conductor del Peronismo.

La declaración fue para tratar de calmar a los inversores, pero el reme

dio fue peor que la enfermedad. Salió todo el Peronismo opositor a criti
car a Massa por permitir que Macri le marque la cancha de esa manera.

El líder del Frente Renovador, también rápido de reflejos, postulo al cor

dobés De la Sota para conducir el partido, aunque eso no calmó las 
aguas en el Peronismo, que sigue en ebullición; no sólo por Macri, sino
 también por la incapacidad de poder reordenarse internamente.

Las fotos que dejó el cónclave de un sector del Peronismo en Santa Tere

sita fueron determinantes; los que se juntaron ahí fueron los padres de
la derrota, y los medios así lo reflejaron.

Sergio Massa fue a Davos con la mejor intención de ayudar al país, y sos

tener a un gobierno muy débil, como lo es el de Macri y de Vidal. Sin la
 ayuda de Massa, el gobierno tiene los días contados; pero el presidente
 Macri no le pagó con la misma moneda y terminó poniendo a Massa en 
una situación difícil de salir dentro del Peronismo; aunque cuenta con 
una ventaja: el líder del Frente Renovador sabe que lo que tiene enfrente 
no es lo mejor del Peronismo.

*Director de Revista La Tecla

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