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jueves, 28 de enero de 2016

Furia en la UCR porque Macri no los consulta y prefiere hablar con Massa

LPOReclaman espacios de poder y participar de las decisiones. La re
belión que frenaron en el Congreso.
En la UCR sobra furia por la nula participación en las decisiones del 
Gobierno, los pocos espacios de poder y el protagonismo de Sergio
 Massa, convertido en un garante de la gobernabilidad, el lugar que ima
ginaban tener los radicales.
Pero Macri hizo otras cuentas. Entendió que el tigrense puede ayudarlo a 
bloquear la Cámara de Diputados y permitirle gobernar por decreto, por
que sin en el Frente Renovador al peronismo le será difícil conseguir 
quórum propio.
Además, Massa garantiza la mayoría parlamentaria en la Legislatura 
bonaerense, donde María Eugenia Vidal lo premió con la presidencia
de la Cámara de Diputados y cargos en los organismos de control.
A los radicales no les quedó nada y ni siquiera fueron atendidos por Vidal
 cuando propusieron hacerse cargo del Ministerio de Salud bonaerense.



En el Congreso las cosas están peores. El despido de 2035 empleados
 del Senado descolocó a los pocos radicales de esa casa que empeza
ron el año cerca de Capital Federal y se encontraron con menos gente
 en sus despachos.
El más furioso fue el vicepresidente de la Cámara Juan Carlos Marino, 
desconcertado porque no sabía como cuidar el trabajo de los correligio
narios. Intentó llamar Ángel Rozas, jefe del bloque radical, pero no aten
dió porque estaba de vacaciones.
Ernesto Sanz, sin cargo pero aún con acceso a la Casa Rosada, debió
 viajar de urgencia desde Mendoza para calmar a sus ex pares y a Ga
briela Michetti, amiga de su esposa. Lo logró a medias.
En Diputados las cosas no están mejores. Mario Negri se enojó porque
 no pudo poner a ninguna dirección de la Cámara de Diputados, donde
 sólo le concedieron la secretaría parlamentaria a Eugenio Inchausti.
Menos aún está enterado de las medidas de Gobierno o los proyectos 
que enviarán al Congreso, como el paquete de leyes para enfrentar la
 corrupción, algunos de ellos tomados de propuestas del Frente Reno
vador.
La excursión al Foro de Davos confirmó que si hay un cogobierno es
 el de Sergio Massa: Macri lo presentó como líder opositor y no llevó 
a ningún representante radical. 
La UCR tiene 40 diputados, uno menos que el PRO, que lo necesitará
 cada vez que busque llegar a una mayoría. Pero quizá no sean tantas 
veces si se entusiasma en gobernador por decreto.
La bronca se completa con la falta de cargos nacionales que tiene la 
UCR. Sólo computan como propios al ministro de Defensa Julio Martí
nez; y a José Cano, director del plan Belgrano Norte.
Al ministro de Agricultura Ricardo Buryaile no lo toman como propio,
 porque su historia en la militancia es mínima y llegó al Gabinete por
 gestión de Alfonso Prat Gay y su pasado en Confederaciones Rurales

 Argentinas (CRA).
Oscar Aguad arribó al Ministerio de Telecomunicaciones por su amis
tad con Macri y ya alejado de la UCR, donde rompió hace años su re
lación con Ernesto Sanz y Gerardo Morales. Por eso nadie lo llamó y
 armó su Ministerio a gusto y nombró a su yerno Rodrigo de Loredo 
como presidente de Arsat.
El ministerio de Defensa quedó como el único refugio radical. Por 
gestión de Federico Storani, asumió como secretario de logística y 
planificación Walter Ceballos, el puntano encargado de contar los vo
tos en la Convención radical que avaló la alianza con PRO. 
Como opositor, Massa puede decir que aportó tanto o más con figu
ras como el secretario de Asuntos Políticos, Adrián Pérez; o el e sub
secretario de Coordinación de la Obra Pública Federal, Ricardo Delga
do. 
Pragmático, Macri sí habla seguido con los gobernadores Gerardo Mo
rales (Jujuy) y Alfredo Cornejo (Mendoza), a quienes ayudó personal
mente. Al primero en su pelea con Milagro Sala y al cuyano con apor
tes a la producción vitivinícola. 
El problema para los que quieren negociar es la falta de interlocutor 
desde la renuncia de Ernesto Sanz, al partido y al Gabinete. Puede apa
recer, como hizo en el Senado, pero ya nadie le puede exigir.
Y no parece pisar fuerte al santafesino José Del Corral, titular del parti
do desde diciembre. En la UCR dicen que sólo está interesado en ocu
par los cientos de cargos nacionales vacantes en Santa Fe.
Mauricio Macri ni siquiera se tomó tiempo para revisar los lugares va
cíos que dejó en Santa Fe y en el resto de las provincias. Cuando lo 
haga, quizá pueda darle trabajo a más radicales descontentos. Que 
son muchos. 

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