Ctalogados de desestabilizadores por la anterior Administración Nacional,
con un sueldo miserable a pesar de los dos aumentos anuales, con lo que
se pretende ocultar que cobran la mitad de lo que es una canasta familiar.
Con una Obra Social como PAMI, que está estructurada para que los jubi
lados no la puedan usar… o en todo caso lo menos posible.
con un sueldo miserable a pesar de los dos aumentos anuales, con lo que
se pretende ocultar que cobran la mitad de lo que es una canasta familiar.
Con una Obra Social como PAMI, que está estructurada para que los jubi
lados no la puedan usar… o en todo caso lo menos posible.
Ser un Jubilado es sinónimo hoy poco menos que ser un paria, cada bene
ficio que se le otorga (al cual tienen derecho) es poco menos que una dá
diva, los Jubilados del IPS pasaron a cobrar “gracias” a la deferencia de
la nueva Gobernadora, 3700 pesos mensuales, en la categoría mínima.
El sábado a la mañana me fui hasta el cajero automático que tiene el Ban
co Provincia en San Bernardo, había un anciano, un hombre de edad avan
zada, con su cuerpo encorvado, sus cabellos blancos… descuidados, y
limpio, pero vestido de cualquier manera. Ingresé y los cajeros no funcio
naban, fui al de la Red Link… tampoco, como estaba con el auto me pare
ció conveniente irme a Mar de Ajó… pero al bajar las escalinatas, me en
contré con la mirada perdida del anciano…
Yo - ¿Lo puedo ayudar? (le dije)
Anciano – (trató de enfocarme con su mirada y sonrió) ¿Si… Ud. puede
hacer funcionar a los Cajeros?
Yo – No, pero voy para Mar de Ajó y me gustaría que me acompañe…
A – (me miró como quien mira a un extraterrestre, me “midió”) Bueno…
si puede traerme de vuelta…
Yo – Va a ser un placer (Abrí en auto y nos sentamos, me llamó la aten
ción que se colocara el cinturón de seguridad, y yo hice lo mismo)
A – Los jubilados, “jugamos “ con los días de cobro, por ejemplo yo cobro
el 18, pero cuando cae en domingo o lunes, depositan el dinero el día vier
nes así que el sábado podemos disponer de esos pesitos…
Yo – (En tono de broma) Con lo que cobra me imagino que tenía idea de ir
unos días de vacaciones…
A – (Sonrió abiertamente) Es poco lo que cobramos y además yo saque
un crédito con la Tarjeta Argenta, porque quise hacerle un regalo a mi nie
to, ya que a mi hijo no puedo hacerlo porque lo perdí hace un par de años
… (sus ojos tenían un brillo de lágrimas y su voz se quebró)…
Yo - ¿Con quien vive?
A – Solo… vinimos con mi mujer cuando me jubilé a disfrutar de la casita
que con tanto esfuerzo habíamos construido durante tantos años, a los
dos nos gustaba el mar, y allí venía mi hijo, su esposa y mi querido nieto…
varias veces al año…
Yo – Era un lindo proyecto…
A – Si fuimos muy felices durante un tiempo, después mi mujer comenzó
a tener problemas de salud, y todos los ahorros de años se nos fueron
en remedios y tuvo que ser intervenida quirúrgicamente… y no volvió…
Yo – Que pena…
A – Todos los días me levanto y voy hasta la playa, aunque llueva, aunque
el frío y el viento sea fuerte… porque siento en ese rato que estoy con
ella, si hasta el calor de su mano percibo… es más algunas veces me en
cuentro hablando solo… como si ella estuviese a mi lado…
Llegamos a Mar de Ajó y los cajeros no funcionaban, fuimos al Cajero de
Espora… y lo mismo, había en este hombre una resignación que dolía de
solo verla…
Volvimos a San Bernardo y en camino me contó las peripecias que hay
que hacer para ser atendido por PAMI, que solo algunas aceptan las rece
tas, que solo le hacen el 50%, y otras calamidades por el estilo, todo en
un medio tono, sin dramatizar… pero crudamente.
Su hijo tenía un comercio, y los vaivenes de la economía lo obligó a ce
rrar, y acosado por las deudas un día… tuvo un infarto cerebral… a los
45 años…
La esposa de su hijo, nunca más vino a La Costa, y solo su nieto venía
en verano, pero ahora con una pareja estable habían comprado una vieja
casa y con mucho esfuerzo la están reformando… por lo tanto viene
muy poco.
Lo invité a tomar un café, pero en realidad pedí unos tostados, (yo no
había desayunado y el tampoco) yo porque nunca lo haga apenas me
levanto y el por qué no tenía ni leche en la heladera.
Fui al baño y junté todo el dinero que tenía, no mucho más de quinien
tos pesos y volví a la mesa, ni se me ocurrió ofrecérselos, cuando lle
gue a la mesa, le hice una seña a Héctor para que me pusiese lo consu
mido en la cuenta, y fingí tropezar cuando llegué a la mesa y me aga
rré de él que intentó levantarse para detener mi caída, eso me dio la
oportunidad de dejar el dinero en el bolsillo de su saco…
Lo llevé hasta su casa, una linda vivienda, un poco descuidada, con un
jardín que supo de tiempos mejores. Bajó del auto y lo saludé, el metió
las manos en los bolsillos buscando las llaves y encontró los billetes,
giró pero yo ya estaba casi en la esquina, pero pude ver su sonrisa…
fue el mejor agradecimiento.
Uno se pregunta a veces cuando todavía está en actividad, si jubilarse
es un premio o un castigo, parece que a toda nuestra sociedad le estor
basen los jubilados, no es solo la culpa del gobierno de turno, siempre
la Caja de Jubilaciones fue saqueada, siempre fueron engañados, me
acuerdo de Norma Pla, y de aquel Ministro que creo el PRODE, para pa
gar las jubilaciones, también, de otros presidentes, de casi todos…
¿Por qué se los castiga… que mal hicieron?
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