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viernes, 4 de noviembre de 2016

Ante la faltante, intendentes salen a cazar médicos

Con las localidades pidiendo a gritos por atención sanitaria, los distintos alcaldes del interior bonaerense multiplican sus esfuerzos para conseguir médicos que quieran “hacer patria”.
Ante la faltante, intendentes salen a cazar médicos
A contramano del Conurbano bonaerense, donde los intendentes se 
desvelan por combatir “el drama de la inseguridad”, los jefes comu
nales que gobiernan los distritos del interior profundo caminan por
 las paredes ante un problema que los iguala: la faltante de médicos.

Sin discriminar colores políticos ni especialidades sanitarias, los al

caldes hacen malabares para tapar las ausencias de profesionales de
 la salud, y en numerosos casos sufren el síndrome de la “manta cor
ta”: si se tapan la cabeza, se destapan los pies, y si se cubren los 
pies, dejan al descubierto la cabeza.

El ranking de las falencias en atención médica lo copan los médicos

 generalistas. Siguen las vacantes que se generan en los servicios de
 guardia y, en tercer lugar, la atención en pediatría y traumatología.

En el territorio bonaerense, salvo las grandes urbes, prácticamente no 

existe distrito que no presente problemas en asistencia sanitaria. De
 hecho, de las ocho secciones electorales en las que se encuentra di
vidida la Provincia, sólo la Octava (comprendida por la ciudad de La
 Plata) escapa a este flagelo.

Así, poblaciones como San Antonio de Areco, General Villegas, Gene

ral La Madrid, Benito Juárez, Saladillo, Colón, Navarro, Bragado, Mer
cedes, Chivilcoy, Capitán Sarmiento y Trenque Lauquen (por nombrar
 algunas) se ven afectadas por la escasez de personal médico. A este
 cuadro hay que sumarle un agravante: por fuera de las principales es
pecialidades que no llegan a cubrirse, en menor medida, existen otras
 ramas que escasean: obstetras, anestesistas, enfermeros especializa
dos en neonatología y cuidados críticos y tocoginecólogos.

El quid de la cuestión radica en una variable que escapa a la órbita de 

los jefes comunales y se mete en la formación profesional de quienes 
ejercen la medicina. Es que los estudiantes, cuando terminan la carre
ra, en lugar de elegir una residencia prefieren empezar a trabajar en ser
vicios de emergencia y en grandes urbes.

De este modo, las estadísticas no son para nada alentadoras. Mientras

 que a fines de los ‘90, entre la oferta y la demanda de trabajo en resi
dencias del interior, había más postulantes que vacantes en sí, con el
 correr del tiempo ese mismo axioma dio un giro de 180 grados, y hoy en
 día hay más vacantes que postulantes.

La Tecla dialogó con distintos intendentes asediados por esta problemá

tica, quienes dieron cuenta de los panoramas que se viven puertas aden
tro. Uno de ellos, y quizás el más emblemático, es Raúl Sala.

El intendente de Carlos Tejedor que, a raíz de los anegamientos en el 

pequeño pueblo de Timote, decidió volver a su rol de médico y ayudar 
a los vecinos con atención sanitaria, aseguró: “En los dos pueblos que
 me está faltando médico estoy ofreciendo casa, luz, gas, teléfono, un 
sueldo y la posibilidad de hacer una guardia semanal en el hospital de
 la ciudad cabecera para que incremente sus ingresos”.

El tejedorense no dudó en poner la especialidad de médico generalista 

en la cima de las urgencias, debido a que para las localidades del inte
rior “resuelve entre un 70 y un 80 por ciento de las problemáticas”.

En ese sentido, el jefe comunal surgido en el seno de la UCR señaló 

que el problema radica en que “las universidades no preparan a los 
alumnos con una visión de médicos generalistas o comunitarios (co
mo existe por ejemplo en Cuba); entonces, esos profesionales, cuan
do se reciben hacen una especialidad”.

A poco más de 270 kilómetros de distancia, en 25 de Mayo, quien de

snudó otra problemática fue Hernán Ralinqueo. El jefe comunal del 
FpV transparentó la “guerra de las guardias” que se libran entre dis
tintas ciudades del interior.

“La guardia se complica porque se genera competitividad. Nosotros

 la estamos pagando 5.500 pesos, pero Carlos Casares, que está a po
cos kilómetros de acá, la abona 7.500 pesos; de esa forma, el médico
 que no tiene ninguna relación de dependencia más que la de un con
trato, se instala donde más le conviene”.

En la Segunda sección electoral, quien habló al respecto con La Tecla

 fue el mandatario de Arrecifes. Javier Olaeta. Reveló que en su distrito
 el problema radica en la poca oferta de pediatras. En ese sentido, el in
tendente de Cambiemos apuntó que para cubrir las vacantes “vienen 
profesionales de ciudades ajenas a la Provincia, como Rosario”.

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