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viernes, 8 de septiembre de 2017

Franco Casco, un caso espejo sobre la desaparición forzada de Santiago Maldonado

LPOEl joven fue asesinado a golpes en una comisaría rosarina. El 
cuerpo apareció en el río luego de 23 días.
La detención de 32 personas, entre policías y médicos legistas, or
denada en las últimas horas por el juez federal Carlos Vera Barros 
por la muerte de Franco Casco en una comisaría de Rosario remite 
directamente al caso de Santiago Maldonado, el joven que desapare
ció tras un operativo de Gendarmería en Chubut.
Durante dos meses, la causa Casco tuvo que sortear las resistencias 
de sectores del poder político y judicial para que, al igual que con
 Maldonado, se caratule como "desaparición forzada de persona", de
bido a los 23 días en los que el paradero de Franco estuvo desaparecido.
Con esta medida, el expediente pasó al fuero federal donde las líneas 
investigativas recayeron sobre el accionar de la policía y se comenzó 
a desandar los testimonios falsos, encubrimientos y adulteraciones
de pruebas.
Ahora, el juez en consonancia con el fiscal Marcelo Di Giovanni detuvier
on con pedido de indagatoria a 32 personas de las cuales cinco son 
integrantes de la Dirección de Asuntos Internos, entre ellos su jefe Aní
bal Candia, quien revestía como titular de la Comisaría 7ma al momento
 de la desaparición.
El hecho ocurrió la noche del 6 de octubre del 2004 cuando a Casco se
 lo llevan detenido a la comisaría. Su cuerpo apareció el 30 del mismo
 mes flotando en el Río Paraná. "Hasta que la jueza Bernardelli decidió 
pasar la causa a la justicia federal como desaparición forzada, estuvo 
caratulada como búsqueda de paradero", indicó a LPO el abogado Ga
briel Ganón por entonces defensor oficial de Santa Fe.
Ganón desde un principio insistió en la responsabilidad policial y en la 
necesidad de que pase a manos de la justicia federal porque consideraba 
que "estaba todo preparado para correr el eje de la investigación ya que 
en el gobierno se machacaba con que Franco estaba vivo y después, 
cuando apareció el cuerpo se presentaron muchísimas irregularidades".


De hecho, el entonces secretario de Control de las Fuerzas de Seguri
dad, Ignacio Del Vecchio, actual secretario de la Producción de Rosa
rio, un par horas antes de que aparezca el cuerpo de Casco había rea
lizado una conferencia de prensa afirmando que el chico estaba con 
vida y se lo seguía buscando, recordó Ganón.
El caso
Franco Casco, un joven de 20 años, había viajado de Florencio Varela a 
Rosario para pasar un par de días con unos parientes. La última vez
 que se lo vio con vida fue el 6 de octubre de 2004 la noche que se dis
ponía a volverse a su casa. Policías de la Comisaría 7ma lo detuvieron 
y nunca más se supo de él.
A partir de entonces, la familia Casco vivió un calvario que duró 23 días 
hasta que el cuerpo de Franco apareció flotando en el Río Paraná. En un
 principio, la policía negó haber detenido al chico y en todo ese tiempo 
aparecieron varios testigos que afirmaban haberlo visto en jurisdicción
 de la comisaría.
Durante la desaparición habían trascendido distintos "testimonios" que 
aseguraban haberlo visto desnudo por la calle o viajando en colectivos 
o taxis, versiones que fueron avaladas por autoridades policiales y funcio
narios políticos.
Una vez rescatado el cuerpo del río, la fuerza no tuvo más remedio que
 reconocer que había sido detenido por un llamado de un vecino que de
nunció al joven por actitud sospechosa. Luego, se confirmó que el denun
ciante tenía un vínculo cercano con el comisario Aníbal Candia, uno de
 los indagados por la justicia federal quien actualmente es jefe de Asun
tos Internos.
Por otro lado, los estudios forenses también fueron impugnados por el 
abogado de la familia ya que las autopsias afirmaba que el cuerpo no pre
sentaba signos de violencia. De hecho, según relató a este medio Gabriel 
Ganón, se comprobó que las pruebas de ADN habían sido adulteradas y 
ahora la familia pide que se vuelvan a realizar porque sospechan que el 
cuerpo que enterraron no sea el de Franco.
Esto explica la detención del médico forense Raúl Rodríguez, que realizó 
la autopsia, y a dos peritos odontológicos junto a la médica policial sos
echados de encubrimiento. Además, el libro de guardia no registraba el
 ingreso del joven a la dependencia y los detenidos en las celdas, los últi
mos en ver a Franco con vida, fueron amenazados para que no presten 
declaración. 

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