Con el debate del Presupuesto 2018, todas las cuentas se pusieron
en discusión: los gastos, el déficit y la salida a través del endeuda
miento. El impacto de los intereses y las alternativas para obtener
recursos
hasta en 58.890 millones de pesos, abrió el debate sobre la efectividad
de la estrategia económica para enfrentar el déficit financiero. La cifra
viene creciendo a ritmo constante desde 2015, y la incidencia cada vez
mayor en los gastos se vuelve inevitable. Parte de los fondos de la
deuda que se contraerá el próximo año estará destinada a “afrontar la
cancelación y/o renegociación de deudas y/o de los servicios de deudas”.
Además, el Ejecutivo “podrá afectar para el pago de dichos servicios de
capital, intereses y demás gastos asociados a este endeudamiento, cual
quier recurso de origen provincial sin
afectación específica y/o los recursos provenientes del Régimen de
Coparticipación Federal de Impuestos”.
En medio de la discusión, el Obser-vatorio de Políticas Públicas de la
Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) lanzó un informe que
encendió la alarma, al subrayar que, sin los aportes de Nación, el déficit
de la Provincia sería mayor que 80 mil millones para 2018. “Si se des
cuentan los Aportes del Tesoro Nacional, crece casi 25% respecto al
del 2017”, indicaron, y remarcaron que el crecimiento del stock de
deuda lleva 44,5% desde junio de 2016 a la fecha.
Según señalaron desde la UNDAV, el endeudamiento disparó la proyec
ción de pago de intereses a $ 113.000 millones para 2017, “un 77% más
que lo inicialmente proyectado”; y el crecimiento continuará en 2018,
para situarse en un 21.7% más. En moneda extranjera, la deuda es
“US$ 5.000 millones superior a la de 2015”, expusieron.
Para el analista político Artemio López, “el cruce de un par de datos
fuertes revela cómo marchan las cuentas públicas y el perfil que éstas
han tomado”. Explicó: “Golpe tras golpe, el Gobierno ha bajado vertical
mente el gasto en subsidios: 18% nominal o 34% real, descontada la
inflación, sólo durante los primeros nueve meses del año. Y también de
golpe en golpe ha subido 77% o 41% real el costo de los intereses de
la deuda. Esto es la herramienta que financia el déficit fiscal sin apelar
a un ajuste mayor. Shock a un lado y gradualismo al otro. Ambas piezas
del arsenal han generado una extraña paradoja: lo que se ahorra en
subsidios se gasta en intereses, y en magnitudes ya poco menos que
idénticas.
Para estos nueve meses, las cifras cantan $ 144.922 millones, contra $
148.600 millones”.
El economista Manuel Solanet evaluó como una alternativa para salir
del déficit sin endeudarse “reducir el gasto improductivo, el gasto
burocrático que no tiene sentido. En eso tiene que trabajarse. Creo
que hay que efectivizar los recursos, sobre todo en lo que se llama el
gasto de la política”.
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