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viernes, 27 de abril de 2018

No es la corrida, son las consecuencias


Por Salvador Di Stefano
El Central tiene resto para enfrentar la presión 
sobre el dólar, pero golpeará el crecimiento.
El Banco Central puede controlar la corrida, lo que no podrá evitar son
 las consecuencias. Tasa de interés más elevada, contracción económi
ca y dificultades crecientes para lograr la meta fiscal. La economía lan
guidece y el año 2018 mostraría menos crecimiento que 2017.
La corrida es muy grande: el Banco Central tenía reservas por 62.456 
millones de dólares al 19 de abril pasado, hoy solo tiene 58.402 millones 
de dólares, y perdió 4.054 millones de dólares en menos de una semana
. El mix de compromisos internacionales, ventas de dólares y otras tran
sacciones lo llevo a esta pérdida de reservas que ponen nerviosos a 
más de un operador.
No obstante, debemos destacar que este mismo Banco Central en el 
mes de enero compro 8.635 millones de dólares a un precio de $18,13, 
y que entre marzo y febrero vendió al público un total de 4.531 millo
nes de dólares a un precio de $20,20 aproximadamente. Está claro que
 gano casi $2 por cada dólar vendido, y que seguirá vendiendo si el 
mercado se lo reclama. Sin embargo, estas ventas tendrán sus conse
cuencias.
La obligada venta de divisas llevó a una contracción de la base mone
taria, y una suba de la tasa de interés. La Lebac a 21 días cerró al 
26,25% anual, y la seguirá llevando al alza si la corrida continúa. Las
 cartas están del lado del Banco Central.
Venta de dólares y suba de tasas parecen la reserva obligada para un 
mercado que ayer parecía desbordado por la demanda.
Las razones de la suba del dólar
Hay varias razones para la suba del dólar, que comenzaremos a deta
llar desde las externas e internas.
  • En Estados Unidos se vive un proceso de suba de tasas de largo 
  • plazo. El bono de Tesorería americano, paso de un nivel de 2,3% 
  • anual hace un año atrás, a cotizar en 3,02% anual en el día de 
  • ayer, subiendo un 31,3%. Nos guste o no, esta suba cambia el 
  • rumbo de los capitales a nivel mundial. El dólar comenzó un pro
  • ceso de fortalecimiento frente al resto de las monedas mundiales
  • , y los mercados emergentes sintieron una merma en el ingreso 
  • de capitales, la consecuencia fue que cayeron las bolsas del mun
  • do, las monedas se devaluaron y las tasas de retorno de los bo
  • nos soberanos subieron.
  • En Brasil el real se devaluó. Se ubicó en 3,48, cuando un año 
  • atrás cotizaba en 3,20 por dólar, representando una suba del 
  • 8,75%, con una inflación del 3% anual, estamos en una devalua
  • ción real del 5,75%. En nuestro país el dólar cerró hoy en
  •  $20,55, en un año subió el 33% y la inflación fue del 25% 
  • anual, la devaluación real fue del 6,5% muy similar a lo que su
  • cede en Brasil. Habrá que monitorear si Brasil sigue devaluan
  • do en los próximos días: eso sí sería un problema para Argen
  • tina. Por ahora todo está igual. México otro grande de la región,
  •  hace un año atrás su tipo de cambio estaba en $ 19,20 por 
  • dólar, hoy cotiza a $ 18,81, y la inflación es del 6,6% anual. No 
  • parece que haya grandes problemas.
  • En el plano doméstico, el nuevo impuesto a las Lebacs hizo 
  • que muchos inversores desarmaran sus posiciones en pesos
  •  y se pasaran a dólares, eso implica que se van de Argentina.
  •  Si invirtieran en algún bono en dólares no necesitarían el dó
  • lar físico, con lo cual las compras realizadas están destinadas 
  • a sacar el dinero del país. El gobierno puede abastecer esta 
  • demanda, que seguramente ha quedado insatisfecha y seguir
  • án las compras.
  • El debate por las tarifas genera un caos en los inversores. Si las
  •  tarifas no aumentan, eso implica que el gasto no baja y que el 
  • déficit crecería más de lo esperado. La oposición habló de cam
  • biar la meta de déficit fiscal y eso preocupa ya que podría poner
  •  en duda la capacidad de repago de la deuda pública. En econo
  • mía todo tiene que ver con todo y este tema no parece del todo 
  • calibrado por el Gobierno y la oposición. El resultado, inestabili
  • dad en los mercados financieros.
En el marco de estas cuatro razones -la evolución de la tasa americana, 
la devaluación del real, la salida de los capitales extranjeros de inversio
nes en pesos y el combo tarifas/déficit fiscal-, el Banco Central procedió 
a poner paños fríos, vender todo lo que sea necesario y subir la tasa de
 interés.
No vemos que nadie este desafiando al Gobierno, todo lo contrario,
 los capitales se van porque fueron agredidos con un impuesto que
 impactaba nocivamente sobre su rentabilidad. Creemos que, una vez 
superada esta salida de capitales, todo volverla a la normalidad, pero
 quedara el rezago de una tasa de interés más elevada, un mercado 
accionario menos capitalizado y bonos con rendimientos estrafalarios,
 ya que un bono a 30 años de Argentina ya rinde el 8% anual.
En el mercado de futuro del dólar, el interés abierto bajó, no hay un
 gran volumen y tampoco compras especulativas que esperen una 
devaluación. El dólar a un año cotiza en $ 24,70 y tiene una tasa 
implícita del 20,2% anual. A fin de año se ubica en el $ 23,70 con 
una tasa implícita del 23,9% anual.
Conclusión
El Banco Central marcó la cancha: quiere un tipo de cambio fijo por 
algunos meses porque no puede domar la inflación que apunta en 
abril a niveles del 2,5% anual. Esto avala nuestro pronóstico de 
una inflación del 13% anual para los primeros 6 meses del año y
 cercana al 24% anual para todo 2018.
El problema no es la suba de tarifas, es que no se contempló un
 plan económico para que los agentes económicos puedan 
convivir con niveles de tarifas más altos, que los negocios sean 
rentables y que la población no perdiera poder adquisitivo de 
su salario.
También es cierto que, en el paso de la economía K a la econo
mía M, nadie avisó que nos dirigíamos a un brusco cambio en la
 forma de hacer negocios y esto dejo muy mal parado a muchos 
actores de mercado.
La sequía en todo el país le trajo y le seguirá trayendo complica
ciones al Gobierno, que sigue repitiendo que la inflación bajará 
en el segundo semestre, cuando todos sabemos que en el último
 trimestre del año subirían muy fuerte la carne y la leche, compli
cando al índice de precios. Pero de esto no está enterado el Ban
co Central, ya que su mirada económica solo llega hasta el Obelisco.
La economía creció muy fuerte en el primer trimestre del año, pero
 creemos que irá languideciendo durante 2018, sin una buena
 cosecha, con menos obra pública, una inflación creciente, y me
nos inversiones, no es posible sostener este crecimiento.
El Banco Central puede controlar esta situación, perder 4.000 
millones de dólares más de Reservas y no complicarse, pero lo
 que está claro es que el marco del plan económico no es el
 adecuado. Y este error de poner un impuesto a los capitales lo
 pagará muy caro con más tasa de interés, menos actividad
 económica y con problemas para llegar a la meta de déficit 
fiscal. El Gobierno con algunas actitudes parece querer flagelar
se, no mide las consecuencias de los impuestos que aplica o las 
tarifas que sube. Lo único que lo puede salvar en la coyuntura es
 pasar de mercado de frontera a emergente, ojalá lo logre por el 
bien de todos.

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