"Fuimos conscientes de lo que pasaba", afirmó el CEO pero
aclaró que no fue "cómplice ni partícipe".
aclaró que no fue "cómplice ni partícipe".
"Fuimos conscientes de lo que pasaba, sí. Yo creo que sabíamos que las
cosas no estaban bien. Pero creo que no fuimos ni cómplices ni partícipes
de todo esto", evaluó Rocca al hablar ante hombres de negocios en un evento de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) en un hotel porteño.
La situación que generó Rocca fue muy extravagante. Confesó delitos en un
encuentro del que participaba el presidente y lo hizo sin que ningún fiscal
o juez se lo requiriera. La incógnita que se abre ahora es que hará Bonadío,
que pese a las confesiones de todos sus subordinados directos viene
esquivando el llamado al empresario más poderoso del país.
La "confesión" de Rocca es el tercer capítulo de la novela que golpeó a
Techint como nunca en las últimas décadas. El protagonista inicial fue
Héctor Zabaleta, histórico hombre de confianza de Rocca para manejar la
administración del grupo. Zabaleta fue retratado en los cuadernos de
Centeno entregando millones de dólares en bolsos a Roberto Baratta, en
los sótanos de la torre de Della Paolera, donde Techint tiene su sede
central. Detenido por orden del juez Claudio Bonadio, este ejecutivo se acogió al régimen de arrepentido y admitió el pago de coimas para ser liberado.
Esto obligó al grupo a reaccionar. De inmediato, la mano derecha de Rocca
y hombre político del grupo, Luis Betnaza, se presentó ante el juez y
declaró que las coimas que pagó Zabaleta las hizo por orden suya. También
se acogió a la figura de arrepentido y dijo que fueron pagos que le pidieron
los Kirchner para interceder ante Hugo Chávez y destrabar el conflicto por
la expropiación de la siderúrgica Sidor, que Techint tenía en Venezuela.
La gestión, como reveló la revista Noticias, fue tan buena que por una
planta que estaba valuada a nivel del mercado en USD 1500 millones,
Chávez terminó pagando USD 1.900 millones. Un ex ejecutivo del grupo
reveló a la revista que de ese dinero USD 300 millones se repartieron en
coimas.
"Luis Betnaza accedió a una exigencia del gobierno de aquel entonces, de
un apoyo", afirmó Rocca este jueves, intentando descargar la
responsabilidad en su subordinado. Y en línea con la argumentación que
vienen trabajando los funcionarios arrepentidos, eligió victimizarse. De
manera un tanto confusa, vinculó el pago de la coima con la expropiación
de la planta, cuando en rigor fue para conseguir que Chávez les pagara.
"Se había militarizado la empresa. En esa circunstancia, Betnaza accedió
a una exigencia de apoyo. La salida de Venezuela ha sido un trauma
enorme", afirmó el CEO de Techint.
Optimista, Rocca consideró que la causa judicial abierta por los
cuadernos del ex chofer Oscar Centeno no afectará su negocio. "El
Grupo Techint está muy comprometido con Vaca Muerta como nunca
estuvo en los pasados doce años y no tiene proyecto de tal enverga
dura en ningún lugar el mundo. Hoy se dan las condiciones", dijo el
empresario.
El pronóstico de Rocca, sin embargo, no se condice con la situación
de las acciones de su propio grupo. Desde que se inició el "Lava Jato"
criollo, la bolsa de Nueva York sólo le trajo disgustos a las subsidia
rias de Techint.
Ternium cayó un 21,6 por ciento desde el primero de agosto mientras
que las acciones de Tenaris cayeron el 10 por ciento. En tanto que los
bonos de Tecpetrol, apuntados a Vaca Muerta, no se están operando
desde que comenzó el escándalo de los cuadernos.
cosas no estaban bien. Pero creo que no fuimos ni cómplices ni partícipes
de todo esto", evaluó Rocca al hablar ante hombres de negocios en un evento de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) en un hotel porteño.
La situación que generó Rocca fue muy extravagante. Confesó delitos en un
encuentro del que participaba el presidente y lo hizo sin que ningún fiscal
o juez se lo requiriera. La incógnita que se abre ahora es que hará Bonadío,
que pese a las confesiones de todos sus subordinados directos viene
esquivando el llamado al empresario más poderoso del país.
La "confesión" de Rocca es el tercer capítulo de la novela que golpeó a
Techint como nunca en las últimas décadas. El protagonista inicial fue
Héctor Zabaleta, histórico hombre de confianza de Rocca para manejar la
administración del grupo. Zabaleta fue retratado en los cuadernos de
Centeno entregando millones de dólares en bolsos a Roberto Baratta, en
los sótanos de la torre de Della Paolera, donde Techint tiene su sede
central. Detenido por orden del juez Claudio Bonadio, este ejecutivo se acogió al régimen de arrepentido y admitió el pago de coimas para ser liberado.
Esto obligó al grupo a reaccionar. De inmediato, la mano derecha de Rocca
y hombre político del grupo, Luis Betnaza, se presentó ante el juez y
declaró que las coimas que pagó Zabaleta las hizo por orden suya. También
se acogió a la figura de arrepentido y dijo que fueron pagos que le pidieron
los Kirchner para interceder ante Hugo Chávez y destrabar el conflicto por
la expropiación de la siderúrgica Sidor, que Techint tenía en Venezuela.
La gestión, como reveló la revista Noticias, fue tan buena que por una
planta que estaba valuada a nivel del mercado en USD 1500 millones,
Chávez terminó pagando USD 1.900 millones. Un ex ejecutivo del grupo
reveló a la revista que de ese dinero USD 300 millones se repartieron en
coimas.
"Luis Betnaza accedió a una exigencia del gobierno de aquel entonces, de
un apoyo", afirmó Rocca este jueves, intentando descargar la
responsabilidad en su subordinado. Y en línea con la argumentación que
vienen trabajando los funcionarios arrepentidos, eligió victimizarse. De
manera un tanto confusa, vinculó el pago de la coima con la expropiación
de la planta, cuando en rigor fue para conseguir que Chávez les pagara.
"Se había militarizado la empresa. En esa circunstancia, Betnaza accedió
a una exigencia de apoyo. La salida de Venezuela ha sido un trauma
enorme", afirmó el CEO de Techint.
Optimista, Rocca consideró que la causa judicial abierta por los
cuadernos del ex chofer Oscar Centeno no afectará su negocio. "El
Grupo Techint está muy comprometido con Vaca Muerta como nunca
estuvo en los pasados doce años y no tiene proyecto de tal enverga
dura en ningún lugar el mundo. Hoy se dan las condiciones", dijo el
empresario.
El pronóstico de Rocca, sin embargo, no se condice con la situación
de las acciones de su propio grupo. Desde que se inició el "Lava Jato"
criollo, la bolsa de Nueva York sólo le trajo disgustos a las subsidia
rias de Techint.
Ternium cayó un 21,6 por ciento desde el primero de agosto mientras
que las acciones de Tenaris cayeron el 10 por ciento. En tanto que los
bonos de Tecpetrol, apuntados a Vaca Muerta, no se están operando
desde que comenzó el escándalo de los cuadernos.
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