Impulsa el juicio político de Garavano y dispara contra el sector del
Gobierno que no quiere a Cristina presa.
La diputada Elisa Carrió amenazó este jueves con romper la alianza
Cambiemos, furiosa con el ministro Germán Garavano por haber
dicho que "no sería bueno" que se pida la detención de la ex presi
denta Cristina Kirchner.
"La República está sumamente herida por un sector del gobierno que
por conveniencia política no desea verdad, justicia y condena. Esto
no es negociable. Ni la República. Ni la impunidad. El Presidente lo
sabe desde enero del 2015. No volvamos al pasado Sr Presidente",
lanzó Carrió en una carta en la que le recordó a Mauricio Macri que
una condición del acuerdo de Cambiemos era el fin de la corrupción.
Carrió habló de la "falta de apoyo" del radicalismo en su avance con
tra Garavano, porque sabe que el ministro tiene el apoyo del grupo de
"Coti" Nosiglia y Ricardo Gil Lavedra, a quien tiene en Justicia 2020,
enfrentados con la diputada. Además, aseguró que su decisión de
avanzar con el juicio político no es impulsada por "calentura" ni tam
poco una amenaza, sino "una decisión colectiva e irrevocable". La
diputada dejó trascender que les pidió a sus colaboradores que avan
cen con la medida.
La polémica arrancó porque Garavano dijo que "no parece bueno el
desafuero y la detención, siendo que puede brindar explicaciones en
el marco de un juicio oral, pero eso es algo que debe resolver la
Justicia y el Senado".
Los dichos desataron la furia de Carrió, que quiere ver presa a la ex
Presidenta y, como contó LPO, lo que hizo la diputada fue mandar
un mensaje al sector de la Rosada que empuja la estrategia de
golpear judicialmente a Cristina pero mantenerla libre y competitiva
de cara a las elecciones del año que viene, para bloquear el surgi
miento de una alternativa opositora fuerte, sin el techo que tiene la
ex presidenta.
Esta polarización permanente ideada por Peña y Durán Barba sobre
la base de la opción "Nosotros o Cristina" le permite a Mauricio
Macri soñar con la reelección aún en un contexto de crisis econó
mica y caída de su valoración.
Pero el mensaje de Carrió despertó la dura interna de Cambiemos,
con el tema de las prisiones preventivas como divisor de aguas
entre la diputada y Peña, que no quiere que se avance con ningu
na restricción electoral.
Como reveló Marcelo Bonelli, un sector de la Rosada puso en
marcha un plan para exculpar a empresarios y "encapsular" el
escándalo de los cuadernos de las coimas. Según el periodista
, había cuatro encargados de llevar adelante este proceso: el Pro
curador del Tesoro Bernardo Saravia Frías, el secretario general
de la Presidencia, Fernando de Andreis; el ministro de transporte
Guillermo Dietrich y el asesor presidencial Fabián "Pepín"
Rodríguez Simón.
La idea que se difundió implicaba que los involucrados pierdan
sus derechos: los empresarios a continuar al frente de sus compa
ñías, los políticos a postularse para cargos públicos. Este proyecto
tiene el aval de Carrió, que juega en tándem con Pepín.
En ese escenario, comenzó a trascender que el sector de operado
res judiciales que encabeza el "Tano" Angelici busca desplazar al
camarista federal Martín Irurzun, promotor de la doctrina de prisio
nes preventivas y que tiene a su cargo la oficina de escuchas. Por
eso, Pepín se juntó días atrás con Irurzun.
Pese a su cercanía con Ricardo Lorenzetti, Carrió sabe que Irurzun
tiene juego propio y mucho peso en Tribunales. En rigor, la
diputada siempre reconoció su prestigio y manejo político, por lo
que se acercó a través de Pepín.
En la vereda de enfrente, Garavano en línea con Peña insiste en que
Cristina no debería ir presa. Desde el entorno del ministro dijeron a
este medio que no es "un dirigente político", sino que opina como
funcionario desde un lugar institucional. Se atajan en que lo que
defiende es el debido proceso. "Para que la gente esté presa, se
tiene que cumplir con lo que dice la ley. Se reclama la urgencia de
los procesos para que se llegue a juicio oral", explican en el Gobierno.
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