P"Discúlpeme Presidente, usted dice que va a hacer el ajuste y
reelegir, pero o hace el ajuste en serio y no reelige o no lo hace y
reelige", fue la reflexión, palabras más palabras menos, de uno de
los interlocutores que tuvo Macri en su paso por Wall Street, la se
mana pasada.
El Presidente se reunió durante los días que estuvo en Nueva York
con varios fondos de inversión. A todos los pidió que compren accio
nes de empresas argentinas que cotizan en esa plaza financiera para
ayudarlas a recuperar valor.
Es que Macri viene sufriendo las presiones de empresas que apoyan
su Gobierno y por la crisis económica enfrentan dramáticas caídas de
valor que superan el 50 por ciento. Un caso típico es el de la fusiona
da Telecom-Cablevisión (cotiza como TEO) que en el pico del anuncio
de la fusión alcanzó un valor de USD 13 mil millones y ahora cotiza
por la mitad.
La paradoja es que directivos de esa compañía en una visita que hicieron a la comisión de Comunicaciones de Diputados a principio de año, mantuvieron un interesante diálogo político con diputados del bloque peronista no kirchnerista. Allí, ante el reclamo de los peronistas por lo que consideraban un "apoyo" excesivo a Macri, la respuesta fue contundente: "¿Y qué quieren qué hagamos? Si gana Cristina, el grupo pasaría a valer un tercio". Hoy, con un caída acumulada del 52%, ese escenario empieza a corporizarse con la administración en curso.
De hecho, Telecom tuvo que suspender la emisión de un bono de USD 1.000 millones que había previsto para financiar un agresivo plan de inversiones para darle volumen a su oferta de cuádruple play. El fin de semana pasada decidió recortar esa emisión a USD 750 millones y espera con ansia una ventana para salir al mercado.
Es que ese grupo factura en pesos y tiene obligaciones en dólares por al menos USD 300 millones. La recesión le impide trasladar a precio la devaluación y su CEO, Carlos Moltini, ya
tuvo que anunciar una ampliación en al menos un año del plan de
inversiones previsto, porque el cierre de los mercados lo obliga a
financiarse básicamente con recursos propios.
Pero no es el único caso, empresas como los bancos Galicia, Super
vielle y Macro que acumulan caídas incluso superiores al 60 por ciento
(BMA, SUPV y GGAL) y energéticas como Edenor y Pampa (EDN y
PAM) también rondando el 50 por ciento.
Macri se vio forzado a lanzar su reelección porque sabe que en esta
caída no sólo influye el fracaso de su programa gradualista, sino
también el temor a un regreso de Cristina Kirchner al poder, aupada
en la recesión y el conflicto social creciente.
"Usted quiere que invirtamos en Argentina, pero al mismo tiempo
mantienen a Cristina viva y ahora hay riesgo de que gane. Y sabe
mos que si gana va a desconocer la deuda y planteará una reestruc
turación", le dijeron a Macri.
Eso es exactamente así: Tanto la crónica apuesta de Macri a la pola
rización con Cristina, a la que desde el Gobierno golpean pero
quieren libre y de rival; como la decisión de la ex presidenta de des
conocer la deuda que tomó Cambiemos, que al final de su mandato
ya rondará el 90% del PBI contra el 25% que recibió al inicio.
Y este es el eterno punto de conflicto no resuelto entre Macri y el
establishment, ahora agravado por la crisis económica. El núcleo del
Presidente que define su estrategia -Marcos Peña y Durán Barba-
evitó la consolidación de una alternativa peronista de centro, porque
sabe que es en la opción "Nosotros o Cristina" que crecen sus chan
ces. Un plan simple pero bastante efectivo, que a medida que el
Gobierno cae en intención de voto y consideración, se vuelve aún
más imprescindible.
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