control a extranjeros. Lo anunciará el 1 de marzo.
Mauricio Macri se mantiene distante de su par brasilero Jair Bolso
naro, pero en su compaña por la reelección imitará varias de sus
consignas y el primer caso será el 1 de marzo, en la apertura de se
siones ordinarias, cuando por segundo año consecutivo anuncie la
reforma del Código Penal.
Sólo que esta vez prevé no demorar más debate y plantear temas
que abrirán la polémica como aumento de penas por los cortes de
rutas y el endurecimiento de la ley migratoria, que tiene entre sus
principales exponentes al senador justicialista Miguel Pichetto.
En el gobierno están entusiasmados por una encuesta que indica que
la mayoría de la población cree conveniente expulsar en poco tiempo
a los extranjeros con residencia parcial que delinquen y que según
el rionegrino pueblan las cárceles argentinas.
El debate no es nuevo: en 2013, el kirchnerismo y el radicalismo borraron
un artículo de un proyecto que perseguía ese objetivo, impulsado
por el entonces secretario de Seguridad Sergio Berni, que buscaba
combatir el ingreso de droga por el norte del país.
Gerardo Morales, entonces senador de la UCR, recordó que la ley ya
permite expulsar a residentes temporales si delinquen y que en tal
caso jueces y fuerzas de seguridad deberían explicar por qué no lo
hacen.
Pichetto explica que la Dirección de Migraciones detiene los trámites
cuando los denunciados tienen familia y que el nuevo Código Penal
la instigaría a expulsarlos igual. No evitará un duro debate en el Con
greso, donde en todas las fuerzas hay voces que temen una estigma
tización de los extranjeros.
De hecho, en febrero la UCR frenó un proyecto de Luis Petri, también
radical, que impedía a los extranjeros estudiar y asistir a hospitales
en el país. Petri es uno de los diputados de mayor diálogo con
Bullrich y ya se prepara para defender el nuevo Código, escrito por
el camarista Mariano Borinsky.
El temor de Macri, y tal vez la causa por la que frenó el debate, es
que los diputados que apoyaron el aborto quieran incluir su despe
nalización, una propuesta que llegó a evaluar el Episcopado, pero
no aceptaron muchos diputados celestes.
Consistía en reducir la pena por interrumpir el embarazo a un 1 año
de prisión y convertirla en excarcelable. Tampoco hay garantías de
que el gesto alcance para que el proyecto para habilitar el aborto no
vuelva a ser presentado, como cada año desde 2003.
naro, pero en su compaña por la reelección imitará varias de sus
consignas y el primer caso será el 1 de marzo, en la apertura de se
siones ordinarias, cuando por segundo año consecutivo anuncie la
reforma del Código Penal.
Sólo que esta vez prevé no demorar más debate y plantear temas
que abrirán la polémica como aumento de penas por los cortes de
rutas y el endurecimiento de la ley migratoria, que tiene entre sus
principales exponentes al senador justicialista Miguel Pichetto.
En el gobierno están entusiasmados por una encuesta que indica que
la mayoría de la población cree conveniente expulsar en poco tiempo
a los extranjeros con residencia parcial que delinquen y que según
el rionegrino pueblan las cárceles argentinas.
El debate no es nuevo: en 2013, el kirchnerismo y el radicalismo borraron
un artículo de un proyecto que perseguía ese objetivo, impulsado
por el entonces secretario de Seguridad Sergio Berni, que buscaba
combatir el ingreso de droga por el norte del país.
Gerardo Morales, entonces senador de la UCR, recordó que la ley ya
permite expulsar a residentes temporales si delinquen y que en tal
caso jueces y fuerzas de seguridad deberían explicar por qué no lo
hacen.
Pichetto explica que la Dirección de Migraciones detiene los trámites
cuando los denunciados tienen familia y que el nuevo Código Penal
la instigaría a expulsarlos igual. No evitará un duro debate en el Con
greso, donde en todas las fuerzas hay voces que temen una estigma
tización de los extranjeros.
De hecho, en febrero la UCR frenó un proyecto de Luis Petri, también
radical, que impedía a los extranjeros estudiar y asistir a hospitales
en el país. Petri es uno de los diputados de mayor diálogo con
Bullrich y ya se prepara para defender el nuevo Código, escrito por
el camarista Mariano Borinsky.
El temor de Macri, y tal vez la causa por la que frenó el debate, es
que los diputados que apoyaron el aborto quieran incluir su despe
nalización, una propuesta que llegó a evaluar el Episcopado, pero
no aceptaron muchos diputados celestes.
Consistía en reducir la pena por interrumpir el embarazo a un 1 año
de prisión y convertirla en excarcelable. Tampoco hay garantías de
que el gesto alcance para que el proyecto para habilitar el aborto no
vuelva a ser presentado, como cada año desde 2003.
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