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lunes, 29 de abril de 2019

Mario Capello, Subsecretario de Minería de la Nación: “El cianuro se puede beber”

La ridícula declaración, que parece una broma espetada por el Negro 
Álvarez, fue dicha hace días por Capello, luego de que Barrick 
perpetrase dos nuevos derrames de agua cianurada.Así lo describió
 en un artículo el escritor Miguel Bonasso, autor del libro El Mal, don
de desnuda los entramados oscuros entre la clase política argentina 
y la minera canadiense Barrick Gold.En el festival de los chistosos, 
Capello le ganó al obsecuente de Jaime Bergé, quien en 2015, cuando 
se produjo un derrame de cianuro en la mina Veladero, dijo que se 
"podía tomar medio vasito de agua" del río contaminado. Capello
 superó la gracia de Les Luthiers al tirar semejante barrabasada, y 
mostró que cuando el pueblo está embrutecido, se lo puede gastar 
con estupideces de toda calaña.

A continuación, la nota completa del entusiasta Miguel Bonasso 

"El cianuro es una sal. Lo puede consumir el ser humano, los animales, absolutamente todos”, declaró textualmente el Subsecretario de Mine
ría de la Nación Argentina, Mario Capello. Agregó: “No hay que asustar
se, ni asustar a la gente”.
La insólita declaración, que provocaría carcajadas si no fuera trágica, 
se produjo quince días después de que la empresa canadiense Barrick
 Gold perpetrase dos nuevos derrames de agua cianurada, que 
mantuvo en secreto desde hace varios meses, hasta que el siniestro 
fue denunciado por la Asamblea Vecinal “Jáchal no se toca”, que
 lucha para evitar la contaminación de los ríos y las napas subterrá
neas, en la provincia andina de San Juan. Desde 2015, ya van -que se
 sepa- cinco derrames, uno de ellos superior al millón de metros cúbi
cos de agua con cianuro. Por un solo derrame de 100 mil metros
 cúbicos sobre el Danubio, Europa prohibió la megaminería del 
cianuro en todo su territorio.
La Barrick Gold, nacida como empresa de fachada de la CIA en tiem
pos del escándalo Irán-Contras (en los 80), ya había producido otros
 tres derrames de agua cianurada en su mina de Veladero, ubicada a 
4 mil metros de altura, en la Cordillera de los Andes. Igual que ahora,
 la empresa mantuvo los desastres en riguroso secreto hasta que un
 trabajador de la mina, en un mensaje de texto, les avisó a sus fami
liares que no bebieran agua del río cercano porque estaba envene
nada con cianuro y otros metales pesados.
Violando expresamente la Ley de Ambiente y la Ley de Glaciares, 
el gobierno de Mauricio Macri no expulsó de la Argentina a la Barrick
 Gold, medida que sí tomó recientemente el gobierno de Chile a raíz 
de un incidente similar en la zona de Pascua, donde se iba a cons
truir una gigantesca mina al aire libre, chileno-argentina (Pascua-
Lama). Por el contrario, el gobierno Macri ha salido a promocionar
 el cianuro como bebida refrescante. Es que la Barrick reina en San
 Juan y en toda la Argentina, desde los tiempos de Cristina Fernán
dez de Kirchner, que tuvo fluida relación con el fallecido Peter Munk
, ex capo de la megaminera y socio del expresidente George Herbert
 Walker Bush y del conocido traficante de armas saudita, Adnan 
Kashoggi.
Por eso el presidente municipal de Jáchal, Miguel Vega, se negó 
inicialmente a ordenar un examen minucioso en la cuenca del río 
Jáchal y recién lo pidió 15 días después de que se denunciara el 
derrame, presionado por la lucha de los vecinos.
El alcalde Vega pertenece al partido peronista, igual que la ex Pre
sidenta, el ex gobernador de San Juan José Luis Gioja y el actual 
mandatario provincial Sergio Uñac. Todos de estrecha relación con
 la peligrosa corporación. En cambio, el subsecretario de Minería 
que propone un coctel de cianuro, es radical y macrista, lo cual 
prueba que el encanto aurífero de las megamineras es transpartidario.
Mientras tanto, un estudio de la Universidad Nacional de Cuyo, 
realizado el 27 de diciembre de 2017, detectó valores de mercurio
 53 veces superiores al máximo tolerable para la vida acuática. 
Pero la alarma crecería de manera exponencial en febrero de este 
año, cuando un nuevo estudio en aguas del río Jáchal constató 
1.992 milímetros de aluminio por litro de agua, amén de altísimos 
niveles de otros minerales como mercurio, manganeso, bario, 
cadmio, cobalto, cobre, cromo, níquel, plata, plomo, zinc y arséni
co. Todo en proporciones muy superiores a los valores estableci
dos para el riego y el consumo del ganado. Diga lo que diga el 
Subsecretario de Minería.
El resultado de los análisis ha trascendido el ámbito universitario,
 alimentando la creciente indignación de los jachaleros, hacia esa
 megaminería que les prometía instalarse en la región para crear
 empleo y bienestar y les está envenenando el agua y diseminando
 el cáncer. Su lucha ha encontrado un eco penal en el ámbito 
nacional, con la causa sobre los derrames de cianuro que lleva
 adelante el juez federal Sebastián Casanello. Para el propio pre
sidente Macri esa causa judicial y la Ley de Protección de los
 Glaciares, impulsada como diputado nacional por el autor de 
este artículo, constituyen dos serios escollos a salvar para con
cretar en los Andes 44 nuevos proyectos de megaminería a cielo
 abierto. Para el poder, un maná del cielo que rondaría los 18 mil
 millones de dólares de inversiones extranjeras; para los ciudada
nos argentinos una pérdida total de soberanía en el tema decisivo
 del agua.
Fuente: Miguel Bonasso

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