Rosada querían internas, pero decidieron no enfrentarla a riesgo de
perder todo.
"Si el PRO no lo apoya a Mario, me voy de Cambiemos". Con esa frase,
pronunciada en una reunión en la Quinta de Olivos con Mauricio Macri
, Elisa Carrió selló la suerte de la alianza oficialista en Córdoba y dejó el
terreno listo para una división que derivó en una derrota histórica.
La conversación se produjo en medio de los tironeos de los dirigentes
cordobeses por la fallida interna para definir la fórmula para la goberna
ción. La diputada se reunió con el Presidente y Marcos Peña y dejó claro
que de ninguna manera aceptaría otra cosa que la candidatura de su
amigo Mario Negri, según confiaron a LPO fuentes de Cambiemos.
Entre Macri y Peña primaba la idea de avalar la interna si no había acuerdo,
pero Carrió y Negri temían que el aparato radical de Ramón Mestre los
dejara sin nada. La líder de la Coalición Cívica recurrió a su habitual
amenaza de romper Cambiemos para lograr sus objetivos (como hizo
días atrás cuando Alfredo Cornejo pidió incorporara dirigentes peronistas)
y lo consiguió una vez más. El presidente y el jefe de Gabinete prefirieron
no confrontarla y ordenaron apoyar al diputado.
El planteo de Carrió era paradójico: si no se rompe Cambiemos en
Córdoba, lo rompo a nivel nacional. La jugada descontaba que Mestre
se iba a bajar sin el apoyo de Macri. En la Rosada le advirtieron a
Lilita que eso no iba a pasar, que el intendente estaba decidido a jugar
a pesar de que le habían ofrecido ser candidato a diputado y jefe de
bloque. Pero ella aseguró que se bajaría. El error -compartido con Macri
y Peña- fue grosero.
Lo peor de ese error inicial es que una vez que quedó claro que eso
no iba a pasar, cuando Mestre presentó su lista y también la candida
tura de Rodrigo De Loredo para intendente, la Rosada no tuvo
muñeca para evitar males mayores. Esto es, cuando las encuestas
empezaron a mostrar la posibilidad concreta de que el peronismo
gane la capital provincial, la segunda ciudad del país y uno de los
principales núcleos de poder del radicalismo.
Eso demuestra que al Gobierno no le interesa el interior, dijo a LPO
una fuente de Cambiemos. En la mirada de Macri, Peña y Durán
Barba lo único importante son Nación, la Ciudad y la provincia de
Buenos Aires, el resto no les importa, lamentó el dirigente.
La consecuencia de esta cadena de traspiés fue el catastrófico
resultado de este domingo, con Negri a más de 35 puntos de del
ganador y Mestre apenas superando el diez por ciento, además de
un triunfo del peronismo en la Ciudad de Córdoba por primera vez
en veinte años. Cambiemos perdió por paliza hasta en la localidad
que lo vio nacer. La Rosada terminó ensayando una insólita nega
ción de sus propios candidatos.
Como si los errores durante la campaña no habían sido suficientes,
el domingo por la noche Carrió le apuntó al ministro del Interior, Ro
gelio Frigerio, por no haber ayudado a Negri. En el Gobierno hay
bronca porque la diputada no respetó un acuerdo que habían alcan
zado los propios candidatos radicales para que Macri, Peña y Frigerio
no vayan a apoyar a Negri. En una reunión con Mestre (y también su
rival) se acordó ese esquema a cambio de que el intendente no mande
a sus congresales a romper la convención de la UCR. En la Rosada
esperan que cumpla.
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