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jueves, 11 de junio de 2020

Vicentin: deuda por $100.000 millones, el Estado Nacional primer acreedor, y la empresa off shore de los Panamá Papers

Hoy el dueño de la empresa agroexportadora será recibido por el pre

sidente Alberto Fernández. La historia de una empresa que se endeu

dó mientras facturaba, a costa del Banco Nación, la AFIP y sus pro

veedores.

El expresidente Macri recorriendo la empresa Vicentín junto a su CEO

Por Bruno Costanzo.
La polémica alrededor de la posible expropiación de Vicentin (por
ahora solo un proyecto de ley), de fuerte carácter ideológico, con 
posturas a ambos lados de la brecha, tapó mediáticamente un tema
 técnicamente indiscutible. El mismo es que la empresa se endeudó
 mientras no lo necesitaba, según marcas sus niveles de factura
ción, a costa del Estado Nacional mediante dos vías: préstamos 
con el Banco de la Nación Argentina y deuda impositiva con la 
Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), alrededor de 
$30.000 millones entre ambos.
El 10 de febrero, la empresa presentó su concurso preventivo admi
tiendo una deuda de $99.345 millones, que intereses mediante hoy
 pasaron los $100.000 millones. En esa presentación ante el juzgado
 Civil y Comercial 2 de Reconquista, Santa Fe, el número exacto que 
planteó la empresa como deuda es $99.345.263.086,50. La misma
 está repartida en 2.638 acreedores y concentrada -más del 50%-
 en el sector financiero, principalmente la banca pública.
Lo más notorio del caso es que la empresa conducida por Sergio Nardelli, el “cerebro” de la misma como dicen quienes lo conocen, 
se endeudó hasta lo impagable mientras el año pasado facturó 
alrededor de u$s4.256 millones. Además representó, en el ejercicio
 2017-2018, el 21% de la molienda nacional de soja y el 27% con 
respecto al girasol.
La pelea por la agenda política y la vuelta de la brecha
Si quedaban dudas de que el Gobierno estaba buscando imponer
 una agenda para la "pospandemia", el anuncio de Alberto Fernández sobre Vicentin las disipó. La intervención y pedido de
 expropiación de la histórica empresa del norte santafesino, fun
dada en la década del '20 por la familia materna de quien ahora es 
su dueño, Gustavo Nardelli Vicentin, produjo un cimbronazo que 
despertó una fuerte resistencia de la oposición y de dirigentes del
 mundo empresarial.
Los malos manejos de un pasivo gigante y una "decisión estratégi
ca" de Estado se mezclaron en la gestación de la idea. También 
algunos movimientos de las autoridades de la empresa que corres
ponden a una presunta triangulación con una empresa offshore en 
las Islas Vírgenes Británicas empujaron al oficialismo a tomar la decisión. Maximiliano Nardelli, uno de los dueños de la empresa fa
miliar, aparece en los Panamá Papers como responsable de Kerdale 
Investments Corp., una firma offshore de ese paraíso fiscal, que de
clara como dirección la misma que Vicentin: Santos Palacios 228, 
ciudad de San Lorenzo, provincia de Santa Fe.
La trama es compleja y las aristas son múltiples. Los primeros 
asos de la compañía se remontan al último gobierno de Hipólito 
Yrigoyen, pero más allá de algunos avances en la producción de 
aceites, recién en 1997 la empresa dio el gran salto para convertir
se en una compañía de renombre internacional en el sector agro
exportador, cuando inauguró su puerto propio a orillas del Río 
Paraná.
El año tampoco es casualidad. Fue justamente el asesor macris
ta Hernán Iglesias Illa, en su libro "Golden Boys. Vivir en los mer
cados", quien narró el derrotero de la empresa familiar que hoy 
tiene sedes en Paraguay, Uruguay y el viejo continente para llegar 
a tener un lugar de embarque propio. Lejos de la producción, el 
rápido ascenso estuvo vinculado a la compra de bonos basura, 
ue se adquirían por centavos en Wall Street, se giraban al país y,
 aprovechando la convertibilidad, se convertían en grandes fortu
nas al valor nominal, y no al de mercada infinitamente menor que 
se había pagado. Una vez consolidada, esa fortuna se tradujo en 
negocios por todo el mapa nacional y convirtieron a la empresa en
 la principal contribuyente de la provincia de Santa Fe. La fecha de
 creación del puerto, el mayor hito de la empresa, no fue narrado 
en la emotiva carta de presentación que Vicentin ostenta en su web
 oficial.
De Menem a Macri
Considerados "hijos del menemismo" por colegas comprovincia
nos, los dos cerebros de la compañía hoy son Sergio Nardelli -de 
apellido materno Vicentin- y Alberto Padoán. Desde finales de 2015, 
abrazaron ideológica y materialmente la apuesta agroexportadora
 con baja de retenciones del macrismo. Y no les fue nada mal. Según 
el informe técnico del actual gobierno, que se publica al final de esta
 nota, la facturación de la empresa creció en los últimos años de
 U$S3.535 millones -en 2017- a U$S4.256 millones -durante el 2019-, 
con el 71,9% del negocio concentrado en el aceite y los subproduc
tos de la soja.
Aún con una mayor facturación en dólares y salarios en pesos deva
luados, la empresa acumuló una importante deuda que hoy asciende
 a los u$s1.500 millones. Directivos de la empresa aseguran que se 
cometieron errores y hubo inversiones arriesgadas que no resulta
ron rentables, pero la historia que pudo reconstruir NA es otra. A 
través de lo que en el agronegocio se conoce como "importaciones
 transitorias", la empresa traía los granos de soja desde Paraguay y
 los exportaba desde su refinería en Santa Fe. Así no solo aprovecha
ba el dólar caro de la era Macri, sino que evitaba pagar impuestos de
bido a que no se trataba de un bien local. El movimiento permitía de
jar dólares en el exterior a través de sus subsidiarias de Paraguay y
 Uruguay.
Además, según aseguro el titular del Banco Nación, Claudio Lozano,
 la empresa giró parte de esos dólares a una empresa offshore radica
da en Panamá. Según pudo averiguar NA en la base de datos de em
presas vinculadas en los Panamá Papers, el hijo de Sergio Nardelli, Maximiliano, asiduo militante del PRO en sus redes sociales, es quien
 figura como titular de la offshore Kerdale Investments Corps. en las
 Islas Vírgenes Británicas, cuya gestión contable es operada desde 
Montevideo. Allí figura junto a otro santafesino, el rosarino Habib 
José Miguel Abraham, socio de Nicolás Nardelli en Labutte SRL y de
 Maximiliano en otra empresa argentina, Compañía General de Com
bustibles SRL.
La gestión de González Fraga
Con una gran deuda acumulada, sin pagar a sus proveedores ni a 
los pequeños productores cuya producción exportaban, la empre
sa accedió a un préstamo de u$s300 millones del Banco Nación. 
Tanto vocales de la empresa como técnicos de la entidad bancaria
 vieron la insolvencia del negocio, pero fue Javier González Fraga 
quien le puso el sello de todos modos a lo que hoy figura como la
principal deuda de la firma agroexportadora.
La empresa había devuelto el favor por adelantado: el banquero fue
 nombrado en el directorio del Rofex (Mercado a Término de Rosario
 S.A.), donde se llegaron a negociar contratos de futuros que desper
taban la envidia de los más expertos bolseros de la City porteña. Tal
 vez por eso, y ante los rumores de una fusión de la entidad rosarina 
con mercados brasileños, la Comisión Nacional de Valores, con apo
yo de los miembros del Rofex nombrados durante la gestión de Ma
cri, inició la fusión entre Matba y Rofex, valuada en u$s274 millones.

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