La Cámara de Diputados aprobó un proyecto de ley que crea la
Campaña Nacional para la Donación de Plasma Sanguíneo de
pacientes recuperados de coronavirus de todo el país, iniciativa
que podría ser debatida en la segunda semana de julio en el
Senado. Sobre la efectividad de este tratamiento opinó para
Télam el Dr. Gonzalo Perez Marc, subdirector Médico del Depto
. Materno-Infantil del Htal. Militar Central y coordinador general
del Estudio de Plasma de la Fundación INFANT.
Por Gonzalo Perez Marc
La carrera por hallar un tratamiento con capacidad para detener
la pandemia en la que nos vemos inmersos ha tenido diversas
onsecuencias. A la par de la proliferación de publicaciones cien
tíficas y propuestas terapéuticas apresuradas y con escasa eviden
cia científica, han aparecido también proyectos de investigación
novedosos y estudios de diseño ambicioso, algunos de los cuales
proponen herramientas terapéuticas que podrían facilitar la sali
da del estado de aislamiento social preventivo y obligatorio que
ha primado hasta ahora. Dentro de estos últimos, la opción de
administrar plasma de pacientes convalecientes de la enfermedad
ha adquirido relevancia a lo largo de las últimas dos semanas. La
idea es una vieja conocida argentina (Maiztegui fue quien mejor la
describió y desarrolló para el tratamiento de la fiebre hemorrágica
allá por los años setenta), pero su implementación para el trata
miento de la infección por SARS-Cov-2 tiene apenas unos meses
de antigüedad. Si bien ya se está utilizando en muchas institucio
nes en diversos tipos de pacientes (leves, moderados o graves; en
el marco de estudios clínicos o simplemente como tratamiento em
pírico), es importante destacar que su eficacia aún es una teoría
que debe ser probada. En función de esto es que se están llevan
do a cabo en diferentes partes del mundo estudios que intentan
garantizar la máxima objetividad, con el fin de establecer si el plas
ma es realmente eficaz, o si solo es una hipótesis que deba ser des
cartada. Hasta que no tengamos certezas respecto de este trata
miento, no parece justificado reclamar su implementación obligato
ria. Es decir, nadie debe sentirse tratado en forma inadecuada si no
lo recibe.
Lo que sí sabemos acerca del tratamiento del plasma de convale
ciente al día de hoy son dos cosas: que es una opción segura (rara
mente da efectos adversos) y que es un recurso escaso (no todos
los pacientes acumulan una alta cantidad de anticuerpos luego de
haberse curado de la enfermedad). Esto último hace que la donación
de plasma aparezca hoy como una prioridad para el avance de todos
los estudios que se están desarrollando. El proceso de donación es
sencillo y seguro, y puede ser repetido una serie de veces si el do
nante está en buen estado de salud. En este contexto de pandemia
es sin dudas un acto altruista y solidario, pero que no debería ser for
zado. Es importante recordar que la participación de sujetos en inves
tigación debe ser siempre voluntaria y en el marco de las normas bioé
ticas que rigen este tipo de actividad científica. Esa es la única mane
ra de garantizar el derecho a la autonomía de todas las personas invo
lucradas en el proceso.
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