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miércoles, 18 de agosto de 2021

Trigo transgénico: un no rotundo a otro veneno más en el pan nuestro de cada día

 


En octubre del año pasado, a pesar de la resistencia de más de mil 

científicxs y de diferentes espacios y organizaciones, Argentina apro

bó la semilla IND-ØØ412-7 y, con esto, al peligroso agrotóxico glufo

sinato de amonio, 15 veces más tóxico que el glifosato. Desde ayer y 

durante toda la semana, las organizaciones que conforman la recién 

inaugurada Plataforma Socioambiental llevan adelante actividades en

 el marco del #PANAZO NACIONAL, como estrategia para expresar un 

no rotundo al trigo transgénico HB4, uno de los cultivos más peligrosos 

para la salud humana y de la tierra. “Quieren profundizar un modelo 

que no produce alimentos, sino commodities y deja territorios, po

blaciones y un ecosistema devastado”, dicen referentes de la Platafor

ma en esta nota.Por Redacción La tinta

“Decimos no al trigo transgénico porque aumentaría el uso de agrotóxi

cos aún más tóxicos que el glifosato. Porque habrá mayor riesgo de con

taminación genética a otros trigos. Porque consolida la relación entre el

 sector del agronegocio y el desarrollo de ciencia y técnica nacional. Por

que aumenta la presión por la privatización de las semillas. Porque un 

nuevo veneno estará presente en el pan nuestro de cada día. Porque no

 queremos consumir alimentos transgénicos”. La afirmación del rechazo 

es con contundencia y las organizaciones que forman parte de la Platafor

ma Socioambiental están convocando -desde hace unas semanas- a toda

 la sociedad argentina a expresarse en contra de la autorización del trigo

 transgénico HB4.

Compartiendo trigos agroecológicos, panes artesanales, facturas y tortas

 fritas, productorxs de distintos puntos del país estarán en plazas y espa

cios públicos para visibilizar el rechazo y la resistencia a lo que señalan

 como el avance agroindustrial más peligroso que se ha presentado en los

 últimos años.

Cuando en octubre pasado se aprobó la semilla IND-ØØ412-7 y sus pro

ductos y derivados, más de 1.000 científicxs del CONICET y 30 universi

dades públicas pusieron en cuestión la decisión y rechazaron -en una

 carta abierta al Gobierno Nacional- la autorización al HB4, producto del 

equipo de la bioquímica Raquel Chan de la Universidad Nacional del Li

toral y la empresa Bioceres-Indear. 


Rosalía Pellegrini Holzman, Secretaria de Género y referente de 

la Unión de Trabajadorxs de la Tierra (UTT), explica que, con la aprobación 

del año pasado, nuestro país va hacia la introducción de un trigo que está 

prohibido en Europa y es único en el mundo. Nada de lo que enorgu

llecerse: “Argentina sería pionera -nuevamente- en introducir un mo

delo de biotecnología de un trigo transgénico que viene acompañado

 (porque es un paquete) del glufosinato de amonio que ya está compro

bado que es peor que el glifosato”.


Como especifican lxs científicxs en su carta, el glufosinato de amonio es 

un herbicida 15 veces más tóxico que el glifosato, ampliamente cuestiona

do y prohibido en muchos países por su toxicidad aguda y sus efectos 

neurotóxicos, genotóxicos y alteradores de la colinesterasa. El compuesto

 es letal para organismos que contribuyen naturalmente a mantener la di

námica de los agroecosistemas, deteriora enormemente la calidad del 

agua dulce acelerando procesos de eutrofización y penetra hacia napas

 subterráneas.

Pellegrini detalla que este nuevo trigo transgénico, resistente a la sequía

 -sequía que es generada por la deforestación del propio modelo agroin

dustrial-, implicará una nueva expansión de la frontera agropecuaria.

 “Este modelo de monocultivo será igual que la soja transgénica, gene

rando mayor deforestación, mayor devastación del territorio, contamina

ción del mismo suelo y, por supuesto, lo que implica este paquete tecno

lógico en términos de las vidas humanas y de la contaminación de los 

pueblos”, dice la secretaria de la UTT a La tinta.

Daniela Verzeñassi, del Foro Ecologista de Paraná – Coordinadora Basta

 es Basta de Entre Ríos, ordena el panorama y hace foco en tres cuestio

nes claves. Por un lado, la presencia cotidiana de transgénicos en la me

sa de todxs lxs argentinxs (considerando que el trigo es, si no la base, 

uno de los principales alimentos en nuestro país) y sumado a esto, el 

nuevo herbicida que, como ya se sabe, es muchísimo más agresivo y 

tóxico, y estaríamos ingiriendo a diario. “Estas son las dos cuestiones

 principales, a lo que se suma el riesgo de que los trigos actuales sem

brados en nuestro país estén expuestos a la posibilidad de contamina

ción por polinización con transgénesis, con lo que estaríamos también

 perdiendo la posibilidad de seguir produciendo trigos libres”. Verzeñas

si añade que, además de los movimientos socioambientales y producto

res agroecológicos, se suman al rechazo otros productores que no quie

ren esta amenaza sobre sus producciones actuales y el Complejo 

Harinero Argentino. 


La #PlataformaSocioambiental denuncia que, a pesar de no estar 

liberado comercialmente, se sabe que hay aproximadamente 25.000

 hectáreas sembradas de trigo HB4 de Bioceres en siete provincias y que 

se espera la autorización de Brasil para poder ser comercializado, pues

 es el principal comprador del 30% de trigo que se exporta.


“Estamos atravesadxs por una pandemia sanitaria social, pseudo pro

ductiva colonizante donde, en todos los casos, la tierra, el agua, la se

milla, el monte son rehenes de una lógica en donde enfermar y saquear 

es garantizar la ganancia. Nada es casual, ni la dependencia de agrotó

xicos y fertilizantes para producir un supuesto alimento, ni los agrotó

xicos en la sangre de lxs pibxs en los pueblos fumigados, ni los supues

tos alimentos que llegan a nuestros hogares con altas dosis residual de

 fungicidas, nematicidas, insecticidas, etc. La disputa está dentro del Es

tado también… ¿acaso es un orgullo saber que el primer trigo transgéni

co resistente al glufosinato de amonio tiene patente nacional? ¿Dónde

 están puestos los intereses de la ‘ciencia’ financiada por políticas que 

salen de despachos del agronegocio? Se terminó su fiesta transgénica

 y desde los pueblos venimos dejando en claro que, si es veneno, mata

 y enferma. Estamos amasando el pan donde se refugia la memoria, la 

cultura y la dignidad hasta que la soberanía se haga costumbre, hasta 

que la producción sea un sinónimo concreto de sociedad, ambiente y 

soberanía”, dice, en diálogo con nuestro medio, Jeremías Chauque, tra

bajador campesino e integrante de Desvío a la Raíz – Agricultura Ances

tral, de la Multisectorial Paren de Fumigarnos de Santa Fe.


“La tierra y el territorio están en función del otro modelo, del 

modelo 

que no produce alimentos, sino commodities. Decimos basta a la pro

fundización de este modelo. No es el trigo transgénico, es todo el modelo

 que quieren imponer y que supuestamente viene a solucionar la falta

 de dólares a costa de, insistimos: la devastación del territorio, la profun

dización de los efectos del cambio climático y las vidas humanas 

que -está comprobado- enferman de cáncer y que después mueren”, en

fatiza Pellegrini.


La no aceptación de este trigo viene desde diferentes sectores del país y 

tanto las organizaciones sociales como lxs más de mil científicxs están 

pidiendo que el gobierno reconsidere la medida de aprobación del año 

pasado. “Resistir su cultivo y lograr que se retire su autorización es un 

imperativo ético, social y sanitario”, concluyen desde las organizaciones 

del #PANAZO.

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