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En una charla informal, un guardavidas del sur de
San Clemente del Tuyú compartió dos situaciones
que preocupan profundamente en las playas este
verano: las personas que se están ahogando no
piden auxilio, y los niños desobedecen a sus pa
dres, dejando a los rescatistas en una posición crí
tica.
En las costas del sur de San Clemente del Tuyú, los
guardavidas han detectado dos comportamientos in
quietantes que ponen en evidencia un cambio en las
dinámicas humanas frente al mar: las personas no
piden auxilio cuando enfrentan peligro y los niños no
hacen caso a sus padres, incluso en situaciones ries
gosas. Estas actitudes no solo dificultan el trabajo de
quienes cuidan la seguridad en las playas, sino que
también exponen una preocupante desconexión social.
"La gente no pide ayuda"
En diálogo informal con un guardavidas local, este reve
ló que en lo que va del verano, las personas que se enfren
tan a situaciones peligrosas en el agua no están solicitan
do auxilio. “Se están ahogando y no piden ayuda, y lo más
preocupante es que quienes los ven tampoco lo hacen”,
explicó. Según los guardavidas, tradicionalmente identifi
can a las personas en problemas porque, en un acto reflejo
, miran hacia la costa y levantan los brazos buscando ayu
da. Sin embargo, este año parece que esa reacción instin
tiva ha cambiado.
Al reflexionar sobre esta situación, el guardavidas plantea
posibles razones: timidez, desconexión o individualismo.
“La gente parece estar cada vez más en su mundo, y eso
los lleva a no pedir ayuda ni involucrarse en lo que le su
cede al otro”.
Niños sin límites y padres ausentes
Otro tema que se suma a la preocupación de los resca
tistas es la falta de atención de los niños y la actitud pa
siva de algunos padres. “Los chicos no hacen caso, pe
ro los padres tampoco insisten. Nos toca intervenir y
arriesgarnos porque ellos no se ocupan”, relató el guar
davidas.
Un caso en particular ilustra esta problemática: un padre
observaba desde la orilla cómo su hija se internaba dema
siado en el mar. Cuando el guardavidas le sugirió que inter
viniera, este respondió: “No me hace caso”. Finalmente,
la menor fue retirada del agua por el guardavidas, y lejos
de mostrar agradecimiento, la niña hizo un comentario
desafiante.
El rol del mar como protector
A pesar de estas complicaciones humanas, el guardavidas
destacó un factor positivo: las condiciones del mar. “Este
enero, las olas han sido fuertes y han empujado a la gente
hacia afuera. Si el mar hubiera tirado hacia adentro como
otros años, estaríamos lamentando muchas tragedias”,
comentó, recordando un incidente reciente donde el cam
bio de viento provocó una desgracia.
Estas situaciones invitan a reflexionar sobre la importan
cia de la conciencia y la responsabilidad en los espacios
compartidos como las playas. Pedir ayuda no debe ser
visto como una muestra de debilidad, sino como un acto
necesario para preservar la vida. Asimismo, los padres
deben asumir su rol con seriedad, ya que el mar no siem
pre será tan “generoso” como lo ha sido esta temporada.
El trabajo de los guardavidas trasciende el rescate; son
observadores y protectores de la vida en el mar. Pero,
como ellos mismos insisten, es crucial que quienes dis
frutan de la playa hagan su parte para evitar tragedias.
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