
En el secuestro de la cocaína en el barco de las
Islas Marshall, atracado en el puerto de la empresa
Vicentin en San Lorenzo --provincia de Santa Fe--
, la participación de las fuerzas de seguridad
fue de nula relevancia. La realidad de la histo
ria es que una barcaza proveyó de alimentos al
Ceci (tal el nombre del buque), que fueron depo
sitados en gigantescas heladeras disponibles
para que se alimenten 21 tripulantes durante 20
días. En una de esas heladeras, la de carne, el ca
pitán del Ceci descubrió polvo harinado que, de inm
ediato, sospechó que era droga.
El capitán se contactó con la empresa armadora,
la que manejaba el barco, y luego ésta con un abo
gado relacionado con la Unidad de Información
Financiera (UIF), y después el letrado llamó al fis
cal Claudio Kishimoto. Se puso así en marcha el
operativo que estableció que se trataban de 482 kilos
de cocaína en 16 bultos distintos. La ministra de
Seguridad, Patricia Bullrich, se lanzó a hacer
su show habitual adjudicándose algún mérito
y hasta se subió a una lancha para ir al buque
a sacarse unas fotos. Las autoridades judiciales
le advirtieron que eso era vulnerar las normas para
preservar la escena y entonces se fue a dar una
vuelta en la lancha alrededor del Ceci. Bullrich no
explicó cómo es que entró semejante cantidad de
cocaína a la Argentina, presumiblemente de Bolivia
o Perú, tal vez vía Paraguay.
Origen y destino
Como es obvio, el centro de la investigación pasa
a ser ahora establecer de dónde vino la cocaína y
hacia adónde iba. Dentro de los 16 bultos, en
15 de ellos había 26 ladrillos de cocaína, y en
un bulto había dos GPS marca Garmin, un par
de balizas pequeñas que se encenderían en el
agua, una red y varios chalecos salvavidas. O
sea, la cocaína se iba a tirar al agua y la recoge
rían los narcos, presumiblemente con una lancha.
Hoy por hoy, la sospecha de los investigadores es
que se trata de un cargamento manejado por la
mayor banda brasileña, el Primer Comando Capi
tal (PCC), que recogería el cargamento en las afue
ras del puerto de Montevideo. Desde allí se despa
cha a distintos destinos, principalmente europeos.
En el Atlántico, se han hecho difíciles de con
trolar los puertos de Brasil y ahora pasó a ser
Montevideo -sin entrar directamente al puerto-
una base de tránsito. La zona está controlada
por el PCC, la feroz banda que maneja las cárce
les en Brasil y Paraguay.
Como es obvio, la cocaína provino de Bolivia
o Perú, tal vez pasando por Paraguay, donde
también tiene un enorme peso el PCC. Los la
drillos tienen la marca Your Name, con el dibujo
de una corona, y los bolsos estaban herméti
camente cerrados, o sea que no ingresaría el
agua de ninguna manera.
El show habitual
En la tarde de este jueves quedaron detenidos
20 de los 21 tripulantes del Ceci, todos filipinos.
El único que no está detenido es el capitán por
que el fiscal Kishimoto consideró que fue el que
hizo la denuncia y no tenía lógica que se autoin
volucre. Al capitán se le tomó declaración
mediante un traductor, y relató toda la for
ma en la que vió el polvo y la decisión de
hacer la denuncia. Preguntado si sospechaba
de alguno de los integrantes de la tripulación,
dijo que no, pero efectivamente hay un sospe
choso con acceso a las tres gigantescas helade
ras: la de carne, la de pescado y la de frutas y
verduras.
Lo real es que el capitán se puso en comunica
ción con la empresa armadora; ésta con el
abogado Juan Lafontana, vinculado a la UIF,
y Lafontana llamó al fiscal. Kischimoto, junto
con su adjunto, Francisco Werner, pusieron
en marcha a la Prefectura y la Aduana y con
siguieron la orden de allanamiento dictada por
el juez Carlos Vera Barros. La justicia tiene
jurisdicción porque el Ceci estaba atracado
en el puerto de Vicentin cargando cáscaras
de girasol
Las cosas fueron sorpresivas: de entrada pen
saron que eran poquísima cantidad, luego cre
yeron que eran un par de kilos y cuando Prefec
tura, la Aduana y la UIF -hoy a cargo del fiscal
Paul Starc- hicieron el conteo, se encontraron
con los 482 kilos.
Lo insólito vino después. La ministra viajó a
Santa Fé y pretendió capitalizar el hallazgo,
en el que las fuerzas de seguridad no tu
vieron mérito alguno: quien descubrió el
cargamento fue el capitán. Pero además,
en cualquier caso, Bullrich debería haber ex
plicado cómo es que entró la droga a la Argen
tina, pasando las fronteras que custodian las
fuerzas de seguridad que ella conduce. No
son pocos los que consideran que se ha debili
tado el control fronterizo porque buena parte
de los gendarmes están en Buenos Aires pe
gándole a los jubilados cada miércoles.
El futuro de la causa
El próximo paso será confirmar los vínculos
internacionales que están detrás del carga
mento. La Procunar, procuración especializa
da en el combate al narcotráfico, seguramen
te hará las consultas en esa materia con las
agencias de otros países. Como se sabe, y
a hay antecedentes de avionetas provenientes
de Bolivia que se quedan sin combustible y
aterrizan en un campo o alguna localidad san
tafesina.
Desde el punto de vista local, la mirada estará
puesta en la barcaza que subió los comestibles
al Ceci. No debería ser tan difícil establecer
cómo fue la provisión de comida en la que
estaba metida la cocaína. El tema será en
contrar las pruebas suficientes. Justamente
uno de los problemas es que nunca se en
cuentra a los que realmente manejan la dro
ga: terminan detenidos un piloto, un chofer
de camiones, el que estaba en la barcaza,
algún marinero. Poco y nada.
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