Los números que arrojaron las urnas dejaron las cosas claras desde el principio: nadie iba a poder, siquiera, hacerles cosquillas a los oficialismos. Las caras largas en la oposición fueron las más, aunque algunos pudieron dibujar una sonrisa. El líder del Frente de Izquierda y el socialista superaron las expectativas
“El gran ganador dentro de la oposición fue Hermes Binner”, consideró Carlos Germano. El candidato presidencial de FAP alcanzó los 10,26 puntos porcentuales a nivel nacional.
“Fue el candidato opositor que más creció en el poco tiempo que se armó. Si el FAP mira a mediano y largo plazo, será una fuerza como el socialismo, en el cual sabe de construcciones políticas y sabe cómo transitarlo. Lo que tiene que tratar es de no enredarse con otros sectores, porque, si no, quedará en más de lo mismo. En principio se le abre un muy buen panorama a futuro”, agregó Germano.
“Para mí, el otro gran ganador es Jorge Altamira”, confió un jocoso Hugo Haime a La Tecla. Con lo que muchos consideran un “voto lástima”, el líder del Frente de Izquierda llegó al 2,48 por ciento y en octubre su boleta estará en el cuarto oscuro.
Todos señalan al Frente de Izquierda como uno de los triunfadores: buscó en sus campañas publicitarias pasar los 400.000 votos para entrar como candidatos en la elección general de octubre y finalmente lo logró. El referente principal del Frente de Izquierda y los Trabajadores, Jorge Altamira, sobrepasó claramente la barrera del medio millón de votos, ubicando a la izquierda nacional en las elecciones generales del mes de octubre.
El otro que, tal como lo señala Germano quedó en el bando de los ganadores fue Hermes Binner: el líder y candidato presidencial del Frente Amplio Progresista obtuvo un 10 por ciento de los votos a nivel nacional, lo que le posibilita marcarse como la figura más novedosa de estas elecciones y como aquel que capta el voto progresista de centroizquierda, tras la alianza de Alfonsín con De Narváez en territorio bonaerense.
El gobernador santafesino definió la contundente victoria de la jefa de Estado como “el vendaval Cristina”. Igual, evaluó como “extraordinaria” su performance electoral, al recordar que él sólo tuvo “cinco semanas de campaña” y rememorar que “lo que primaba era el desconocimiento de la gente sobre los candidatos” del FAP.
“Haber alcanzado los dos dígitos es una proeza, por el poco tiempo de campaña”, afirmó, y aseguró que el FAP llegó a la política para quedarse: “Este es un proyecto a largo plazo”. Agregó: “Nunca pusimos cupo, ni lo vamos a poner”.
El socialista justificó la victoria kirchnerista en la “bonanza económica” del país y reconoció que “nos faltó traducir mejor nuestro mensaje”.
Además, exclamó que “estoy conforme porque estamos ocupando un espacio no cubierto en el progresismo con una fuerza que se compone de distintas realidades pero con un motivo común: ser una alternativa distinta para la Argentina. Más allá de los votos que saquemos, vamos por más”.
Binner concluyó: “Las posibilidades de crecer del Frente Amplio son muy grandes, y hay un interés real de construir algo distinto”.
“Fue el candidato opositor que más creció en el poco tiempo que se armó. Si el FAP mira a mediano y largo plazo, será una fuerza como el socialismo, en el cual sabe de construcciones políticas y sabe cómo transitarlo. Lo que tiene que tratar es de no enredarse con otros sectores, porque, si no, quedará en más de lo mismo. En principio se le abre un muy buen panorama a futuro”, agregó Germano.
“Para mí, el otro gran ganador es Jorge Altamira”, confió un jocoso Hugo Haime a La Tecla. Con lo que muchos consideran un “voto lástima”, el líder del Frente de Izquierda llegó al 2,48 por ciento y en octubre su boleta estará en el cuarto oscuro.
Todos señalan al Frente de Izquierda como uno de los triunfadores: buscó en sus campañas publicitarias pasar los 400.000 votos para entrar como candidatos en la elección general de octubre y finalmente lo logró. El referente principal del Frente de Izquierda y los Trabajadores, Jorge Altamira, sobrepasó claramente la barrera del medio millón de votos, ubicando a la izquierda nacional en las elecciones generales del mes de octubre.
El otro que, tal como lo señala Germano quedó en el bando de los ganadores fue Hermes Binner: el líder y candidato presidencial del Frente Amplio Progresista obtuvo un 10 por ciento de los votos a nivel nacional, lo que le posibilita marcarse como la figura más novedosa de estas elecciones y como aquel que capta el voto progresista de centroizquierda, tras la alianza de Alfonsín con De Narváez en territorio bonaerense.
El gobernador santafesino definió la contundente victoria de la jefa de Estado como “el vendaval Cristina”. Igual, evaluó como “extraordinaria” su performance electoral, al recordar que él sólo tuvo “cinco semanas de campaña” y rememorar que “lo que primaba era el desconocimiento de la gente sobre los candidatos” del FAP.
“Haber alcanzado los dos dígitos es una proeza, por el poco tiempo de campaña”, afirmó, y aseguró que el FAP llegó a la política para quedarse: “Este es un proyecto a largo plazo”. Agregó: “Nunca pusimos cupo, ni lo vamos a poner”.
El socialista justificó la victoria kirchnerista en la “bonanza económica” del país y reconoció que “nos faltó traducir mejor nuestro mensaje”.
Además, exclamó que “estoy conforme porque estamos ocupando un espacio no cubierto en el progresismo con una fuerza que se compone de distintas realidades pero con un motivo común: ser una alternativa distinta para la Argentina. Más allá de los votos que saquemos, vamos por más”.
Binner concluyó: “Las posibilidades de crecer del Frente Amplio son muy grandes, y hay un interés real de construir algo distinto”.
vamos binner con sodar¡
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