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miércoles, 12 de octubre de 2011

Tras la victoria electoral, la crisis global

La elección del 23 de octubre está decidida y Cristina Kirchner obtendrá entre tres y cuatro veces los votos de quien salga segundo. La pluma de Rosendo Fraga, titular del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría, pone el acento en uno de los temas políticos que más interés causa en la clase dirigente nacional
* Por Rosendo Fraga
La elección del 23 de octubre está decidida y Cristina Kirchner obtendrá entre tres y cuatro veces los votos de quien salga segundo. Todos los sondeos publicados dan cuenta de que superará el 50% obtenido en la preelección del 14 de agosto. Las proyecciones le adjudican entre 52 y 58%, con lo cual sería la mejor elección presidencial registrada desde el reestablecimiento de la democracia en 1983. El candidato de la coalición de centro-izquierda (Binner) quedará en segundo lugar, superando probablemente el 15% y siendo quien más aumente sus votos. El tercer lugar, rondando el 10%, queda en disputa entre los dos candidatos del peronismo disidente (Duhalde y Rodríguez Saá) y el radical (Alfonsín). En al provincia de Buenos Aires Daniel Scioli se acercaría al 60% para gobernador y en segundo lugar quedaría Francisco de Narváez, posiblemente creciendo algo y superando el 20%. En la lectura oficialismo-oposición, el primero queda con amplia mayoría y la segunda con un fuerte fraccionamiento, que en el corto plazo le hará muy difícil condicionar las decisiones de gobierno. En la lectura peronismo y no-peronismo, los tres candidatos a Presidente afiliados a esta fuerza, analizados en conjunto (Cristina Kirchner, Alberto Rodríguez Saá y Eduardo Duhalde), volverán a superar el 70% de los votos, como sucediera en la elección presidencial de 2007 y en la del 14 de agosto. En la provincia de Buenos Aires, los candidatos a gobernador de origen peronista (Daniel Scioli y Francisco de Narváez) tendrán sumados más del 80%, lo que también sucedió en agosto.

Aunque la oposición trata de dar importancia a la elección para el Congreso, el oficialismo tendrá amplia mayoría en ambas cámaras. Es que no sólo obtendrá los legisladores propios, sino que se sumarán algunos provenientes de otros sectores y en particular del peronismo disidente. La semana pasada la oposición fracasó en lograr quórum para tratar en diputados la elevación del mínimo para el impuesto a las ganancias. De los 28 diputados del dicho bloque faltaron 17, evidenciando ya la falta de alineamiento con la oposición. El oficialismo -después del 10 de diciembre con amplia mayoría-, no llega a los dos tercios necesarios para avanzar en al reforma de la Constitución. Pero la experiencia política en Argentina (Menem) y en el resto de los países de la región (Perú, Venezuela, Ecuador y Bolivia), muestra que cuando un líder político tiene fuerte mayoría electoral pero no alcanza los dos tercios que por lo general se requieren para reformar la Constitución, recurre a los mecanismos de democracia directa (referéndum, plebiscito o consulta popular) para imponerla, llevando a un sector de la oposición a negociar. Es lo que denunció primero Elisa Carrió en la campaña electoral y después Raúl Alfonsín, ambos para criticar a Binner, quien negó que fuera a pactar con el gobierno para permitir la reelección de Cristina en 2015. Desde el gobierno se prefiere no anticipar este debate hasta después de la elección y por esta razón el miembro de la Corte que viene impulsando la reforma (Zaffaroni) dijo que no hablará más del tema hasta después del 23 de octubre y un gobernador oficialista (Alperovich) decidió postergar su proyecto de establecer en Tucumán la reelección indefinida.

El gobierno después de la elección buscará avanzar en el conflicto con los medios, pero la economía es la cuestión que ocupará el lugar central. El candidato a Vicegobernador oficialista en la provincia de Buenos Aires (Mariotto) dijo en un curso para formación de cuadros que la ley de medios es la madre de todas las batallas desde 2003, al mismo tiempo que se avanza con el desarrollo de la estructura de medios del estado con diversas acciones como la televisión digital, aumentan los impulsos para que grupos afines al gobierno adquieran radios y en el gobierno se analiza declarar de utilidad pública el papel, para así reestatizar Papel Prensa, hoy centro de conflicto con los diarios Clarín y La Nación. Pero la devaluación de Brasil, la salida de dólares, las alteraciones en el precio de la soja, la volatilidad de la bolsa argentina y el incremento del riesgo país muestran que la crisis global ya ha llegado a la Argentina, aunque los votantes todavía no lo perciban y la oposición no encuentre una estrategia para anticipar el futuro. El gobierno ya asume que la economía se desacelera en el segundo semestre de 2012, pero mantiene la proyección del dólar en 4,40 para el año próximo, lo que es motivo de crítica por parte de la oposición, junto con la proyección oficial de inflación que no llega al 10%.

Con un triunfo categórico el 23 de octubre y una economía más difícil en los próximos meses, la cuestión es quién logrará transformarse en eje de la oposición. En principio, el buen resultado obtenido por Macri en la Ciudad de Buenos Aires lo proyecta como una figura que puede articular una fuerza de centro-derecha que capte a sectores del peronismo y el radicalismo. Pero en el corto plazo su fuerza en el Congreso es muy exigua y no tiene una estructura nacional. Hermes Binner queda posicionado como alternativa al salir segundo el 23 de octubre, pudiendo captar parte de los votantes del radicalismo y Carrió, pero también su bloque en el Congreso será reducido y su estructura nacional, si bien más amplia que la de Macri, sigue siendo débil. Además, una alianza entre ellos por razones ideológicas es improbable. La cuestión en consecuencia es si la oposición, en un escenario económicamente más difícil y con el gobierno perdiendo consenso, no puede surgir de gobernadores peronistas como Scioli, De la Sota o Urtubey. El conflicto peronismo-cristinismo no está resuelto y el primero, que dos meses atrás se desplegaba públicamente con el triunfo de De la Sota en Córdoba, ahora se ha replegado. Por su parte, el ministro del Interior (Randazzo) dijo que este es el gobierno más peronista de los últimos sesenta años, lo que implica descalificar la gestión de Perón desde 1951, cuando las circunstancias lo obligaron a realizar un giro hacia la moderación económica.

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