El consultor político, Rosendo Fraga, analiza el interinato, por veinte días de Amado Boudou, al frente del Ejecutivo nacional. Según Fraga, en este tiempo, "Boudou cerrar las diferencias que tuvo con la Casa Rosada"
Por Rosendo Fraga (*)
Nunca en la historia argentina un Vicepresidente asumió interinamente la Presidencia tan rápido como ahora, antes de cumplirse un mes del período presidencial.
Tampoco se registra en la historia un caso como el registrado con Boudou, que desde el mismo oficialismo trascendieran diferencias con el Presidente antes de asumir -en este caso reasumir- el poder.
Seguramente durante el proceso de recuperación de la presidente tras su exitosa intervención quirúrgica Boudou intentará aprovechar la oportunidad para cerrar las diferencias que tuvo con la Casa Rosada en los días posteriores a las elecciones, por los temas de su competencia como ministro de Economía.
Desde su mismo entorno ya han hecho trascender que buscará recomponer su relación con Máximo Kirchner, quien tras la elección está ocupando un espacio político creciente.
¿Crece La Cámpora o crece Máximo? Seguramente sin su vinculación con el hijo de la Presidente, el poder de esta agrupación sería sensiblemente menor.
Pero la crisis de Santa Cruz acaba de mostrar que hay dinámicas de conflicto que pueden no suspenderse durante el período de recuperación de la Presidente mientras Boudou queda a cargo del poder.
Esto puede obligar a tomar medidas y ello normalmente genera diferencias de apreciación política, como ha sucedido en dicha provincia entre La Cámpora y el peronismo tradicional.
Boudou siempre trató de tener buenas relaciones con todos los sectores relevantes de la coalición oficialista y la tuvo tanto con Moyano como con Bonafini, por citar a algunos de ellos.
La realidad política de los últimos días muestra que está llena de imponderables y sorpresas -las que también pueden suceder en los próximos días-, y es frente a este tipo de situaciones donde puede ponerse a prueba la cohesión oficialista.
Es claro que Boudou no aprovechará la circunstancia para generar un espacio político propio, pero no es claro que frente a situaciones como la reacción social que pueden generar determinadas políticas de ajuste, su posición vaya a ser la misma que la de La Cámpora, Moyano, Bonafini o Scioli.
A ello se agrega el grupo de funcionarios que acompañan al kirchnerismo desde hace ocho años y medio (Zannini, De Vido y Moreno), quienes en cualquier emergencia seguramente serán escuchados por el Vicepresidente.
Enero debería ser un mes calmo y sin sobresaltos, pero la política argentina muestra que está llena de imponderables.
(*) Titular de Nueva Mayoría Para La tecla
Nunca en la historia argentina un Vicepresidente asumió interinamente la Presidencia tan rápido como ahora, antes de cumplirse un mes del período presidencial.
Tampoco se registra en la historia un caso como el registrado con Boudou, que desde el mismo oficialismo trascendieran diferencias con el Presidente antes de asumir -en este caso reasumir- el poder.
Seguramente durante el proceso de recuperación de la presidente tras su exitosa intervención quirúrgica Boudou intentará aprovechar la oportunidad para cerrar las diferencias que tuvo con la Casa Rosada en los días posteriores a las elecciones, por los temas de su competencia como ministro de Economía.
Desde su mismo entorno ya han hecho trascender que buscará recomponer su relación con Máximo Kirchner, quien tras la elección está ocupando un espacio político creciente.
¿Crece La Cámpora o crece Máximo? Seguramente sin su vinculación con el hijo de la Presidente, el poder de esta agrupación sería sensiblemente menor.
Pero la crisis de Santa Cruz acaba de mostrar que hay dinámicas de conflicto que pueden no suspenderse durante el período de recuperación de la Presidente mientras Boudou queda a cargo del poder.
Esto puede obligar a tomar medidas y ello normalmente genera diferencias de apreciación política, como ha sucedido en dicha provincia entre La Cámpora y el peronismo tradicional.
Boudou siempre trató de tener buenas relaciones con todos los sectores relevantes de la coalición oficialista y la tuvo tanto con Moyano como con Bonafini, por citar a algunos de ellos.
La realidad política de los últimos días muestra que está llena de imponderables y sorpresas -las que también pueden suceder en los próximos días-, y es frente a este tipo de situaciones donde puede ponerse a prueba la cohesión oficialista.
Es claro que Boudou no aprovechará la circunstancia para generar un espacio político propio, pero no es claro que frente a situaciones como la reacción social que pueden generar determinadas políticas de ajuste, su posición vaya a ser la misma que la de La Cámpora, Moyano, Bonafini o Scioli.
A ello se agrega el grupo de funcionarios que acompañan al kirchnerismo desde hace ocho años y medio (Zannini, De Vido y Moreno), quienes en cualquier emergencia seguramente serán escuchados por el Vicepresidente.
Enero debería ser un mes calmo y sin sobresaltos, pero la política argentina muestra que está llena de imponderables.
(*) Titular de Nueva Mayoría Para La tecla
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