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lunes, 15 de octubre de 2012

Los acuerdos secretos entre Mariotto y Barrionuevo



El sindicalista negocia con el vicegobernador la apertura de un casino en el Hotel Sasso de Mar del Platal. Hablaron y acordaron seguir tratativas. Maltratado y ninguneado por Cristina Kirchner, Mariotto quiere ser un actor en el mercado lúdico y ya intentó sin éxito instalar tragamonedas en las agencias de turf.

Luis Barrionuevo es, sin lugar a dudas, el dirigente sindical de peor relación con Cristina Kirchner, con quien está enfrentado desde la campaña de 2003, cuando fue la hora presidenta fue a Catamarca con Kirchner y fue corrida a huevazos.

Cristina respondió con un fallido intento para destituir a Barrionuevo de su banca de senador, luego de que el gastronómico quemara las urnas durante la elección catamarqueña. No lo logró y ningún vaivén de la política los acercó.

Poco le importó a Gabriel Mariotto, quien habló en los últimos días con Barrionuevo e inició negociaciones por la habilitación del casino en el Hotel Sasso de Mar del Plata, propiedad el sindicato de Gastronómicos.

El diálogo fue confirmado a LPO por dos fuentes. Una de ellas aseguró que terminó en buenos términos y con promesas de volver a conversar.

Mariotto tuvo una semana difícil. Cristina Kirchner lo ninguneó durante el acto que celebró los tres años de la sanción de la ley de medios, que marcó el ascenso político del lomense.

Lo ubicó en la tercera fila del museo de bicentenario y ni lo nombró, como sí hizo varias veces con el flamante titular del Afsca, Martín Sabbatella, quien reemplazó a Cristian Aragón, el sucesor que dejó Mariotto. Y aclaró que nadie podía adjudicarse la ley.

El vicegobernador perdió totalmente la confianza de la presidenta. No le alcanzó la obsecuencia con la que enfrentó a Daniel Scioli en cada diferencia que planteó con el Gobierno nacional.

En el Gobierno se hartaron de que ni él ni Aragón pudieran avanzar en la aplicación de la ley de medios, sobre todo en el artículo que obliga a la desinversión, objetado por le Grupo Clarín en la justicia. Y Mariotto tuvo que hacerse a un lado.

Desesperado por el juego
Sin manejo político, el lomense volvió a la carga con una obsesión que lo atrapa desde que llegó al Senado bonaerense: participar de las cuantiosas negociaciones sobre las licencias del juego.

Su primer intento fue cuando buscó colocar tragamonedas e las 55 agencias del turf. Lo negoció con el ex comisario Alfredo Martínez y con Roberto “El Lujanero” Laffont, dos pesados del submundo del juego de la provincia.

Siguió con un foro de discusión sobre el juego de la provincia que organizó el pasado 12 de septiembre en Mar del Plata, con invitación abierta a todos los actores.

Justamente en esa ciudad Barrionuevo tiene construido un Casino y necesita de la habilitación de la provincia para hacerlo funcionar.

“La construcción del Casino en el Sasso responde a la línea más modernizada que se utilizada para este tipo de usos y acorde al juego artesanal. Habrá intimidad, comodidad, iluminación adecuada y mucho confort y seguridad”, celebró Jorge Baino, presidente de la Asociación de Empleados de Casinos de Mar del Plata.

Barrionuevo ya consiguió que el intendente Gustavo Pulti le otorgue la habilitación municipal pero no ablandó a Daniel Scioli para que acelere el trámite provincial. Por eso acudió a Mariotto.

Scioli se encontró con una sorpresa cuando intentó negociar el futuro del negocio lúdico: en la Casa Rosada le informaron que ya no buscan abrirle el camino a Cristóbal López, sino a Gustavo Cinosi, un polifacético empresario, dueño del Hotel Sheraton Pilar de vínculo fluido con la embajada de Estados Unidos.

Este hábil hombre de negocios es cercano al influyente secretario Legal y Técnico, Carlos “Chino” Zannini, quien le negocia su desembarco en el negocio de apuestas deportivas, en desmedro de López. También podría llegar a la provincia, donde Barrionuevo espera su turno

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