Durante la ceremonia de la Pasión de Cristo, el Sumo Pontífice oró durante varios minutos tendido en el suelo de la basílica de San Pedro. Desde el Vaticano se emitió un mensaje para “volver a la sencillez de sus orígenes”
Miles de personas ayer miraron asombrados un hecho que tiene pocos antecedentes en la historia reciente de la Iglesia: un Papa, la máxima autoridad de la milenaria institución, comenzó la ceremonia de la Pasión de Cristo orando durante varios minutos tendido en el suelo. La imagen recorrió el mundo, y se inscribe en la nueva impronta que está dando el exarzobispo de Buenos Aires a la Santa Sede.
Durante breve alocución al finalizar la recreación del Vía Crucis, Francisco elogió el “signo de esperanza” que -para Medio Oriente y para el Mundo- significa la vida conjunta de cristianos y musulmanes en el Líbano.
“Esta noche (por ayer), debe quedar una sola palabra que es la Cruz de Jesús, que es la palabra con que Dios ha respondido al mal del mundo; siempre se dice que Dios no responde al mal, que espera en silencio: Dios ha hablado, ha respondido con la cruz de Cristo, una palabra que es amor”, destacó.
Al igual que su antecesor Benedicto XVI, Francisco siguió las 14 estaciones que conforman el Vía Crucis desde un estrado ubicado el Monte Palatino, una de las colinas que se eleva frente al Coliseo Romano.
Volver a los orígenes
Volver a los orígenes
Eso no fue todo. Durante el desarrollo de la ceremonia del Viernes Santo, el Predicador de la Casa Pontificia, Raniero Cantalamessa, aseguró que la burocracia y las controversias impiden que el Evangelio llegue a los hombres. Y luego recordó las palabras de Cristo al santo de Asís, que dijo: "Ve, Francisco, y repara la Iglesia".
Ante el papa Francisco y miles de personas que asistieron a la basílica de San Pedro del Vaticano, Cantalamessa insistió en que la excesiva burocracia, la división entre los cristianos y las controversias del pasado impiden que el mensaje de Cristo llegue nítido a los hombres y que es necesario que la Iglesia vuelva "a la simplicidad y a la sencillez de sus orígenes".
"Ocurre como con algunos edificios antiguos. A través de los siglos, para adaptarse a la necesidad del momento, se les llena de divisiones, escaleras, habitaciones y cubículos pequeños. Llega un momento en que te das cuenta de que todas esas adaptaciones ya no responden a las necesidades del momento, sino que son un obstáculo, y entonces tenemos que tener el coraje de derribarlas y volver el edificio a la simplicidad y sencillez de sus orígenes”, afirmó.
Las palabras del predicador de la Casa Pontificia tienen su razón de ser en el contexto de cambios estructurales que impulsa el Papa Francisco. En ese sentido, una de las modificaciones principales, que se conocería la semana que viene, sería la liquidación del denominado Banco del Vaticano, una entidad financiera que depende de la Santa Sede y que se encuentra seriamente cuestionada antes distintas denuncias por lavado de dinero que se conocieron en las últimas décadas.
Para encarar esta tarea, el Sumo Pontífice nombraría como asesor al economista y actual diputado Alfonso Prat Gay. Así lo dejaron trascender fuentes cercanas al diputado de la Coalición Cívica .
Prat Gay solo vio una vez al exarzobispo Bergoglio, pero se congratuló por su nombramiento como papa. El extitular del Banco Central tiene línea directa con otro hombre influyente de la Iglesia: monseñor Jorge Casaretto.
La Iglesia marca distancia del gobierno
La Iglesia local volvió a marcar "distancia" del gobierno de Cristina Fernández aunque en una línea de “mutuo respeto” y de “colaboración”, a pocas horas que el papa Francisco designara a Mario Aurelio Poli como su sucesor en el Arzobispado Buenos Aires.
El administrador apostólico de la Diócesis de Merlo-Moreno, el obispo Jorge Casaretto, advirtió que "el Gobierno es el Gobierno y la Iglesia es la Iglesia" por lo que afirmó que es necesario “el mutuo respeto de la autonomía”.
De esa manera Casaretto salió a respaldar la postura de Poli, quien el jueves había remarcado que la relación entre la Iglesia en la Argentina y la Casa Rosada se va a desarrollar con la "debida distancia y diferencia".
Poli afirmó que "falta diálogo a los argentinos" y aseguró que encarará su gestión en el Arzobispado porteño con la esperanza de que llegue la "concordia" al país.
Al respecto, el ahora saliente obispo de La Pampa y nuevo arzobispo de Buenos Aires opinó que “en eso podemos hacer el aporte, porque la Iglesia tiene mucha sabiduría sobre el diálogo”.
Al respecto, el ahora saliente obispo de La Pampa y nuevo arzobispo de Buenos Aires opinó que “en eso podemos hacer el aporte, porque la Iglesia tiene mucha sabiduría sobre el diálogo”.
El prelado formuló estas declaraciones antes de oficiar un misa en la Unidad 30, la cárcel de menores de Santa Rosa, donde cumplió con el rito de lavar los pies de los jóvenes, emulando el gesto de Jesucristo.
Casaretto subrayó que "respecto a las autoridades tenemos dos principios: el de autonomía y el de colaboración. El gobierno es el gobierno y la Iglesia es la Iglesia, y me parece que nos merecemos el mutuo respeto de la autonomía".
El ex obispo de San Isidro señaló que, “respecto a aquellas situaciones que pueden ser más conflictivas en la sociedad, como puede ser la pobreza”, la Iglesia está dispuesta a colaborar “en la medida que no comprometa la misión de cada uno”.
“Nuestra misión no debe ser comprometida por un compromiso político que está más allá de lo que la Iglesia puede propiciar", sentenció y ratificó el llamado de Poli para que los argentinos "tengamos un mejor diálogo" para añadir que "esto es lo que venimos (desde la Iglesia) predicando desde hace mucho tiempo".
"La cercanía con la gente también nos hace pensar y podemos decir cosas", acotó el obispo, en referencia aparente a las discrepancias y distancias que tuvo Bergoglio en su momento con el ex presidente Néstor Kirchner, por las críticas que lanzaba desde los altares.
Poli, quien asumirá como arzobispo el 20 de abril aunque permanecerá unos días más en La Pampa, también defendió a Bergoglio sobre las acusaciones por su accionar en tiempos de la última dictadura militar, al indicar: "Es un despecho continuo, hay gente que no acepta, por otro lado, la virtud de la justicia, porque el actual Papa tuvo que comparecer en un juicio y fue exonerado". Y añadió que "el Papa no tuvo nada que ver con eso".
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