El fiscal del juicio por la desaparición de Darío Jerez pidió penas de entre tres y cuatro años para los acusados del encubrimiento de la desaparición y muerte del vecino de Santa Teresita.
Son seis los imputados por la desaparición de Darío Jerez.
|
g.urruti@entrelineas.info
La fiscalía pidió penas de entre 3 y 4 años para los acusados por el encubrimiento de la desaparición y muerte de Rubén Darío Jerez, ocurrida en Santa Teresita el 25 de octubre de 2001. Luego de un largo alegato que duró alrededor de cuatro horas, el fiscal Diego Bensi consideró probada la participación de Alejandro Muñoz, Carlos Subirol, Jorge Grande, Daniel López y Cristian Ibarra en el crimen, por lo que pidió penas de cuatro años de prisión para los dos primeros y de 3 años y 6 meses para los tres últimos.
El fiscal Bensi estimó que los imputados habían participado de un plan acordado para encubrir un hecho de “una gravedad inusitada”, cuyo móvil está relacionado con la actividad que Rubén Darío Jerez desarrollaba en la firma Comprar, de la que Muñoz y Subirol eran directivos.
Por otra parte, también sindicó a Grande, López e Ibarra –todos funcionarios del gobierno del intendente radical Guillermo Magadán– como integrantes en el armado del plan, relacionados con los principales sospechosos de ser autores materiales del hecho, Héctor Bin, Ríos y Juan Sarraillé (candidato a intendente en 2011 por el FAP).
El fiscal construyó su alegato basándose principalmente en los testimonios de la esposa de la víctima, Viviana Zubiaurre, y de los policías que investigaron el hecho, Joaquín Coronel y Eduardo Seiras.
En principio, la fiscalía determinó la imposibilidad de que Jerez se hubiera ausentado por sus propios medios, basándose en los testimonios que lo sindicaban como un buen padre de familia, “de una familia armónica”. Además, según el fiscal quedó demostrado que Jerez tenía planes a futuro, incluida una actividad deportivo-recreativa para pocos días después de su desaparición.
Los testimonios de los cinco comerciantes que tenían sus negocios en las inmediaciones de Diagonal 23 y 3, San Teresita, donde Jerez fue visto por última vez, fueron suficientes para la fiscalía para desbaratar otras versiones que lo ubicaban en otros sitios a esa misma hora.
De esos testimonios, la fiscalía destacó el hecho de que lo vieron hacer cosas diferentes a las que habitualmente podría haber hecho: estacionar en contramano, estar cerca de una hora dentro del vehículo, mostrase inquieto o alterado y, fundamentalmente, encontrarse con una persona que José Alberto Stoll reconoció con firmeza como Alejandro Muñoz.
Darío está desaparecido desde el jueves 25 de octubre de 2001.
|
Mientras estaba detenido en General Madariaga, Leandro Alzuguray –imputado por falso testimonio- les habría dicho que escuchó en el despacho de Jorge Grande, a la sazón jefe de gabinete de la Municipalidad de La Costa, decir a Bin que “se les había ido la mano” con el susto que quisieron darle a Jerez y que ello guardaba relación con unos cheques que éste tenía de la financiera en la que trabajaba. También Alzugaray les habría dicho que al cuerpo fue arrojado a la ría de Ajó, previo haber sido transportado en el auto de Jorge Grande, de quien Bin era chofer.
Para el fiscal está acreditado que Alzugaray tenía relación con Grande –a quien le pedía dinero, según sus ex parejas-, con López , Ibarra, Sarraillé y Bin, por su militancia en la Juventud Radical de La Costa. En ese sentido valoró los cruces de llamadas registrados a través del sistema VAIC, así como por el mismo sistema, estableció que Muñoz no estuvo en su oficina la mañana de la desaparición de Jerez.
Acerca de Carlos Subirol, para el fiscal está probado el entorpecimiento que buscó en todo momento realizar sobre la investigación, a partir de hechos como mover el auto ni bien reportada la desaparición de Jerez o decir, en ese mismo día, que “lo iban a encontrar culo al norte”.
Bensi también consideró creíble el testimonio de José Torcetti, quien declaró que el responsable de la morgue de Mar de Ajó y hombre de conf.ianza de Jorge Grande, Rodolfo “Ñoqui” Villalba, le comentó que el cuerpo de Jerez estuvo tres meses en esa dependencia. Por su parte, López e Ibarra fueron acusados además de haber instado a Gustavo Maidana a autoincriminarse en la causa, con el mismo objetivo de desviar la investigación
No hay comentarios:
Publicar un comentario