Los K y los anti K conviven en los bloques legislativos del FpV. Las jugadas de cada sector y la delgada línea que contiene al enfrentamiento latente
La frase no altera los ánimos de los díscolos, que aclaran: “Nosotros no cambiamos de posición, siempre mostramos nuestras diferencias con el gobierno de Cristina Fernández”.
De todos modos, propios y ajenos coinciden en mantener la estructura actual, sin rupturas que pudieran complicar la confortable mayoría que hoy tienen en la cámara Alta. Pero La Juan Domingo rupturista, identificada hasta el momento con Baldomero Alvarez de Olivera y Osvaldo Goicochea, no es el único ruido que se escucha en el bloque oficialista. De hecho, su participación en el armado de Hugo Moyano, José Manuel de la Sota y Francisco de Narváez resulta conocida para los hombre K. “Lo que han hecho es totalmente intrascendente, porque lo único que buscan es visibilidad”, señala, como ejemplo, el senador K Gustavo Oliva. “Acá, el que habla desde el sciolismo es Alberto de Fazio, ellos son invisibles”, remarca, con ironía.
En diciembre del año pasado había sido también una senadora de ese sector, María Ehcosor, quien había movilizado el enojo de la conducción del bloque. En una sesión, la legisladora, mujer del intendente de Hurlingham, Luis Acuña, cuestionó de forma directa la gestión del Gobierno nacional en materia de transporte y control de la concesión de la autopista La Plata- Buenos Aires, que en ese momento pasaba a la órbita provincial. “En el entendimiento de que la senadora Ehcosor ha reflejado sus convicciones en el uso de la palabra, y las mismas resultan tan opuestas a las del resto de mis compañeros de bancada, es que se pone de manifiesto su alejamiento de este bloque, y que, en relación a esa postura, cuenta con absoluta libertad de acción”, manifestó entonces la presidenta de bancada, Cristina Fioramonti. Pero la sangre no llegó al río, y las mudanzas se cancelaron.
En la cámara Baja, la situación también va a tener su correlato, aunque con un formato más moderado. Allí están, como principales figuras de La Juan Domingo rebelde, los diputados Jorge Scipioni, que responde al senador Alvarez de Olivera, y Alicia March, esposa del secretario de Reforma Política, Isidoro Laso, quien tiene ligazón con el denarvaísmo bonaerense.
La incógnita de fondo, incluso para los propios interesados, es saber hasta dónde podrá sostenerse una convivencia en la que participan dirigentes con intereses encontrados. El heterogéneo mundo del FpV habilita por el momento las diferencias, pero ni ellos saben hasta dónde podrán soportarse, una vez que la campaña esté en marcha. “Nosotros, fiel al estilo sciolista, revolución en paz”, graficó, de una manera casi exquisita, un legislador del sector del gobernador provincial. Para el mandatario, las guerras son frías, sin estridencias, y las rupturas de bloque no son convenientes. Mientras, juega en todas las canchas que dispone hoy el peronismo, K y anti K.
No opinan lo mismo los cristinistas, que imaginan un proceso donde los “opositores” internos no tengan participación en el bloque y se mantengan al margen de las discusiones. “Si juegan a confrontar, se tendrán que ir”, repiten. Pero la mayoría que hoy tienen en el Senado, con 28 escaños, sobre un total de 46, genera cierta modorra a la hora de plantear despidos.
En Diputados, donde no tienen mayoría propia, se sufren igual las disidencias. El denarvaísmo y el massismo están en bloque propio, por lo que las peleas se observan con mayor fuerza entre los propios referentes K. “En las reuniones de bloque no se dice lo que se piensa, de eso se habla en reuniones privadas, y, la verdad, mejor que si-ga así, porque si hablan, se rompe todo”, asevera un legislador oficialista, dando una muestra de lo que sucede hoy en el FpV del Parlamento.
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