Galuccio otorgó un fenomenal negocio a una empresa del grupo La Caixa, accionista de Repsol. Su presidente, Isidre Fainé, es el principal impulsor de un acuerdo con Argentina por la estatización de YPF y el Gobierno trata de mantenerlo como aliado. Las presiones de Antonio Brufau para voltear la operación y el sorpresivo voto favorable del ex presidente Felipe González.
El escándalo por la adjudicación de 50 cargamentos de gas natural licuado a la empresa española Gas Natural Fenosa (GNF) por un valor de 2.250 millones de dólares esconde una increíble trama de intereses, que podría servir para comprender el incumplimiento por parte de YPF de una orden judicial que prohibía explícitamente a GNF participar del proceso.
La actitud de YPF ante la decisión del juez federal Enrique Lavié Pico llamó la atención por distintas razones. En principio, lo más sorprendente es que Miguel Galuccio haya decidido violar una medida cautelar que no perjudicaba directamente a la petrolera sino a GNF. En segundo término, y por el mismo motivo, también sorprendió que fuera YPF la encargada de apelar la orden del magistrado.
Aunque el entramado de intereses que asoma por detrás de la operación es lo que ayuda a comprender la obstinación de Galuccio para encargarle a GNF la mitad de los 100 barcos con gas natural licuado que el país comprará en 2014 y 2015.
El nombre clave de ese entramado es el de Isidre Fainé. Se trata de un poderoso empresario español presidente de La Caixa, un grupo empresarial con sede en Barcelona que controla el 13% de las acciones de Repsol y el 35,3% de GNF, a través de Criteria CaixaHolding.
Fainé fue el primero en lograr un principio de acuerdo con el Gobierno argentino por la estatización de YPF. En secreto, y a través del embajador Carlos Bettini, el catalán llegó a reunirse con Cristina Kirchner a comienzos de año para pulir los detalles de un trato que incluía una indemnización económica -menor a la que exige Repsol- a cambio de la reinversión de una parte de esos fondos para explotar Vaca Muerta.
El dueño de La Caixa hizo un fuerte lobby entre los accionistas de Repsol para que acepten ese acuerdo pero chocó con la resistencia del duro Antonio Brufau. El presidente de Repsol, que sostiene la estrategia de la persecución judicial a YPF, llegó a amenazar con una renuncia si se imponía la posición de Fainé, con quien mantiene una dura pelea. Pero no hizo falta.
Ya en ese momento se mencionaba como fundamental en las conversaciones con Fainé el negocio de la venta de combustible. Entonces, se hablaba de 24 buques a cambio de 1.100 millones de dólares, la mitad de lo que terminó siendo.
Durante la visita relámpago que hizo a Madrid a comienzos de mes, Galuccio se cruzó con Fainé en el hotel Intercontinental donde se hospedaba. Casualmente, el catalán estaba allí para un acto con banqueros. El encuentro no fue confirmado ya que la agenda del viaje fue confidencial. También se reunió con los ministros de Industria y Relaciones Exteriores.
La pelea con Brufau y el aporte de Felipe
Fainé y Brufau mantienen una notoria disputa por el control de millonarios negocios en España. Tras la votación en donde el presidente de Repsol había amenazado con renunciar a su cargo si se aceptaba el acuerdo con Argentina, el diario El Confidencial publicó un artículo en el que un directivo de La Caixa sostenía que “Brufau nos metió en esto y es él quien ahora nos tiene que sacar”, dejando en claro las intenciones de Fainé.
El periodista de ese medio Agustín Marco dio detalles días atrás de un nuevo capítulo en la pelea entre los empresarios. Marco recordó que el anterior acuerdo por unos u$s 1.500 millones con Argentina “provocó sarpullidos en la curtida piel de Brufau, que interpretó la firma como una afrenta personal”.
A fines del mes pasado, el presidente de GNF, Salvador Gabarró, “con el beneplácito de don Isidro, le echó otro pulso a Brufau, que exigió una votación para autorizar o no a Gas Natural a concurrir a ese macrocontrato en Argentina”. El resultado a favor del negocio fue contundente: 13 a 4.En esa votación apareció otro nombre sorprendente. Uno de los consejeros “independientes” de GNF que votó a favor de la venta fue el ex presidente del Gobierno español Felipe González.
González, que dirigió los destinos del país entre 1982 y 1996, forma parte del consejo de administración de GNF desde 2010. El ex secretario general del PSOE tiene una relación de amistad con Cristina, a quien acompañó en el funeral de Néstor Kirchner. El nexo entre ambos es Carlos Bettini, quien -como reveló LPO- trabaja para recomponer los nexos entre ambos países.
La semana pasada, al mismo tiempo en que se cerraba de manera secreta el acuerdo entre YPF y GNF, Felipe González estuvo en Buenos Aires para clausurar el Primer Congreso Internacional de Responsabilidad Social, un evento que se realizó en el Hotel Holiday Inn de la familia Granados y que tuvo presencia de casi todo el gabinete kirchnerista, además de gobernadores e intendentes.
La actitud de YPF ante la decisión del juez federal Enrique Lavié Pico llamó la atención por distintas razones. En principio, lo más sorprendente es que Miguel Galuccio haya decidido violar una medida cautelar que no perjudicaba directamente a la petrolera sino a GNF. En segundo término, y por el mismo motivo, también sorprendió que fuera YPF la encargada de apelar la orden del magistrado.
Aunque el entramado de intereses que asoma por detrás de la operación es lo que ayuda a comprender la obstinación de Galuccio para encargarle a GNF la mitad de los 100 barcos con gas natural licuado que el país comprará en 2014 y 2015.
El nombre clave de ese entramado es el de Isidre Fainé. Se trata de un poderoso empresario español presidente de La Caixa, un grupo empresarial con sede en Barcelona que controla el 13% de las acciones de Repsol y el 35,3% de GNF, a través de Criteria CaixaHolding.
Fainé fue el primero en lograr un principio de acuerdo con el Gobierno argentino por la estatización de YPF. En secreto, y a través del embajador Carlos Bettini, el catalán llegó a reunirse con Cristina Kirchner a comienzos de año para pulir los detalles de un trato que incluía una indemnización económica -menor a la que exige Repsol- a cambio de la reinversión de una parte de esos fondos para explotar Vaca Muerta.
El dueño de La Caixa hizo un fuerte lobby entre los accionistas de Repsol para que acepten ese acuerdo pero chocó con la resistencia del duro Antonio Brufau. El presidente de Repsol, que sostiene la estrategia de la persecución judicial a YPF, llegó a amenazar con una renuncia si se imponía la posición de Fainé, con quien mantiene una dura pelea. Pero no hizo falta.
Ya en ese momento se mencionaba como fundamental en las conversaciones con Fainé el negocio de la venta de combustible. Entonces, se hablaba de 24 buques a cambio de 1.100 millones de dólares, la mitad de lo que terminó siendo.
Durante la visita relámpago que hizo a Madrid a comienzos de mes, Galuccio se cruzó con Fainé en el hotel Intercontinental donde se hospedaba. Casualmente, el catalán estaba allí para un acto con banqueros. El encuentro no fue confirmado ya que la agenda del viaje fue confidencial. También se reunió con los ministros de Industria y Relaciones Exteriores.
La pelea con Brufau y el aporte de Felipe
Fainé y Brufau mantienen una notoria disputa por el control de millonarios negocios en España. Tras la votación en donde el presidente de Repsol había amenazado con renunciar a su cargo si se aceptaba el acuerdo con Argentina, el diario El Confidencial publicó un artículo en el que un directivo de La Caixa sostenía que “Brufau nos metió en esto y es él quien ahora nos tiene que sacar”, dejando en claro las intenciones de Fainé.
El periodista de ese medio Agustín Marco dio detalles días atrás de un nuevo capítulo en la pelea entre los empresarios. Marco recordó que el anterior acuerdo por unos u$s 1.500 millones con Argentina “provocó sarpullidos en la curtida piel de Brufau, que interpretó la firma como una afrenta personal”.
A fines del mes pasado, el presidente de GNF, Salvador Gabarró, “con el beneplácito de don Isidro, le echó otro pulso a Brufau, que exigió una votación para autorizar o no a Gas Natural a concurrir a ese macrocontrato en Argentina”. El resultado a favor del negocio fue contundente: 13 a 4.En esa votación apareció otro nombre sorprendente. Uno de los consejeros “independientes” de GNF que votó a favor de la venta fue el ex presidente del Gobierno español Felipe González.
González, que dirigió los destinos del país entre 1982 y 1996, forma parte del consejo de administración de GNF desde 2010. El ex secretario general del PSOE tiene una relación de amistad con Cristina, a quien acompañó en el funeral de Néstor Kirchner. El nexo entre ambos es Carlos Bettini, quien -como reveló LPO- trabaja para recomponer los nexos entre ambos países.
La semana pasada, al mismo tiempo en que se cerraba de manera secreta el acuerdo entre YPF y GNF, Felipe González estuvo en Buenos Aires para clausurar el Primer Congreso Internacional de Responsabilidad Social, un evento que se realizó en el Hotel Holiday Inn de la familia Granados y que tuvo presencia de casi todo el gabinete kirchnerista, además de gobernadores e intendentes.
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