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miércoles, 4 de junio de 2014

Tras la ortodoxia económica, llegó la ortodoxia política


Por Ignacio Fidanza
La incorporación de buena parte de la cúpula
 de La Cámpora al PJ es parte de un proceso
 de “pejotización” funcional a Scioli.
La política es una película vertiginosa que en su gradualismo feroz a veces impi
de percibir la profundidad de ciertas imágenes que marcan un cambio de época.
Tres años atrás el PJ estaba muerto -era la vieja política menemista-, y la nueva
 criatura para las próximas generaciones que proponían desde la cúpula del po
der era Unidos y Organizados, el megasello de agrupaciones del kirchnerismo du
ro, monopolizado por La Cámpora.
Esta mañana los líderes de la agrupación de Cristina Kirchner se fundieron con
soltura en la misma estructura que demonizaron durante años. La iconografía no
 podía ser más herética: Un congreso del PJ en el Parque Norte de Armando Cava
lieri, donde se aprobaron “listas únicas” a libro cerrado, en medio de aplausos y a
 otra cosa. Un flashback cruel a los años dorados del menemismo.
Incluso, se podrían superponer las fotos y muchas de las caras que protagoniza
ron la jornada, como el flamante presidente del PJ, Eduardo Fellnero el eterno
Juan Carlos Mazzón, se repetirían. Nada para avergonzarse, es lo que en países
 más generosos se llama continuidad institucional o tradición política.
Pero fue notable ver a destacados camporistas como Eduardo “Wado” de Pedro
 y José Ottavis, forcejeando lindo para aparecer frente a las cámaras junto a ese
 jujeño de modales mansos, exponente del más rancio pejotismo.
Pero cuidado, lejos de hablar mal de los camporistas este giro es acaso un signo
de madurez política. La decisión que subyace es obvia: Olvidar los años revolu
cionarios, cuando tenían el monopolio del sello de calidad de pureza kirchneris
ta, para mestizarse en el peronismo y conseguir así, pasaporte de futuro.
Por eso, no es casual que la Casa Rosada haya elegido para protagonizar la jor
nada a De Pedro y Ottavis, dos de los camporistas más racionales y menos pejui
ciosos; mientras el más revulsivo Andrés “El Cuervo” Larroque, quedó clara
mente relegado.
Porqué ganó Scioli
La foto puede llamar a engaño. El gobernador estaba sentado junto a los otros “presidenciales”, en una poco rutilante segunda fila y ni siquiera tuvo la oportu
nidad de hablar, como si hizo con mucha solvencia el salteño Juan Carlos Urtu
bey, que aprovechó que lo eligieron para presentar una moción y pícaro se des
achó con un fuerte discurso político.
Scioli no tuvo protagonismo, pero acaso fue el gran beneficiado de las definicio
nes de fondo que se tomaron en Parque Norte. La primera fue blanquear a to
dos los candidatos a Presidente del oficialismo. Es decir, están todos adentro
del PJ, que como en cada cambio de ciclo, vuelve a ser la casa que vuelve a co
bijarlos, una vez que se terminan las fantasías de crear un nuevo movimiento
“superador”. De hecho, desde la recuperación democrática, el peronismo es eso
 que sucede entre movimientos "superadores".
Es decir, la candidatura del oficialismo se va a definir en una primaria en la que
 competirán algunos de los siete “presidenciables” que hoy se sentaron juntitos
para la foto. Es obvio que no todos llegarán al final del camino –de hecho hoy
 mismo se bajó Capitanich y por eso fue premiado con una vicepresidencia eje
cutiva-.
Y ese escenario, si se miran las encuestas, es el mejor escenario posible para
Scioli.
En esta columna ya habíamos anticipado que en el Gobierno se discutía si era
 conveniente armar una primaria para que Scioli se de el gusto de destrozar a
los candidatos del kirchnerismo “puro”. Bueno, todo indica que esta discusión
 se saldó por el lado más inesperado: Ya no hay kirchneristas “puros”, al me
nos en la Rosada.
La nueva raza son los camporistas en tránsito acelerado a la peronización y en consecuencia, el candidato más adecuado es el que está en mejores condicio
nes de garantizar el triunfo electoral. Es decir, la permanencia en el poder, aun
que en la nueva etapa signifique pasar del centro a la periferia. Nada nuevo,
se sabe que para los peronistas el único pecado imperdonable es el llano.
“Vamos a una primaria de todos nuestros candidatos”, le dijo a LPO un hom
bre de diálogo frecuente con Cristina Kirchner.
“¿Pero eso no es funcional a Scioli?”, preguntó este cronista.
“Puede ser, pero si Scioli gana la primaria va a salir fortalecido y eso significa
que el Frente para la Victoria va a tener un candidato más robusto. Y después
de todo, Scioli está con nosotros desde el primer momento”, concluyó.
El diálogo ocurrió a principios de la semana. Esta mañana en Parque Norte lo
que se vivió fue la consagración de esa decisión, que obviamente tiene que ser
 una decisión de Cristina. Acaso, así como con la crisis del dólar llegó la hora
de la ortodoxia económica, con la inevitable pérdida de poder del final de ciclo,
 haya llegado la hora del regreso a la ortodoxia peronista.

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