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martes, 15 de julio de 2014

La trama oculta del escándalo de Grondona con la reventa de entradas

LPOLa venta oficial fue caótica y los tickets escasearon. Pero en la re
venta aparecieron las de protocolo y dirigentes de la AFA fueron filma
dos vendiendo.
El Mundial de Brasil 2014 quedará marcado no sólo por la histórica goleada que
 sufrieron los anfitriones en semifinales, los problemas de infraestructura o el
título alemán. La Copa será recordada también por las escandalosas revelacio
nes sobre la reventa de entradas que salpican como nunca antes a las dos máxi
mas autoridades de la FIFA: el suizo Joseph Blatter y el argentino Julio Hum
berto Grondona.
Blatter tuvo que lidiar en pleno torneo con un temporal inesperado. La policía
brasileña detuvo al director de una contratista de la FIFA acusado de liderar una
 red de reventa. La firma Match Hospitality fue contratada para ofrecer paque
tes de entradas VIP reservados para empresas, pero terminó revendiendo ilegal
mente las destinadas a confederaciones, selecciones y sponsors. El detenido es
taba alojado en el mismo hotel que los dirigentes de la FIFA y uno de los accionis
tas de Match Hospitality es sobrino de Blatter. Según las autoridades brasileñas
 el negocio de esa firma llegaría a los 100 millones de dólares.
La Asociación de Fútbol Argentino (AFA) no necesitó contratistas. La policía
brasileña filmó a los propios dirigentes vendiendo tickets a los hinchas argen
tinas en la previa de la final. El gerente de selecciones Omar Souto, y el jefe de
 seguridad del seleccionado Alberto Capuchetti, fueron quienes quedaron expues
tos en una grabación difundida por la cadena ESPN. En paralelo, dos hinchas de
tenidos por comprar entradas dijeron que el vendedor fue el vicepresidente de la
 AFA y mano derecha de Grondona, Luis Segura.








Pero el escándalo no empezó ayer. En pleno Mundial aparecieron entradas de
reventa a nombre de Julio Humberto Grondona y sus hijos. “Tengo un amigo al
que le vendí algunas entradas, él a su vez le dio entradas a otro amigo. Ahora
qué hicieron con las entradas, yo no sé", dijo en ese momento 'Humbertito',
director técnico de la selección sub 20. Pero eso no exime al hijo del titular de
 la AFA ya que la FIFA prohíbe expresamente la comercialización de tickets por
fuera de los canales autorizados.
Segura admitió hoy que vendió tickets pero dijo que lo hizo a precio oficial. "La
 FIFA nos había dado un sobrante de entradas y quisimos venderlas a gente que
 quería ir al partido, pero a precio oficial. Esa plata se la tenemos que dar a FI
FA", explicó. 
El contador de la AFA, Emilio Vázquez, también admitió la operación aunque 
dio diferentes versiones sobre el número de tickets que vendieron (en una entre
vista habló de 175 y en otra de 700). Esta versión también es floja ya que el sitio
oficial de la FIFA -el único autorizado para vender al público en general- habili
tó antes de la final del Mundial la venta de un escaso remanente.
Un trama que empezó en la venta oficial
Para una reventa exitosa se necesitan siempre hinchas desesperados. Es por eso
que el escándalo se comenzó a tejer cuando la FIFA vendió las entradas a través
 de su sitio web y muchos fracasaron en el intento. En principio, para quedarse
con un ticket la entidad exigía registrarse en su web y luego realizó un misterio
so sorteo en el que muchos resultaron “no agraciados”.
Las dos primeras fases de venta se realizaron con esa modalidad y luego comen
zaron a venderse remanentes de una forma tradicional, aunque ya las posibili
dades de conseguir entradas eran escasas y sólo se conseguían las de mayor va
lor. En la primera fase, los hinchas argentinos solicitaron unas 266 mil entra
das y sólo fueron agraciados cerca de 4.500. Antes de iniciado el Mundial, FIFA
 informó que los argentinos compraron 55 mil entradas oficiales.
Esto derivó en la aparición de todo tipo de canales de reventa. Además del que
 pusieron en marcha los dirigentes de la AFA en la previa de los partidos, apare
cieron sitios webs dedicados exclusivamente al “intercambio”. Un mes antes
del Mundial, el sitio Ticketbis vendía tickets para el debut de Argentina por en
tre 9 mil y 70 mil pesos (el oficial variaba entre 90 y 175 dólares). Para la final
se vendieron con una base de 6.500 dólares, mientras que Viagogo, otro sitio
que vende tickets, las ofrecía entre 5 y 20 mil dólares.
Otra opción que tenían los fanáticos argentinos eran los paquetes que ofrecían
 las agencias de turismo, aunque también con precios desorbitantes. En prim
era ronda, se ofrecían por 30 mil pesos (con los pasajes aéreos) y en la final lle
garon a 100 mil. La FIFA tampoco autorizaba la venta de paquetes de entradas
 con viajes, porque no tiene un registro oficial de operadores turísticos.
El dato llamativo es que, por ejemplo, la agencia de viajes Biblos Travel ofre
cía el paquete para cada partido de la primera ronda a 34 mil pesos con entra
da y 21 mil sin entrada. Es decir que el ticket costaba 13 mil pesos. En Asatej
la diferencia era de 12 mil pesos.
La pregunta que surge inevitablemente es de dónde salieron las entradas pa
ra los miles de argentinos que ingresaron a los estadios, que en siete parti
dos estuvieron muy por encima de los 55 mil que consiguieron entradas.
El escándalo inocultable
"Sólo si Argentina sale campeón del mundo esto no se torna en un escánda
lo", dijo la semana pasada un dirigente de un club a LPO, que también contó
que muchos de los vicepresidentes y otras autoridades tuvieron problemas
para conseguir entradas ante las suspicacias que generaba un negocio que
 se salió de control.
Además de los tickets que aparecieron a nombre de Julio Grondona y su fami
lia, los hinchas argentinos también entraron a los estadios con entradas a nom
bre de otros dirigentes y hasta a nombre de las asociaciones provinciales y lo
cales (un barra de Lanús fue detenido con tickets de la AFA derivados a la Aso
ciación Cordobesa). La entidad asegura que la FIFA le entrega al menos 700
 tickets por cada partido de Argentina, las cuales teóricamente se repartían a
 los futbolistas, cuerpo técnico y dirigentes.





Pero hay más. Muchos viajeros
dijeron haber conseguido los pa
ses con el nombre del técnico
Alejandro Sabella o de futbolistas
como Javier Mascherano, Sergio
Romero y Ezequiel Lavezzi. En
el caso de este último, barras del
 club Rosario Central fueron acu
sados de vender las entradas a su
 nombre. Esto no significa necesariamente que los futbolistas estén también
 salpicados porque en todos los casos quien solicita y entrega las entradas es
la AFA. Esta situación habría generado incluso un reproche de Mascherano y
Lionel Messi a Grondona.
Un hincha que viajó a Brasil contó a este medio que había dos opciones para
conseguir reventa: los extranjeros que las ofrecían en los alrededores del esta
dio a precios por las nubes o “ir al hotel de la selección”. Para acceder a las que
se conseguían en “el hotel”, el contacto eran los dirigentes o allegados. La ter
cera opción, más riesgosa, era llegar a ellos a través de los barras que siempre
circulaban por las cercanías.
Los periodistas que siguieron a la selección vieron en los distintos partidos a
 Emilio Vázquez y otras personas con ropa oficial montando auténticas ofici
nas y repartiendo entradas supuestamente al precio oficial para “relaciones
públicas y sponsors”, según admitió el propio contador de la AFA. Vázquez di
jo esos tickets se vendían al precio oficial pero que no sabía que pasaba des
pués, cuando aparecían a mil dólares o más.
El barra brava de Independiente Pablo “Bebote” Álvarez, deportado por la po
licía brasileña, dijo en una payasesca conferencia de prensa que fue Vázquez
quien le consiguió las entradas para los partidos a los que ingresó pese a que
 lo tenía prohibido.

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