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miércoles, 16 de julio de 2014

Conmoción en el Gobierno: Cristina quiere ir al default si Griesa no da garantías

Por Ignacio FidanzaEn las últimas 24 horas se consolidó la posibilidad de ir 
al default, ante la falta de respuestas del juez. No hay nadie negociando.
La información circulaba esta noche en el más alto nivel del Gobierno. La Presidenta está decidida a mandar al país a un nuevo default el próximo 30 de Julio, si el juez Thomas Griesa no le ofrece las garantías necesarias –básica
mente la reposición del stay- para evitar el riesgo de una nueva ola de juicios.
Las consecuencias sobre el sistema político y económico de una nueva cesa
ción de pagos de la Argentina, son imposibles de mensurar en toda su exten
sión; pero en el Gobierno se ha terminado imponiendo la visión del ministro
 de Economía, Axel Kicillof –extensamente difundida en el diario oficialista 
Página 12-, sobre los beneficios de un default “técnico”, por sobre una mala
negociación con los buitres.
Imagina el ministro que podrá enarbolar un nuevo relato si Griesa no repone
 el stay y entramos en cesación de pagos: No fue la Argentina la que defaulteó
 sino el magistrado quien la llevó a esa situación. Y en consecuencia, se atre
ven a vaticinar cerca suyo, las calificadoras y el mundo de las finanzas e gene
ral no calificaran este "evento" como un default pleno.
Es en realidad –hasta ahora- la estrategia resignada de un fracaso. Kicillof sen
cillamente no logró encontrarle la vuelta a un problema de gran complejidad
técnica y política, como el que le planteó el fallo de Griesa, ratificado por to
das las instancias de la justicia norteamericana. 
El estilo del ministro es en gran parte responsable por esta encerrona. Con
vencido que sabe de todo mejor que todos, Kicillof armó un equipo muy livia
nito para lidiar con este desafío, como quedó en evidencia en la última reu
nión con el mediador designado por Griesa. El ministro no sólo se rodeó de
 amigos de la secundaria y la facultad, sino que ni siquiera a ellos los escucha.
La situación es tan grave que faltando apenas 11 días hábiles para que la Argen
tina entre en default, hoy no hay nadie negociando el tema. Kicillof se entretu
vo ayer peleándose con tamberos por el precio de la leche y hoy estaba arman
do las valijas para acompañar a Cristina a una reunión de los BRICS en Brasil
 donde ya todos sus miembros avisaron que Argentina no será incluida, al me
nos en el corto plazo.
En el Gobierno la posibilidad, ahora cierta, de un nuevo default genera lectu
ras encontradas. Kicillof cree que no será ni por asomo tan grave como el del
 2001 y sostiene que es posible salir rápido de la situación, pero desde una po
sición de fuerza. “Creen que pueden entrar y salir del default de manera con
trolada y rápida”, afirmó a LPO una fuente con acceso a estos diálogos.
El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, opina todo lo contrario e imagina con
secuencias tremendas para el país y especialmente para el Gobierno, que su
friría un golpe definitivo. “Cualquier cosa menos el default, la muerte antes
 que el default”, bromean cerca del chaqueño, con esa facilidad envidiable de
 los norteños para sacarle dramatismo a las situaciones más extremas.
El otro gran contrapeso a la estrategia del default es el CEO de YPF, Miguel
Galuccio, que vería sepultados todos sus planes para aumentar la inversión
de la petrolera estatal. 
El núcleo duro del kirchnerismo se ilusiona además con recuperar parte del
 épica pérdida, presentando la decisión como una muestra incontrastable de
la defensa de los intereses nacionales frente a los buitres del poder financie
ro global y sus aliados locales.
Cristina, a diferencia de Néstor Kirchner, suele confirmar en la acción lo que
anticipa en sus discursos. En ese sentido, la decisión de ir al default si Grie
sa no cede, es consistente con sus intervenciones públicas sobre el tema.
Todavía falta mucho y no falta nada. En las próximas dos semanas, se defini
rá buena parte del futuro de la Argentina.

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