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viernes, 24 de abril de 2015

El peso argentino es la moneda que más se revaluó frente al dólar

LPOPor el dólar quieto y la inflación, el se apreció un 18% entre abril de 2015 
y el mismo mes del año pasado.
 El peso argentino es la moneda que más se revaluó en el mundo entre bril de
 2014 y el mismo mes de este año. Por el dólar quieto y la inflación, la moneda
 criolla se apreció nada menos que un 18% en ese lapso, mientras los países 
de la región fueron ajustando su tipo de cambio, ante la fortaleza que está recuperando la divisa norteamericana a nivel mundial.
De acuerdo a los cálculos de Idesa, el atraso cambiario fue generado por una
 suba de precios que estuvo en torno al 30% anual, que no fue compensada 
por el dólar oficial, que hace un año valía unos $8 y hoy se ubica cerca de los
 $8,90. Es decir, el precio del billete verde aumentó sólo un 10%.
“Estos datos muestran que, en Argentina, los precios domésticos suben mu
cho más que los aumentos que el Banco Central permite sobre el dólar oficial
. Por lo tanto, el proceso de revaluación del tipo de cambio real es muy inten
so. Como además la mayoría de las monedas se están devaluando respecto 
al dólar (los casos más notables son el Euro y el Real), el peso argentino es
 la moneda que más se revalúa en el mundo. Esto significa que consumir y
 producir en Argentina es cada vez más caro respecto de otros países”, ad
vierte el reporte de Idesa.
“Para que este proceso de revaluación del peso argentino fuera sostenible, la productividad en Argentina debería aumentar por encima de la productividad
de Estados Unidos y muy por encima de la productividad del resto de los paí
ses, como Europa y Brasil”, continúa el informe. “No son necesarios cálculos sofisticados para demostrar que esto no esta ocurriendo. Por el contrario, dia
riamente se suman factores de ineficiencias en el aparato productivo argenti
no. Por ejemplo, la falta de infraestructura, las distorsiones impositivas, la ba
ja calidad y cortes en los servicios públicos, corrupción, burocracia, litigiosi
dad laboral, falta de insumos y bienes de capital, proliferación de feriados y
 paros”, sentencian en ese centro de estudios.
El trabajo de Idesa incluso compara la situación actual con la que se vivió a
 fines de los años 70 y se atreven a pronosticar una “gran devaluación” para
 este año o el que sigue. “El proceso de revaluación del peso tiene analogías
 con la estrategia que aplicó la dictadura con la “Tablita” de Martínez de Hoz
 En aquella época hubo un largo proceso en el cual la inflación iba por enci
ma de los ajustes sobre el tipo de cambio nominal sostenido en base a endeudamiento externo. En la actualidad, el proceso se sostiene poniendo
 trabas a las importaciones y consumiendo reservas. Pero el resultado es
 el mismo: una ‘primavera consumista’ que tiene como contrapartida la acu
mulación de tensiones desencadenantes de la próxima gran devaluación”,
 vaticinan.
La apreciación del peso contrasta con la devaluación que aplicaron en el mis
mo período analizado Japón(14%), los países de la Unión Europea(22%), Bra
sil(23%), Colombia(20%), Chile(8%) y Uruguay(7%).
Los economistas plantean que la única apuesta de Axel Kicillof es dejar el 
dólar clavado para apreciar la moneda y así lograr cierta mejora en los sala
rios para que le ganen a la inflación. Es la única alternativa del ministro de 
Economía en tanto no modifique la política monetaria y fiscal, consideran.
La coyuntura de estos días es radicalmente distinta a la vigente durante el 
2010. En ese entonces, la economía mundial rebotaba de la crisis financiera
 mundial del 2009, Brasil estaba en medio de un boom productivo en el que 
su PBI en dólares creía casi un 40 por ciento anual en dólares, el campo se recuperaba de la sequía y la industria era competitiva y creaba empleo en un 
contexto en el que, además, los salarios reales crecían con fuerza.
Tras tres años seguidos de crecimiento bajo o nulo, la ilusión oficial es más
 bien un espejismo.
En ese sentido, los analistas creen que difícilmente la inflación baje por de
bajo del 25% anual si no existe suministro de insumos importados.
“Mientras tanto, el empresariado, que asiste a la constante devaluación de
 todas las monedas frente al dólar, se niega a pagar los incrementos salaria
les en dólares que pretende el gobierno. Si el dólar no se devalúa, ningún pri
vado querrá convalidar incrementos salariales del 30 por ciento como preten
de el gobierno y los sindicatos”, analizaba un especialista en una publicación. 

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