Intendentes del FpV, con los pelos de punta

Se achican los tiempos, las definiciones no llegan, piden una síntesis de candi
datos y ven con preocupación una gran interna con muchas boletas en el cuarto oscuro. Cuestionamientos a la estrategia K

Como adelantó La Tecla oportuna
mente, y en reiteradas ocasiones,
 toma cada vez más fuerza la idea 
de una gran PASO en el Frente pa
ra la Victoria, que además de con
tar con más de una oferta presiden
cial tampoco tendría exclusividad 
para la boleta de Gobernador y vi
ce. La estrategia convence cada vez menos a los intendentes del pobla
do Conurbano, desconfiados de las promesas sobre la unicidad de lis
tas en los distritos mientras ven proliferar candidaturas locales.

El compromiso no firmado de sacar del medio las colectoras es insuficiente pa
ra calmar los nervios de los barones, quienes advierten, otra vez, que los intere
ses de una parte del kirchnerismo colisiona con los suyos, y que vuelven a en
contrar muros para hacer valer sus reclamos.

Carlos Zannini y Julio de Vido son los depositarios de las inquietudes de los je
fes comunales, pero los funcionarios nacionales retacean respuestas positivas
 para los ansiosos alcaldes. Más que pedidos sobre sí mismos, quienes ejercen poder territorial solicitan una revisión de la estrategia encarada por la Casa Ro
sada.

La mayoría califica como errónea la idea de ir con más de una lista presidencial
 y con más de una nómina a Gobernador. Sostienen que la multiplicidad de bole
tas dista mucho de garantizar acumulación de votos y, por el contrario, deja resquicios para confusiones y dispersiones que podrían poner a distancia de los contrincantes en la general a los principales candidatos del FpV, como Daniel 
Scioli. Si esto preocupaba antes, mucho más preocupa luego de la experiencia
 en la Capital Federal, donde la suma de postulantes estuvo lejos de cumplir el objetivo.

Después de la elección en el escenario porteño se hizo carne otro temor: quié
nes van a ser los candidatos a vicepresidente de los postulantes a suceder a Cristina. Los intendentes y los gobernadores quieren que sea un gobernador 
o un dirigente de peso y de prosapia peronista. Sin embrago, todos los que 
suenan son de La Cámpora, y eso es, precisamente, a lo que desconfían.

Antes y después de Capital quedó demostrado que electoralmente la organiza
ción comandada por Máximo Kirchner tiene un techo del 12 por ciento, número reiterado donde ha jugado sus candidatos.

Saben los jefes comunales y el resto de los gobernadores que Daniel Scioli es
tá lejos de poner condiciones extremas para ser el candidato del proyecto, y 
que aceptará las órdenes de la conducción, al igual que Florencio Randazzo o
 Sergio Urribarri, los otros que podrían intervenir en las PASO. No obstante res
isten a resignarse a que todo les será impuesto, incluso a que sobre la hora se desayunen con “la desagradable novedad” de que ellos también tendrán con
tienda en el pago chico. Es que algunos arriesgan demasiado en ese escenario.

En cuanto a la opción de “todos con todos”, es casi generalizado el rechazo,
 pero tampoco hay un consenso definido entre los jefes comunales de cómo 
deberá implementarse el sistema en caso de que sea inevitable. Mientras algu
nos piden colarse en todas las nóminas presidenciales y a la Gobernación, o
tros, con ciertos arrestos de rebeldía, piden tener la chance de elegir.

Al reclamar que puedan ir con quienes ellos consideren mejores alternativas 
para la Presidencia y la Gobernación, presionan de alguna manera para que 
se deje fuera de camino a quienes aparecen con menos posibilidades. Es ob
vio que si los dejan elegir y no los obligan a ir con todas las boletas de las ca
tegorías superiores, los intendentes se inclinarán en su mayoría por acompa
ñar a Scioli y al postulante al sillón de Dardo Rocha que mejor les cuadre a
sus intereses políticos. En este punto la intención es blindar de PJ la nómina provincial.

Las intranquilidades de los jefes comunales por la falta de síntesis en las candidaturas para los ejecutivos también alcanzan las conformaciones de las
 listas para la Legislatura provincial, donde paulatinamente han ido perdiendo terreno. Con la intención de forzar acuerdos cuando llegue la hora de definir
 las nóminas, los alcaldes pidieron en el PJ armar los comandos electorales 
por sección. “Eso puede ordenar algo, pero las definiciones todos sabemos 
dónde se toman”, respondió a La Tecla un diputado provincial de ascenden
cia K.

Los muchachos están con los pelos de punta, y los pocos calmantes que les
 llegan no alcanzan para conformarlos.