El incremento de la ola delictiva no es casual. Y las autoridades políticas lo
saben. La reforma policial no cayó nada bien en la fuerza. La “maldita Poli
cía” mete presión y espera respuestas
saben. La reforma policial no cayó nada bien en la fuerza. La “maldita Poli
cía” mete presión y espera respuestas
cién llegan y los mandos son los mismos de antes. No se puede cambiar
así porque sí", señala un legislador bonaerense ligado al peronismo. La re
ferencia es para la nueva Policía bonaerense que pretenden la gobernado
ra María Eugenia Vidal y su ministro de Seguridad Cristian Ritondo.
“Estamos convencidos de dar la batalla contra las mafias, la corrupción y
la desidia, por eso empezamos una reforma en la Policía de la Provincia,
apostando a los que hacen las cosas bien y dándoles todo nuestro apoyo”
, decía, palabras más, palabras menos, la mandataria bonaerense ante la
Asamblea Legislativa.
Y en el mismo sentido, agregaba: “Instruí que todos los cargos policiales,
de Subcomisario en adelante, y el mismo rango para el Servicio Peniten
ciario, presenten en el plazo de treinta días sus Declaraciones Juradas y
lo hagan públicamente”.
La tan anunciada reforma incluye entre otras cosas el paso a retiro a 18
comisarios generales y que unos 7800 jefes policiales tengan la obliga
ción de presentar declaraciones juradas de sus bienes. Además, desapa
rece la llamada Policía Buenos Aires II y se amplía de seis a nueve meses
la formación de suboficiales.
De entrada se supo que tanto cambio no iba a caer bien en la fuerza. Y el
primer mensaje llegó un día después de las palabras de Vidal, con el ro
bo perpetrado en la casa del jefe comunal platense Julio Garro. Por el he
cho fue detenido el subteniente Patricio Massana y removidos de sus car
gos el comisario y subcomisario de la Primera, Marcelo Cifuentes y Car
los Arias, respectivamente.
Ritondo se hizo cargo enseguida, y ante la prensa señaló que “hay que
determinar si fue un hecho delictivo o un mensaje mafioso al intendente
, o a nosotros por los cambios que hicimos”, esto último en alusión a la
mencionada reforma. El mismo día, vale recordar, también fueron roba
dos en La Plata los jefes comunales de Saladillo, José Luis Salomón y
de Magdalena, Gonzalo Pelusso.
Pero la administración bonaerense no se amilanó e insistió con promo
cionar los cambios. Y a los pocos días, de buenas a primeras, volvieron
los secuestros expres. “En las últimas dos semanas, hubo siete secues
tros denunciados”, que se llevaron a cabo “en la zona sur, y ahora se es
tá dando un fenómeno en la zona oeste”; explicó el ministro. Pero los ca
sos son más, muchos más.
De la zona oeste del Conurbano, más precisamente de Ramos Mejía, es
oriundo el Jefe de la Policía Bonaerense, Pablo Bressi, que como es sabi
do, entre otras cosas, es especialista en mediación con secuestradores.
“Todo tiene que ver con todo, acá no hay casualidades, si arriba creen
que se trata de una casualidad, lamentablemente estamos a la buena de
Dios”, señala en estricto off un ex Comisario general.
“Hicieron un camino desacertado. Las reformas policiales nunca llega
ron a buen término. Una reforma policial profunda se hace con tiempo y
lleva entre quince y veinte años”, explicó a La Tecla el titular del Sindica
to Policial Buenos Aires (SIPOBA), Nicolás Massi, quien se puso al frente
del reclamo salarial y las finalmente abortadas dos horas de sirenazo y
retención de tareas.
Eran muchos los uniformados, de los malos y los buenos, que daban a
entender que no iban a bancarse la reforma policial y un escaso aumento
de sueldo casi en simultáneo. Por lo pronto, lograron el incremento sala
rial, aunque la conformidad no es plena. Bajo presión, a horas del “paro”,
Ritondo anunció una suba del orden del 25 por ciento, que según explicó
, se pagará en dos tramos, entre marzo y julio.
Más allá del conflicto salarial, la incomodidad de las autoridades políticas
es notoria. Incluso, Vidal se vio en la necesidad de mudarse a una casa
ubicada en la Base Aeronaval de Morón. Además, llamativamente, la cus
todia no es de su propia fuerza. Quienes escoltan a la gobernadora son
parte de la Metropolitana. Los mismos que la cuidaban cuando se desem
peñaba como segunda de Macri en la Ciudad.
Y si de situaciones que llamaron la atención se trata, a la cabeza del ran
king está la veloz oficialización del divorcio entre la mandataria y su aho
ra ex marido, el alcalde moronense Ramiro Tagliaferro. Las malas lenguas
hablan de una complicada foto (nada se dice acerca de quien aparece en
la misma) que estaría en poder, nada más y nada menos, que de la maldi
ta policía. “Tenía que sacarse de encima el asunto bien rápido”, cuenta
una de las malas lenguas.
“Todo está relacionado”, señala a La Tecla un ex oficial que asegura es
tar limpio. Y en la misma bolsa, la de los mensajes de la incontrolable
fuerza bonaerense, incluye supuestos llamados telefónicos mafiosos al
ya mencionado Ritondo y la amenaza de muerte a la mujer del intendente
de Chivilcoy y ex Comisario Guillermo Britos, aunque este se encargó de
aclarar que el asunto nada tiene que ver con la policía.
Cuenta la leyenda que disgustada con las reformas que el por entonces
ministro Carlos Stornelli quería implementar, la maldita policía se puso ma
nos a la obra y logró mandar para atrás aquellas modificaciones. “En una
página web que apareció de un día para el otro, un anónimo publicó las
coordenadas exactas en las que se encontraba la silla del ministro, el vino
que tomaba y los habano que fumaba”, recuerda un viejo efectivo con lle
gada a la cúpula.
Sí, la Policía manda. La Policía cuenta con información de todos y cada
uno de los políticos, de los que llegan al poder, de los que se van y de los
que en algún momento llegarán. Siempre se guarda un as bajo la manga,
y si las cosas no funcionan como ellos pretenden, el panorama no será el
más alentador. Ni para las autoridades políticas, ni para la sociedad.
El mensaje es doble. Por un lado, va dirigido a la población. Los delitos au
mentan y en el inconsciente de la sociedad se genera el miedo, una cons
tante sensación de inseguridad que lleva a pensar que la política volvió a
fallar. Por otro, va en dirección a los funcionarios que dirigen la batuta. Es
te es más directo, no se necesita del inconsciente. “Ojo, acá estamos y va
mos por tu cabeza”.
¿Se puede ir a fondo con la reforma policial? Sí, se puede. Siempre y cuan
do la fuerza esté de acuerdo. En este caso, como en tantas otras oportuni
dades que se intentaron cambios, no lo está. ¿Se va a hacer una reforma
policial a fondo? Sí, se va a hacer. Pero se va a tratar más de relato que de
hechos. Va a ser un cambio para afuera, dirigido a la opinión pública. Para
adentro, para la Policía, también habrá reforma, pero más moderada, con
sensuada.
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